HEBREOS 4:8-13
HEBREOS 4:8-13 DHHE
Si ya Josué hubiera dado ese reposo a los israelitas, Dios no habría hablado de otro día. De manera que todavía queda un reposo sagrado para el pueblo de Dios; porque el que entra en ese reposo de Dios, reposa de su trabajo, así como Dios reposó del suyo. Debemos, pues, esforzarnos por entrar en ese reposo, para que nadie siga el ejemplo de aquellos que no creyeron. La palabra de Dios tiene vida y poder. Es más aguda que cualquier espada de dos filos; penetra hasta lo más íntimo de la persona, y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón. Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él: todo está claramente expuesto ante aquel a quien tenemos que rendir cuentas.