2 CORINTIOS 1:18-21
2 CORINTIOS 1:18-21 Reina Valera 2020 (RV2020)
Dios es testigo fiel de que nuestra palabra dirigida a vosotros no ha sido «sí» y «no», porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, tanto por mí como por Silvano y Timoteo, no ha sido «sí» y «no», sino que ha sido «sí» en él. Porque todas las promesas de Dios en él son «sí», y por medio de él nosotros decimos «Amén», para la gloria de Dios. Y el que nos confirma con vosotros en Cristo y el que nos ungió, es Dios
2 CORINTIOS 1:18-21 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Pero, tan cierto como que Dios es fiel, el mensaje que os hemos dirigido no es «sí» y «no». Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, a quien Silvano, Timoteo y yo predicamos entre vosotros, no fue «sí» y «no»; en él siempre ha sido «sí». Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «Amén» para la gloria de Dios. Dios es el que nos mantiene firmes en Cristo, tanto a nosotros como a vosotros. Él nos ungió
2 CORINTIOS 1:18-21 La Palabra (versión española) (BLP)
Dios es testigo de que nuestro modo de hablaros no es a la vez un «sí» y un «no», como no lo es Jesucristo, el Hijo de Dios, a quien yo, junto con Silvano y Timoteo, anuncié entre vosotros. En Cristo todo ha sido «sí», pues todas las promesas de Dios se han hecho realidad en él. Precisamente por eso, él sustenta el «Amén» con que nosotros glorificamos a Dios. Dios es, por lo demás, quien nos mantiene, tanto a mí como a vosotros, firmemente unidos a Cristo. Dios nos consagró
2 CORINTIOS 1:18-21 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Dios es testigo de que no os decimos “sí” y “no” al mismo tiempo. Porque Cristo Jesús, el Hijo de Dios, a quien Silvano, Timoteo y yo predicamos entre vosotros, no es “sí” y “no” al mismo tiempo. Cristo es el “sí” de Dios, pues en él se cumplen todas las promesas de Dios. Por eso, cuando alabamos a Dios decimos “Amén” por medio de Cristo Jesús. Y Dios es quien a nosotros y a vosotros nos ha afirmado al unirnos a Cristo, y nos ha consagrado.