HECHOS 9:1-9
HECHOS 9:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Saulo, que aún seguía respirando amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fue a ver al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco. Lo hacía con la intención de llevar presos a Jerusalén a quienes hallara como seguidores, hombres o mujeres, de este nuevo camino. Mas en el camino, cerca ya de Damasco, le rodeó repentinamente un resplandor que venía del cielo, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él preguntó: —¿Quién eres, señor? Y le respondió: —Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Saulo, temblando y temeroso, dijo: —Señor, ¿qué quieres que haga? El Señor le dijo: —Levántate y entra en la ciudad. Allí se te dirá lo que debes hacer. Los hombres que iban con Saulo se habían parado, mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Cuando él se levantó del suelo y abrió los ojos no veía a nadie. Así que le tomaron de la mano y le llevaron a Damasco. Allí estuvo tres días sin ver. Tampoco comió ni bebió.
HECHOS 9:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Entre tanto, Saulo, que seguía respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se dirigió al sumo sacerdote y le pidió cartas de presentación para las sinagogas de Damasco. Su intención era conducir presos a Jerusalén a cuantos seguidores del nuevo camino del Señor encontrara, tanto hombres como mujeres. Se hallaba en ruta hacia Damasco, a punto ya de llegar, cuando de pronto un resplandor celestial lo deslumbró. Cayó a tierra y oyó una voz que decía: —Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues? —¿Quién eres, Señor? —preguntó Saulo. —Soy Jesús, a quien tú persigues —respondió la voz—. Anda, levántate y entra en la ciudad. Allí recibirás instrucciones sobre lo que debes hacer. Sus compañeros de viaje se habían quedado mudos de estupor. Oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, cuando abrió los ojos, no podía ver. Así que lo llevaron de la mano a Damasco, donde pasó tres días privado de la vista, sin comer y sin beber.
HECHOS 9:1-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Mientras tanto, Saulo no dejaba de amenazar de muerte a los creyentes en el Señor. Por eso, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas de autorización para ir a las sinagogas de Damasco, a buscar a los seguidores del nuevo camino, hombres y mujeres, y llevarlos presos a Jerusalén. Pero cuando ya se encontraba cerca de la ciudad de Damasco le envolvió de repente una luz que venía del cielo. Saulo cayó al suelo y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Saulo preguntó: “¿Quién eres, Señor?” La voz le contestó: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate y entra en la ciudad: allí te dirán lo que debes hacer.” Los que viajaban con Saulo estaban muy asustados, porque habían oído la voz pero no habían visto a nadie. Luego Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos no podía ver. Así que le cogieron de la mano y le llevaron a Damasco, donde estuvo tres días sin ver y sin comer ni beber.
HECHOS 9:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Mientras tanto, Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco. Tenía la intención de encontrar y llevar presos a Jerusalén a todos los que pertenecieran al Camino, fueran hombres o mujeres. En el viaje sucedió que, al acercarse a Damasco, una luz del cielo resplandeció de repente a su alrededor. Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: ―Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ―¿Quién eres, Señor? —preguntó. ―Yo soy Jesús, a quien tú persigues —le contestó la voz—. Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer. Los hombres que viajaban con Saulo se detuvieron atónitos, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos no podía ver, así que lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Estuvo ciego tres días, sin comer ni beber nada.