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ECLESIASTÉS 3

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II. UNA VISIÓN DE LA VIDA (3.1–12.8)
Todo tiene su momento
1En este mundo todo tiene su hora.#3.1-8 El siguiente poema enuncia primero un principio general (v. 1) y luego enumera 14 pares de acciones contrarias (vs. 2-8). Esta enumeración no pretende ser exhaustiva, pero abarca prácticamente la totalidad de las acciones que los seres humanos se ven inclinados o forzados a realizar durante su vida (entre los límites de su nacimiento y de su muerte: v. 2). De este modo, se pone de manifiesto algo que pertenece a la experiencia común: de dos acciones contrarias no se puede realizar más que una, y para hacer lo más conveniente en cada situación es preciso conocer el momento oportuno, ya que el éxito de una decisión depende en parte de la libertad humana y en parte de circunstancias y factores que el ser humano no elige y a los que está sometido. Cf. Ec 9.11. Hay una momento para todo cuanto ocurre:#3.1 Cf. Pr 15.23; 25.11; Eclo 22.6.
2Un momento para nacer
y un momento para morir.
Un momento para plantar
y un momento para arrancar.
3Un momento para matar
y un momento para sanar.
Un momento para destruir
y un momento para edificar.
4Un momento para llorar
y un momento para reir.
Un momento para el duelo
y un momento para la fiesta.
5Un momento para lanzar piedras
y un momento para recogerlas.
Un momento para abrazarse
y un momento para separarse.
6Un momento para intentar
y un momento para desistir.
Un momento para guardar
y un momento para desechar.
7Un momento para rasgar
y un momento para coser.
Un momento para callar
y un momento para hablar.
8Un momento para amar
y un momento para odiar.
Un momento para la guerra
y un momento para la paz.
9¿Qué provecho saca el hombre de tanto trabajar?#3.9 ¿Qué provecho...?: Véase Ec 1.3 nota d. 10Me doy cuenta de la carga que Dios ha puesto sobre los hombres para humillarlos con ella.#3.10 Cf. Ec 1.13. 11Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito,#3.11 La idea de lo infinito: traducción probable de un término hebreo que significa eternidad o, con más exactitud, el tiempo que se prolonga indefinidamente hacia el pasado y el futuro. Aquí se refiere con mucha probabilidad, a la capacidad humana de abarcar con el pensamiento la totalidad de los acontecimientos pasados y futuros, y al irresistible deseo de comprender su sentido y su porqué. Véase Ec 1.18 n. aun cuando el hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará.#3.11 Lo que Dios ha hecho y lo que hará: lit. la obra que Dios realiza desde el comienzo hasta el fin. En conformidad con los otros escritos sapienciales del AT, Eclesiastés afirma que todo lo que acontece en el mundo está sometido al gobierno divino y de él depende. Pero se aparta de la tradición sapiencial al poner de relieve, una vez más, la insuperable limitación de la sabiduría humana: por más que el ser humano se esfuerce en comprender, la obra que Dios realiza constituye para él un enigma indescifrable (Ec 7.23-24; 8.17). Cf. Sal 139.17; Is 55.8-9; Ro 11.33-34.
12Yo sé que lo mejor que puede hacer el hombre es divertirse y disfrutar de la vida, 13pues si comemos, bebemos y contemplamos los beneficios de nuestro trabajo es porque Dios nos lo ha concedido.#3.12-13 Lo mejor que puede hacer el hombre...: Véase Ec 2.24 n. 14Y también sé que todo lo que Dios ha hecho permanecerá para siempre. No hay nada que añadir ni nada que quitar; Dios lo ha hecho así para que delante de él se guarde reverencia.#3.14 Sal 33.11; Eclo 18.6. 15Nada existe que no haya existido antes, y nada existirá que no exista ya. Dios hace que el pasado se repita.#3.15 Cf. Ec 1.9. Dios hace que el pasado se repita: sentido probable de una frase que, traducida literalmente, dice Dios busca lo que es perseguido.
Injusticias de la vida
16He podido ver también que en este mundo hay corrupción y maldad donde debiera haber justicia y rectitud.#3.16 El Eclesiastés comprueba con amargura la existencia de grandes injusticias sociales, pero no las combate como habían hecho los profetas (cf. Is 5.8-10; 10.1-4; Am 2.6-16; Miq 2.1-5); además, no está muy convencido de que esa situación pueda cambiar realmente (cf. Ec 4.1; 5.8-9). 17Por lo tanto, digo que Dios juzgará al hombre honrado y al malvado,#3.17 Acerca del juicio de Dios, cf. Ec 11.9; 12.14. porque hay un momento para todo lo que ocurre y para todo lo que se hace.
18También digo, en cuanto a la conducta humana, que Dios está poniendo a prueba a los hombres para que se den cuenta de que también ellos son como animales. 19En realidad, hombres y animales tienen el mismo destino: unos y otros mueren por igual,#3.19 Sal 49.12,20. y el aliento de vida es el mismo para todos. Nada de más tiene el hombre que el animal:#3.19 Nada de más tiene el hombre que el animal: El autor no identifica sin más a los hombres con los animales. Afirma, simplemente, que todos los seres vivientes están animados por el aliento vital que se manifiesta en la respiración (cf. Gn 2.7; 7.22), y que cuando Dios les retira ese aliento, todos, indistintamente, vuelven al polvo común (cf. Gn 3.19). Frente al hecho de la muerte, se borran todas las diferencias. todo es vana ilusión 20y todos paran en el mismo lugar. Del polvo fueron hechos todos, y al polvo todos volverán.#3.20 Gn 3.19; Job 34.15; Eclo 17.1. 21¿Quién puede asegurar que el espíritu del hombre sube a las alturas de los cielos y que el espíritu del animal baja a las profundidades de la tierra?#3.20-21 Ec 12.7. 22Me he dado cuenta de que no hay nada mejor para el hombre que disfrutar de su trabajo, pues eso es lo que le ha tocado, ya que nadie lo traerá a que vea lo que habrá de ocurrir después de su muerte.

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