SALMOS 9b
9b
SALMO 10 (9b)
Oración pidiendo la ayuda de Dios#Salmo 10 (9b) La cifra puesta entre paréntesis corresponde a la numeración de la versión griega llamada “de los Setenta” (LXX), seguida en este punto por la versión latina llamada “Vulgata”. Estas versiones consideran como una unidad los salmos 9 y 10 del hebreo. Véase Introducción a los Salmos.
1Señor, ¿por qué te quedas tan lejos?,
¿por qué te escondes en tiempos de angustia?
2Con altanería, el malvado
persigue rabiosamente al humilde;
pero ha de quedar atrapado
en las trampas que él mismo ha tendido.
3El malvado se jacta de sus propios deseos;
el ambicioso maldice y desprecia al Señor.
4Levanta insolente la nariz, y dice:
“No hay Dios. No hay quien me pida cuentas.”
Eso es todo lo que piensa.#10.4 Sal 14.1; 53.1; 73.11; Sof 1.12.
5Siempre tiene éxito en lo que hace.
Para él, tus juicios están lejos,
muy lejos de su vista.
Se burla de sus enemigos,
6y piensa que nadie le hará caer,
que jamás tendrá problemas.
7Su boca está llena de maldiciones,
de mentiras y de ofensas;#10.7 Ro 3.14.
sus palabras ocultan opresión y maldad.
8Se pone al acecho, por las aldeas,
y a escondidas mata al inocente.
No pierde de vista al indefenso:
9como si fuera un león en su cueva,
espía al pobre desde su escondite,
esperando el momento de caer sobre él,
y cuando lo atrapa, lo arrastra en su red.
10Se agacha, se encoge,
y caen en sus garras los indefensos.
11El malvado cree que Dios se olvida,
que se tapa la cara y que nunca ve nada.
12¡Levántate, Señor, levanta tu brazo!
¡No olvides a los afligidos!
13¿Por qué, Dios mío, han de burlarse los malos,
pensando que no habrás de pedirles cuentas?
14Tú mismo has visto su irritante maldad;
¡la has visto, y les darás su merecido!
A ti se acogen los indefensos;
tú eres la ayuda de los huérfanos.
15¡Rompe el brazo a los malvados!
¡Pídeles cuentas de su maldad,
hasta que no quede nada pendiente!
16El Señor es el rey eterno;
¡los paganos serán echados de su país!
17Señor, tú escuchas la oración de los humildes,
tú los animas y los atiendes.
18Haz justicia al huérfano y al oprimido:
¡que el hombre, hecho de tierra,
no vuelva a sembrar el terror!
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SALMOS 9b: DHHE
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