ÉXODO 32:7-14
ÉXODO 32:7-14 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces el Señor dijo a Moisés: —Anda, desciende, porque tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, se ha corrompido. Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, lo han adorado, le han ofrecido sacrificios y han dicho: «¡Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto!». Continuó diciendo el Señor a Moisés: —Yo he visto a este pueblo, que por cierto es un pueblo muy testarudo. Ahora, pues, deja que se encienda mi ira contra ellos y los consuma; pero de ti yo haré una nación grande. Entonces Moisés oró en presencia del Señor, su Dios: —¿Por qué, Señor, se encenderá tu furor contra tu pueblo, el que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de decir los egipcios: «Para mal los sacó, para matarlos en los montes y para borrarlos de la faz de la tierra»? No te dejes llevar por la ira y renuncia al castigo que pensabas para tu pueblo. Acuérdate de Abrahán, de Isaac y de Israel, tus siervos, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: «Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y le daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que os he hablado, y ellos la poseerán como heredad para siempre». Entonces el Señor se arrepintió del mal que dijo habría de hacer a su pueblo.
ÉXODO 32:7-14 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor dijo a Moisés: —Desciende del monte, porque tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto, se ha pervertido. Muy pronto se han apartado del camino que yo les había indicado. Se han fabricado un becerro de metal al que adoran y ofrecen sacrificios al tiempo que proclaman: «¡Israel, este es tu dios, el que te sacó de Egipto!». El Señor continuó diciendo: —Me estoy dando cuenta de que este pueblo es muy testarudo. Déjame, pues, que descargue mi ira contra ellos y los aniquile. Y tú serás el que dé origen a una gran nación. Entonces Moisés intentó aplacar el furor del Señor, su Dios, diciendo: —Señor, ¿por qué vas a descargar tu ira contra tu pueblo, el mismo en favor del que hiciste uso de tu gran fuerza y poder para sacarlo de Egipto? ¿Acaso vas a permitir que los egipcios digan: «Con malos fines los sacó Dios; lo hizo para matarlos en las montañas y borrarlos de la faz de la tierra»? No te dejes llevar por la ira y renuncia al castigo que pensabas para tu pueblo. Acuérdate de tus siervos Abrahán, Isaac e Israel, a quienes hiciste solemne promesa diciendo: «Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo y daré a vuestros descendientes como herencia perpetua la tierra de la que os he hablado». Entonces el Señor renunció a aplicar el castigo con que había amenazado a su pueblo.
ÉXODO 32:7-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Entonces el Señor dijo a Moisés: –Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder. Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando, le presentan ofrendas y dicen: ‘¡Israel, este es tu dios que te sacó de Egipto!’ Además, el Señor dijo a Moisés: –Me he fijado en esta gente y me he dado cuenta de que son muy tercos. ¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de ira y voy a acabar con ellos! Pero de ti haré una gran nación. Moisés, sin embargo, trató de calmar al Señor su Dios con estas palabras: –Señor, ¿por qué va a arder tu furor contra tu pueblo, el que tú mismo sacaste de Egipto con gran despliegue de poder? ¿Cómo vas a dejar que digan los egipcios: ‘Dios los sacó con la mala intención de matarlos en las montañas, para borrarlos de la superficie de la tierra’? Deja ya de arder en ira; renuncia a la idea de hacer daño a tu pueblo. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: ‘Haré que vuestros descendientes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y toda esta tierra que os he prometido se la daré a ellos como su herencia para siempre.’ El Señor renunció a la idea que había manifestado de hacer daño a su pueblo.
ÉXODO 32:7-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: ―Baja, porque ya se ha corrompido el pueblo que sacaste de Egipto. Demasiado pronto se han apartado del camino que les ordené seguir, pues no solo han fundido oro y se han hecho un ídolo en forma de becerro, sino que se han inclinado ante él, le han ofrecido sacrificios y han declarado: “Israel, ¡aquí tienes a tu dios que te sacó de Egipto!” »Ya me he dado cuenta de que este es un pueblo terco —añadió el SEÑOR, dirigiéndose a Moisés—. Tú no te metas. Yo voy a descargar mi ira sobre ellos, y los voy a destruir. Pero de ti haré una gran nación». Moisés intentó apaciguar al SEÑOR su Dios, y le suplicó: ―SEÑOR, ¿por qué ha de encenderse tu ira contra este pueblo tuyo, que sacaste de Egipto con gran poder y con mano poderosa? ¿Por qué dar pie a que los egipcios digan que nos sacaste de su país con la intención de matarnos en las montañas y borrarnos de la faz de la tierra? ¡Calma ya tu enojo! ¡Aplácate y no traigas sobre tu pueblo esa desgracia! Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel. Tú mismo les juraste que harías a sus descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo; ¡tú les prometiste que a sus descendientes les darías toda esta tierra como su herencia eterna! Entonces el SEÑOR se calmó y desistió de hacerle a su pueblo el daño que le había sentenciado.