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APOCALIPSIS 18

18
La caída de Babilonia#18.1–19.5 La destrucción de Babilonia (cf. Ap 14.8, y véase 17.18 n.), predicha al final del cap. 17, no se narra, sino se presenta por medio de una serie de lamentos y declaraciones emitidos por unas voces celestiales (18.1-8, 21-23), por los que habían sido clientes y aliados de aquella ciudad (18.9-20) y por una multitud en el cielo (19.1-3). Su estilo y lenguaje recuerdan en gran parte las profecías del AT, especialmente las pronunciadas contra Tiro (Ez 26–27) y Babilonia (Is 13–14; Jer 50–51).
1Después de esto vi otro ángel que bajaba del cielo; tenía mucha autoridad, y la tierra quedó iluminada con su resplandor. 2Con fuerte voz gritaba:
“¡Cayó, cayó la gran Babilonia!#18.2 Ap 14.8; cf. Is 21.9; Jer 51.8.
¡Se ha vuelto vivienda de demonios,
guarida de toda clase de espíritus impuros,
nido de fieras impuras y odiosas!#18.2 Is 13.19-22; 34.11-17; Jer 50.39; Bar 4.35.
3Todas las naciones se emborracharon
con el vino de su prostitución;#18.3 Prostitución: Ap 2.14 nota t; cf. Ap 14.8; 17.2; y también Is 23.17; Jer 51.7.
los reyes de la tierra se prostituyeron con ella,
y los comerciantes de la tierra
se hicieron ricos con los excesos de su derroche.”
4Oí otra voz del cielo, que decía:
“Salid de esa ciudad,
vosotros, que sois mi pueblo,#18.4 Is 48.20; Jer 50.8; 51.6,45.
para que no participéis de sus pecados
ni os alcancen sus calamidades;
5pues sus pecados se han amontonado
hasta el cielo,#18.5 Jer 51.9; cf. Gn 18.20-21.
y Dios ha tenido presentes
sus maldades.
6Pagadle con su misma moneda;#18.6 Jer 50.29; cf. Sal 137.8.
devolvedle el doble de lo que ha hecho;
mezcladle una bebida dos veces más fuerte
en la copa donde ella mezcló para otros;
7dadle tormento y sufrimiento
en la medida en que se entregó
al orgullo y al derroche.
Pues dice en su corazón:
‘Aquí estoy sentada como una reina.
No soy viuda ni sufriré.’
8Por eso, en un solo día
le vendrán sus calamidades:#18.7-8 Is 47.7-9; Sof 2.15.
muerte, aflicción y hambre,
y será quemada en el fuego;
porque poderoso es Dios, el Señor,
que la ha condenado.”
9Los reyes de la tierra que se prostituyeron con ella y se entregaron al derroche, llorarán y harán lamentación por ella cuando vean el humo de su incendio. 10Se quedarán lejos por miedo a su castigo, y dirán:
“¡Ay, ay de ti, la gran ciudad,
Babilonia, la ciudad poderosa,
porque en un instante llegó tu castigo!”#18.9-10 Ez 26.16-17.
11Los comerciantes del mundo también llorarán y harán lamentación por aquella ciudad, porque ya no habrá quien les compre sus mercancías:#18.11 Cf. Ez 27.29-36. 12cargamentos de oro, plata, piedras preciosas, perlas, telas de lino, púrpura, seda y escarlata; toda clase de maderas aromáticas; objetos de marfil, de maderas preciosas, de bronce, de hierro y de mármol; 13cargamentos de canela y especias aromáticas; incienso, mirra y perfumes; vino, aceite, flor de harina y trigo; animales de carga, ovejas, caballos, carros y hasta esclavos, o sea vidas humanas.#18.12-13 Cf. Ez 27.12-24. 14Y dirán a la ciudad:
“¡Ya no tienes los sabrosos frutos
que tanto te gustaban!
¡Para siempre has perdido
todos tus lujos y riquezas!”
15Los que negociaban con esas cosas y se habían enriquecido a costa de la ciudad, se quedarán lejos por miedo a su castigo, llorando y lamentándose,#18.15 Ez 27.31,36. 16y dirán:
“¡Ay, ay de la gran ciudad,
la que se vestía de lino,
púrpura y escarlata;
la que se adornaba con oro,
perlas y piedras preciosas!#18.16 Descripción de la prostituta; cf. Ap 17.4.
17¡En un instante se ha acabado tanta riqueza!”
Todos los capitanes de barco y los que navegan por la costa, los marineros y todos los que se ganan la vida en el mar, se quedaron lejos,#18.17 Is 23.14; Ez 27.26-30. 18y al ver el humo del incendio de la ciudad gritaban:
“¿Qué ciudad podía compararse con esta?”
19Y se echaban polvo en la cabeza, llorando, lamentándose y gritando:
“¡Ay, ay de la gran ciudad!
Con su riqueza se enriquecieron
cuantos tenían barcos en el mar,
¡y en un instante ha quedado destruida!#18.18-19 Ez 27.30-34.
20¡Alégrate, cielo,
por causa de esa ciudad!
¡Y alegraos vosotros,
los que sois del pueblo santo,#18.20 Dt 32.43; Jer 51.48.
y los apóstoles y los profetas,
porque Dios, al condenarla,
os ha hecho justicia!”
21Un ángel poderoso levantó entonces una piedra, que era como una gran piedra de molino, la lanzó al mar y dijo:
“Así, con violencia, serás derribada,
Babilonia, la gran ciudad,
y nunca más volverán a verte.#18.21 Jer 51.63-64; Ez 26.21.
22Nunca más se oirá en tus calles
música de arpas, flautas y trompetas,#18.22 Is 24.8; Ez 26.13.
ni habrá en ti artesanos
de ningún oficio,
ni se oirá en ti el ruido
de la piedra del molino.
23Nunca más brillará en ti
la luz de una lámpara
ni se oirá en ti
el bullicio de las fiestas de bodas,
aunque tus comerciantes
eran los poderosos del mundo
y engañaste a todas las naciones
con tus brujerías.”#18.22-23 Jer 25.10.
24Pues en esa ciudad se ha encontrado la sangre de los profetas, y de los que pertenecen al pueblo de Dios, y de todos los que han sido asesinados en el mundo.#18.24 Jer 51.49; cf. Lc 11.50.

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