ISAÍAS 62:6-12
ISAÍAS 62:6-12 DHHE
Jerusalén, en tus murallas he puesto centinelas que de día y de noche dicen sin cesar: “Que no callen los que invocan al Señor, que no lo dejen descansar hasta que haya reconstruido Jerusalén y haya hecho que todo el mundo la alabe.” El Señor ha jurado alzando su poderoso brazo derecho: “Nunca más permitiré que tus enemigos se coman tu trigo ni que los extranjeros se beban el vino que es fruto de tu trabajo, sino que vosotros mismos recogeréis la cosecha, la comeréis y me alabaréis a mí; y vendimiraréis las uvas, y beberéis el vino en los atrios de mi santo templo.” Salid, salid por las puertas, preparad el camino para mi pueblo. Construid con cuidado la calzada y limpiadla de piedras; levantad la señal para llamar a las naciones. El Señor anuncia esto hasta el extremo de la tierra: “Decidle a la ciudad de Sión que ha llegado ya su salvador. El Señor trae a su pueblo después de haberlo rescatado.” A los israelitas los llamarán “El pueblo santo”, “Los liberados por el Señor”, y a Jerusalén, “La ciudad deseada”, “La ciudad no abandonada”.