Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

GÉNESIS 30:25-36

GÉNESIS 30:25-36 DHHE

Después que Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán: –Déjame regresar a mi propia tierra. Dame mis hijos y mis mujeres, pues por ellas he trabajado contigo, y déjame ir. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti. Pero Labán le contestó: –Por favor, quédate conmigo. He sabido por adivinación que el Señor me ha bendecido por medio de ti. Dime qué salario quieres ganar, y te lo pagaré. Entonces Jacob le dijo: –Tú bien sabes cómo he trabajado para ti, y cómo he cuidado tus animales; lo poco que tenías antes que yo viniera ha aumentado en gran manera, pues desde que llegué, el Señor te ha bendecido; pero, ¿cuándo voy a comenzar a trabajar para mi propia familia? –¿Qué salario quieres que te pague? –insistió Labán. –No me pagues nada –respondió Jacob–. Volveré a cuidar tus ovejas, si aceptas lo que te voy a proponer: déjame pasar hoy por entre tu rebaño, para apartar todos los corderitos negros y todos los cabritos manchados y moteados. Ellos serán mi salario. Así, cuando más adelante vengas a ver lo que he ganado, tendrás la prueba de mi honradez: pues si en mi rebaño hay cabras que no sean manchadas o moteadas, o corderos que no sean negros, será que te los he robado. –Está bien, acepto lo que propones –dijo Labán. Pero aquel mismo día apartó Labán todos los chivos rayados y moteados, y todas las cabras manchadas y moteadas o que tenían algo blanco, y todos los corderos negros, y se los dio a sus hijos para que los cuidaran. Luego, con este rebaño, se apartó de donde estaba Jacob, a una distancia de tres días de camino. Jacob, por su parte, siguió cuidando las otras ovejas de Labán.