ISAÍAS 45:1-13
ISAÍAS 45:1-13 Reina Valera 2020 (RV2020)
Así dice el Señor a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir puertas delante de él, puertas que no se cerrarán: Yo iré delante de ti y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce y haré pedazos cerrojos de hierro. Te daré los tesoros escondidos y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te pongo nombre. Por amor de mi siervo Jacob, de Israel, mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse un nombre insigne, aunque no me has conocido. Yo soy el Señor y no hay ningún otro. No hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me has conocido, para que se sepa desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, que no hay más que yo. Yo soy el Señor, y no hay ningún otro. Yo formo la luz y creo las tinieblas, hago la paz y creo la adversidad. Solo yo, el Señor, soy el que hago todo esto. Rociad, cielos, desde arriba, y las nubes destilen la justicia; ¡que se abra la tierra y brote la salvación!, ¡que la justicia crezca a su lado! Yo, el Señor, he creado todo esto. ¡Ay del que, aunque no es más que un tiesto como cualquier tiesto de la tierra, pleitea con su Hacedor! Dirá el barro al que lo modela: «¿Qué haces?», o: «Tu obra, ¿no tiene manos?». ¡Ay del que dice al padre!: «¿Por qué engendraste?», y a la mujer: «¿Por qué diste a luz?». Así dice el Señor, el Santo de Israel, el que lo formó: «Preguntadme por lo que está por venir; mandadme acerca de mis hijos y acerca de la obra de mis manos. Yo hice la tierra y creé sobre ella al ser humano. Yo extendí los cielos con mis manos y di órdenes a todas sus estrellas. Yo lo desperté en justicia y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad y soltará a mis cautivos; sin pedir dinero ni rescate», dice el Señor de los ejércitos.
ISAÍAS 45:1-13 La Palabra (versión española) (BLP)
Así dice el Señor de su ungido, de Ciro, a quien llevo de la mano: Someteré ante él a las naciones, desceñiré los lomos de los reyes, abriré ante él las puertas, los portones no le resistirán. Caminaré delante de ti, te iré allanando el camino, romperé las puertas de bronce, quebraré los cerrojos de hierro. Te daré tesoros ocultos, riquezas bien escondidas, y reconocerás que soy el Señor, aquel que te llama por tu nombre, el Dios de Israel. Por mi siervo Jacob, por mi elegido Israel, te llamé por tu nombre, te concedí este honor aunque no me conocías. Yo soy el Señor, no hay otro; no hay Dios fuera de mí. Te ciño como guerrero, aunque no me conoces, para que sepan en oriente y occidente que no hay nadie fuera de mí. Yo soy el Señor, no hay otro: el que hace la luz y crea la tiniebla, el que opera la paz y crea la desgracia. Yo, el Señor, hago todo esto. Deja, cielo, caer tu rocío; lloved, nubes, la justicia; ábrase la tierra y brote la salvación, que junto con ella germine la justicia. Yo, el Señor, hago todo esto. ¡Ay de quien pleitea con su artífice no siendo más que un cacharro! ¿Dice el barro al alfarero: «¿qué haces?», o lo acusa su obra diciendo: «¿dónde está tu habilidad?»? ¡Ay de quien dice a un padre: «¿qué engendras?»; o a la esposa: «¿qué estás dando a luz?»! Así dice el Señor, el Santo de Israel, su creador: ¿Tenéis algo que decir de mis hijos? ¿Me instruiréis sobre la obra de mis manos? Yo he hecho la tierra y he creado en ella al ser humano; mis propias manos tendieron el cielo, di instrucciones a todo su ejército. Yo lo he suscitado para salvar, voy a allanar todos sus caminos; él reconstruirá mi ciudad, liberará a mis deportados sin pedir dinero ni rescate, dice el Señor del universo.
ISAÍAS 45:1-13 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor consagró a Ciro como rey, lo tomó de la mano para que dominara las naciones y desarmara a los reyes. El Señor hace que delante de Ciro se abran las puertas de las ciudades sin que nadie pueda cerrárselas. Y ahora le dice: “Yo iré delante de ti, derribaré las alturas, romperé las puertas de bronce y haré pedazos las barras de hierro. Te entregaré tesoros escondidos, riquezas guardadas en lugares secretos, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llama por tu nombre. Por consideración a mi siervo Jacob, al pueblo de Israel, que he elegido, te he llamado por tu nombre y te he dado el título de honor que tienes, sin que tú me conocieras. Yo soy el Señor, no hay otro; fuera de mí no hay Dios. Yo te he preparado para la lucha sin que tú me conocieras, para que sepan todos, de oriente a occidente, que fuera de mí no hay ningún otro. Yo soy el Señor, no hay otro. Yo creo la luz y la oscuridad, produzco el bienestar y la desgracia. Yo, el Señor, hago todas estas cosas. “Yo enviaré de lo alto mi victoria, como rocío del cielo y lluvia de las nubes, y la tierra la recibirá; como fruto producirá la salvación, y a su lado florecerá la justicia.” Una vasija de barro, igual a otra cualquiera, no se pone a discutir con quien la hizo. El barro no dice al que lo trabaja: “¿Qué estás haciendo?”, ni el objeto hecho por él le dice: “Tú no sabes trabajar.” Tampoco puede un hijo reprochar a sus padres el haberlo traído a este mundo. El Señor, el Dios Santo de Israel, quien lo formó, dice: “¿Vais acaso a pedirme cuentas de mis hijos, o a darme lecciones de cómo hacer mis cosas? Yo creé la tierra y sus habitantes, extendí el cielo con mis manos y mandé que aparecieran todos los astros. Yo hice aparecer a Ciro para que triunfe, y voy a hacerle fáciles todos sus caminos; él reconstruirá mi ciudad y dejará en libertad a mis desterrados, sin exigir pago ni compensación.” El Señor todopoderoso ha hablado.
ISAÍAS 45:1-13 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Así dice el SEÑOR a Ciro, su ungido, a quien tomó de la mano derecha para someter a su dominio las naciones y despojar de su armadura a los reyes, para abrir a su paso las puertas y dejar abiertas las entradas: «Marcharé al frente de ti, y allanaré las montañas; haré pedazos las puertas de bronce y cortaré los cerrojos de hierro. Te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas guardadas en lugares secretos, para que sepas que yo soy el SEÑOR, el Dios de Israel, que te llama por tu nombre. Por causa de Jacob mi siervo, de Israel mi escogido, te llamo por tu nombre y te confiero un título de honor, aunque tú no me conoces. Yo soy el SEÑOR, y no hay otro; fuera de mí no hay ningún Dios. Aunque tú no me conoces, te fortaleceré, para que sepan de oriente a occidente que no hay ningún otro fuera de mí. Yo soy el SEÑOR, y no hay ningún otro. Yo formo la luz y creo las tinieblas, traigo bienestar y creo calamidad; Yo, el SEÑOR, hago todas estas cosas. »¡Destilad, cielos, desde lo alto! ¡Nubes, haced llover justicia! ¡Que se abra la tierra de par en par! ¡Que brote la salvación! ¡Que crezca con ella la justicia! Yo, el SEÑOR, lo he creado». ¡Ay del que contiende con su Hacedor! ¡Ay del que no es más que un tiesto entre los tiestos de la tierra! ¿Acaso el barro le reclama al alfarero: «¡Fíjate en lo que haces! ¡Tu vasija no tiene agarraderas!»? ¡Ay del que le reprocha a su padre: «¡Mira lo que has engendrado!»! ¡Ay del que le reclama a su madre: «¡Mira lo que has dado a luz!»! Así dice el SEÑOR, el Santo de Israel, su artífice: «¿Vais acaso a pedirme cuentas del futuro de mis hijos, o a darme órdenes sobre la obra de mis manos? Yo hice la tierra, y sobre ella formé a la humanidad. Mis propias manos extendieron los cielos, y di órdenes a sus constelaciones. Levantaré a Ciro en justicia; allanaré todos sus caminos. Él reconstruirá mi ciudad y pondrá en libertad a mis cautivos, pero no por precio ni soborno. Lo digo yo, el SEÑOR Todopoderoso».