ÉXODO 1:8-17
ÉXODO 1:8-17 DHHE
Más tarde hubo un nuevo rey en Egipto, que no había conocido a José y que dijo a su pueblo: “Mirad, el pueblo israelita es más numeroso y más poderoso que nosotros; así que debemos hacer algo para impedir que sigan aumentando, porque podría suceder que, en caso de guerra, se pusieran de parte de nuestros enemigos para pelear contra nosotros, y se fueran de este país.” Por eso los egipcios pusieron capataces encargados de someter a los israelitas a trabajos muy duros. Les hicieron construir las ciudades de Pitón y Ramsés, que el faraón, rey de Egipto, utilizaba para almacenar provisiones. Pero cuanto más los maltrataban, más aumentaban. Así que los egipcios les tenían mucho miedo. Los egipcios esclavizaron cruelmente a los israelitas. Les amargaron la vida sometiéndolos a rudos trabajos: preparar barro y hacer adobes, y atender a todos los trabajos del campo. En todo esto los israelitas eran tratados con crueldad. Además el rey de Egipto habló con Sifrá y Puá, que eran parteras de las hebreas, y les dijo: –Cuando atendáis a las hebreas en sus partos, fijaos en el sexo del recién nacido. Si es niña, dejadla vivir, pero si es niño, ¡matadlo! Sin embargo, las parteras tuvieron temor de Dios y no hicieron lo que el rey de Egipto les había ordenado, sino que dejaron vivir a los niños.