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2 REYES 10:10-17

2 REYES 10:10-17 Reina Valera 2020 (RV2020)

Sabed ahora que de la palabra que el Señor habló sobre la casa de Acab nada caerá en tierra, y que el Señor ha cumplido lo que dijo por medio de su siervo Elías. Mató entonces Jehú a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus príncipes, a todos sus familiares y a sus sacerdotes, hasta que no quedó ninguno. Luego se levantó de allí para ir a Samaria, y en el camino llegó a una casa de pastores destinada al esquileo. Halló allí a los hermanos de Ocozías, rey de Judá, y les preguntó: —¿Quiénes sois vosotros? Ellos respondieron: —Somos hermanos de Ocozías y hemos venido a saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina. Entonces él dijo: —Apresadlos vivos. Después que los tomaron vivos, los degollaron junto al pozo de la casa de esquileo. Eran cuarenta y dos hombres, y no quedó ninguno de ellos. Cuando partió de allí, se encontró con Jonadab hijo de Recab. Después que lo hubo saludado, le dijo: —¿Es tan recto tu corazón como el mío lo es con el tuyo? —Lo es —respondió Jonadab. —Puesto que lo es, dame la mano. Jonadab le dio la mano. Luego lo hizo subir consigo en el carro y le dijo: —Ven conmigo y verás mi celo por el Señor. Lo llevó, pues, en su carro. Luego que Jehú llegó a Samaria, mató a todos los descendientes de Acab que allí habían quedado, hasta exterminarlos, conforme a la palabra que el Señor había anunciado por medio de Elías.

2 REYES 10:10-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Sabed que nada de lo que el Señor habló contra la familia de Ahab dejará de cumplirse. El Señor mismo ha hecho lo que anunció por medio de Elías, su siervo. Y Jehú dio muerte en Jezreel al resto de la familia de Ahab, a todos sus hombres importantes y amigos íntimos, y a sus sacerdotes. No dejó a nadie con vida. Después se dirigió a Samaria, y en el camino llegó a Bet-equed de los Pastores, donde encontró a los hermanos de Ocozías, rey de Judá. Jehú les preguntó: –¿Quiénes sois vosotros? Ellos le respondieron: –Somos hermanos de Ocozías, y hemos venido a saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina. Entonces Jehú ordenó a sus seguidores: –Atrapadlos vivos. Los seguidores de Jehú los atraparon vivos y los degollaron junto al pozo de Bet-equed de los Pastores. Eran cuarenta y dos hombres, y no dejaron a ninguno de ellos con vida. Cuando Jehú se fue de allí se encontró con Jonadab, hijo de Recab, que había ido a verle. Jehú le saludó y le dijo: –¿Son buenas tus intenciones hacia mí, como lo son las mías hacia ti? –Así es –respondió Jonadab. –En ese caso, dame la mano –dijo Jehú. Jonadab le dio la mano, y Jehú le hizo subir con él a su carro, diciéndole: –Acompáñame y verás mi celo por el Señor. Así pues, le llevó en su carro. Y al entrar en Samaria, Jehú mató a todos los descendientes de Ahab que aún quedaban con vida. Los exterminó por completo, según el Señor se lo había anunciado a Elías.