HEBREOS 6:13-19
HEBREOS 6:13-19 La Palabra (versión española) (BLP)
En efecto, cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, al no tener otro más grande por quien jurar, juró por sí mismo diciendo: Te colmaré de bendiciones y haré innumerable tu descendencia. Abrahán, por su parte, gracias a su paciente esperanza, alcanzó la promesa. Los hombres, cuando juran, lo hacen por uno superior a ellos y, una vez interpuesto el juramento como garantía, ya no hay más que discutir. Igualmente, queriendo Dios asegurar a los herederos de la promesa que su decisión era irrevocable, interpuso un juramento. Ofrecía así dos garantías, ambas irrevocables, porque Dios no puede engañar, y proporcionaba un poderoso consuelo a quienes se refugiaban en él para mantener la esperanza a que estamos destinados. Una esperanza que es para nuestra vida como un ancla firme y segura, y que penetra hasta lo más interior del santuario
HEBREOS 6:13-19 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía a nadie superior por quien jurar, juró por sí mismo y dijo: «Te bendeciré en gran manera y multiplicaré tu descendencia». Y así, después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que Dios le había prometido. Los seres humanos juran por alguien superior a ellos mismos, y el juramento, al confirmar lo que se ha dicho, pone punto final a toda discusión. Por eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa que su propósito es inmutable, la confirmó con un juramento. Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros. Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario
HEBREOS 6:13-19 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, al no poder jurar por otro mayor, juró por sí mismo con estas palabras: Ciertamente te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente . Y como Abrahán esperó con paciencia, alcanzó la promesa. Los hombres juran por uno mayor que ellos; y lo que se confirma a través de un juramento no admite más discusión. Por eso, como Dios quería demostrar plenamente a los herederos de la promesa que su decisión era inmutable, la garantizó con un juramento, para que por dos cosas que no cambian, y en las que Dios no puede mentir, tengamos un poderoso consuelo los que hemos buscado refugio y nos hemos aferrado a la esperanza que se nos ha ofrecido. Una esperanza que tenemos como ancla segura y firme de nuestra vida, y que penetra hasta dentro del velo
HEBREOS 6:13-19 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cuando Dios hizo la promesa a Abraham, juró por su propia vida porque no había otro superior a él por quien jurar, y dijo: “Sí, yo te bendeciré mucho y haré que tu descendencia sea numerosa.” Abraham esperó con paciencia y recibió lo que Dios le había prometido. Cuando los hombres hacen un juramento, lo hacen por alguien superior a ellos mismos; y cuando garantizan algo mediante un juramento, ya no queda nada por discutir. Pues bien, Dios quiso mostrar claramente a quienes habían de recibir la herencia que él les prometía, que estaba dispuesto a cumplir la promesa sin cambiar nada de ella. Por eso garantizó su promesa mediante el juramento. De estas dos cosas que no pueden cambiarse y en las que Dios no puede mentir, recibimos un firme consuelo quienes hemos buscado la protección de Dios y hemos confiado en la esperanza que él nos ha dado. Esta esperanza mantiene firme y segura nuestra alma, lo mismo que el ancla mantiene firme el barco. Es una esperanza que ha penetrado hasta detrás del velo en el templo celestial