ISAÍAS 41:5-10
ISAÍAS 41:5-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Las islas lo contemplan temerosas, tiemblan los confines de la tierra; ya se acercan, ya están aquí. Cada cual ayuda a su compañero, y dice al de al lado: «Ánimo». El escultor anima al orfebre, el forjador al que golpea el yunque; le dice: «Va bien la soldadura», y la sujeta bien fuerte con clavos. Y tú, Israel, siervo mío, tú, Jacob, mi elegido, estirpe de mi amigo Abrahán, a quien tomé del confín de la tierra, a quien llamé de lejanas regiones; a quien dije: Tú eres mi siervo; te he elegido, no te he rechazado. No temas, que estoy contigo; no te angusties, que soy tu Dios. Te doy fuerza y voy a ayudarte, te sostiene mi diestra salvadora.
ISAÍAS 41:5-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Las costas vieron y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se congregaron y vinieron. Cada cual ayuda a su vecino y dice a su hermano: «¡Esfuérzate!». El carpintero anima al platero y el que alisa con martillo al que bate en el yunque, pues le dice: «¡Bien está la soldadura!». Y luego lo afirman con clavos para que no se mueva. Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abrahán, mi amigo. Porque te tomé de los confines de la tierra, de tierras lejanas te llamé y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí y no te deseché. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios. Yo te fortaleceré, y siempre te ayudaré, te sustentaré con la diestra de mi justicia.
ISAÍAS 41:5-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Los países del mar lo vieron y se llenaron de miedo; la tierra tembló de un extremo a otro. Ya se acercan, ya vienen.” Cada artesano ayuda y anima a su compañero. El escultor anima al joyero; el que martilla anima al que golpea el yunque, y dice si la soldadura es buena, y luego asegura la estatua con clavos para que no se tambalee. “Escucha, Israel, pueblo de Jacob, mi siervo, a quien yo he elegido, pueblo descendiente de mi amigo Abraham: Yo te saqué del extremo de la tierra, te llamé desde el rincón más alejado y te dije: ‘Tú eres mi siervo.’ Yo te elegí y no te he rechazado. No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa.
ISAÍAS 41:5-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Lo han visto las costas lejanas, y temen; tiemblan los confines de la tierra. ¡Ya se acercan, ya vienen! Cada uno ayuda a su compañero, e infunde aliento a su hermano. El artesano anima al joyero; y el que martilla le dice al que golpea el yunque: «¡Es buena la soldadura!»; luego asegura el ídolo con clavos para que no se tambalee. «Pero tú, Israel, mi siervo, tú, Jacob, a quien he escogido, simiente de Abraham, mi amigo: Te tomé de los confines de la tierra, te llamé de los rincones más remotos, y te dije: “Tú eres mi siervo”. Yo te escogí; no te rechacé. Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.