ISAÍAS 43:1-13
ISAÍAS 43:1-13 DHHE
Pero ahora, Israel, pueblo de Jacob, el Señor que te creó te dice: “No temas, que yo te he liberado; yo te llamé por tu nombre, tú eres mío. Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo; si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás; si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás; las llamas no arderán en ti. Pues yo soy tu Señor, tu salvador, el Dios Santo de Israel. Yo te he adquirido; he dado como precio de rescate a Egipto, a Etiopía y a Sabá, porque te aprecio, eres de gran valor y te amo. Para tenerte a ti y para salvar tu vida entrego hombres y naciones. No tengas miedo, pues yo estoy contigo. De oriente y de occidente haré volver a tu gente para reunirla. Diré al norte: ‘Devuélvelos’, y al sur: ‘No te quedes con ellos. Trae a mis hijos y mis hijas desde lejos, desde el extremo del mundo, a todos los que llevan mi nombre, a los que yo creé y formé, a los que hice para gloria mía.’ “Haced venir a mi pueblo, que tiene ojos pero está ciego, y tiene oídos pero está sordo. Reúnanse todos los pueblos, júntense las naciones. ¿Quién de entre ellas había predicho esto, o había anunciado los sucesos pasados? Que presenten testigos y prueben tener razón, para que se oiga y se diga que es la verdad.” El Señor afirma: “Vosotros sois mis testigos, mis siervos, que yo elegí para que me conozcáis y confiéis en mí y entendáis quién soy. Antes de mí no ha existido ningún dios, ni habrá ninguno después de mí. Solo yo soy el Señor; fuera de mí nadie puede salvar.” El Señor afirma: “Yo lo anuncié y lo proclamé: yo os he salvado; no lo hizo un dios extraño, y vosotros sois mis testigos. Desde siempre, yo soy Dios. Nadie puede librar de mi poder. Nadie puede deshacer lo que yo hago.”