HECHOS 23:23-35
HECHOS 23:23-35 Reina Valera 2020 (RV2020)
Llamó el comandante a dos centuriones y ordenó que para las nueve de esa noche prepararan doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros para que fueran hasta Cesarea. También pidió que dispusieran cabalgaduras para llevar a Pablo sano y salvo ante la presencia de Félix, el gobernador. A tal efecto, escribió una carta en estos términos: «Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Salud. Este hombre que te envío fue apresado por los judíos y estando a punto de darle muerte, intervine con una compañía de soldados para liberarle porque tuve conocimiento de que era romano. Quise saber la causa por la que le acusaban y le llevé ante su Concilio. Supe que los judíos le acusaban por cuestiones relativas a su ley, mas carecía de acusación alguna digna de muerte o de prisión. Ahora bien, habiendo sido avisado de que los judíos quieren tenderle una trampa, he decidido enviártelo rápidamente, a la vez que he exigido a sus acusadores que traten en tu presencia lo que tengan en su contra. Salud». De acuerdo con las órdenes recibidas, los soldados tomaron a Pablo y lo condujeron de noche hasta Antípatris. Al día siguiente los soldados de caballería continuaron el viaje con él, mientras que el resto de la guarnición regresó a la fortaleza. Cuando llegaron a Cesarea, entregaron la carta al gobernador y presentaron ante él a Pablo. El gobernador, leída la carta, preguntó de qué provincia era. Al saber que era de Cilicia le dijo: —Te oiré cuando vengan tus acusadores. Y mandó que le custodiaran en el pretorio de Herodes.
HECHOS 23:23-35 La Palabra (versión española) (BLP)
Seguidamente llamó a dos oficiales y les dio estas instrucciones: —Hay que salir para Cesarea a partir de las nueve de la noche. Tened preparada al efecto una escolta compuesta por doscientos soldados de infantería, setenta de caballería y doscientos lanceros. Preparad también cabalgadura para Pablo y llevadlo sano y salvo ante Félix, el gobernador. Entre tanto, él escribió una carta en los siguientes términos: «De Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix. Salud. El hombre que te envío fue apresado por los judíos. Cuando estaban a punto de matarlo, intervine militarmente y lo libré, pues tuve conocimiento de que era ciudadano romano. Queriendo luego averiguar en qué se basaban las denuncias formuladas contra él, hice que compareciera ante su Consejo Supremo. He sacado la conclusión de que le hacen cargos sobre cuestiones relativas a su ley, pero ninguna acusación hay por la que deba morir o ser encarcelado. No obstante, al recibir informes de que se preparaba un complot contra él, he decidido enviártelo rápidamente, a la vez que he puesto en conocimiento de sus acusadores que deben formular sus demandas ante ti». De acuerdo con las órdenes recibidas, la escolta tomó a su cargo a Pablo y lo condujo de noche hasta Antípatris. Al día siguiente, los demás soldados regresaron a la fortaleza, dejando que prosiguieran con Pablo los de caballería. A su llegada a Cesarea, estos hicieron entrega de la carta al gobernador y dejaron a Pablo en sus manos. Leído el mensaje, el gobernador preguntó a Pablo de qué provincia era; al saber que procedía de Cilicia, le dijo: —Te interrogaré cuando lleguen tus acusadores. A continuación mandó custodiar a Pablo en el palacio de Herodes.
HECHOS 23:23-35 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El comandante llamó a dos de sus centuriones y les dio orden de preparar doscientos soldados de a pie, setenta de a caballo y doscientos lanceros, para ir a Cesarea a las nueve de la noche. Mandó además preparar caballos para que Pablo montara, y dio orden de llevarle sano y salvo ante el gobernador Félix. Con ellos envió una carta que decía: “De Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Saludos. Los judíos habían apresado a este hombre e iban a matarle, pero yo, que supe que se trataba de un ciudadano romano, acudí con mis soldados y lo libré. A fin de enterarme de qué le acusaban, le llevé ante la Junta Suprema de los judíos, y resultó que le acusaban de asuntos de su ley; pero no había razón para darle muerte, y ni siquiera para tenerle en la cárcel. Pero como he sabido que los judíos han hecho planes para matarlo, ahí te lo envío; y he pedido también a quienes le acusan que expongan ante ti lo que tengan contra él.” Los soldados, conforme a las órdenes que habían recibido, tomaron a Pablo y lo llevaron de noche a Antípatris. Al día siguiente, los soldados de a pie regresaron al cuartel, y los de a caballo siguieron el viaje con Pablo. Al llegar a Cesarea dieron la carta al gobernador y le entregaron también a Pablo. Después de leer la carta, el gobernador preguntó de dónde era Pablo, y al saber que era de Cilicia le dijo: –Te oiré cuando vengan los que te acusan. Luego dio orden de ponerle bajo vigilancia en el palacio de Herodes.
HECHOS 23:23-35 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Entonces el comandante llamó a dos de sus centuriones y les ordenó: ―Alistad un destacamento de doscientos soldados de infantería, setenta de caballería y doscientos lanceros para que vayan a Cesarea esta noche a las nueve. Preparad también cabalgaduras para llevar a Pablo sano y salvo al gobernador Félix. Además, escribió una carta en estos términos: Claudio Lisias, a su excelencia el gobernador Félix: Saludos. Los judíos prendieron a este hombre y estaban a punto de matarlo, pero yo llegué con mis soldados y lo rescaté, porque me había enterado de que es ciudadano romano. Yo quería saber de qué lo acusaban, así que lo llevé al Consejo judío. Descubrí que lo acusaban de algunas cuestiones de su ley, pero no había contra él cargo alguno que mereciera la muerte o la cárcel. Cuando me informaron que se tramaba una conspiración contra este hombre, decidí enviártelo en seguida. También ordené a sus acusadores que expongan delante de ti los cargos que tengan contra él. Así que los soldados, según se les había ordenado, tomaron a Pablo y lo llevaron de noche hasta Antípatris. Al día siguiente dejaron que la caballería siguiera con él mientras ellos volvían al cuartel. Cuando la caballería llegó a Cesarea, le entregaron la carta al gobernador y le presentaron también a Pablo. Félix leyó la carta y preguntó de qué provincia era. Al enterarse de que Pablo era de Cilicia, le dijo: «Te daré audiencia cuando lleguen tus acusadores». Y ordenó que lo dejaran bajo custodia en el palacio de Herodes.