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NÚMEROS 12:1-16

NÚMEROS 12:1-16 Reina Valera 2020 (RV2020)

María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado, pues él había contraído matrimonio con una mujer cusita. Decían: —¿Solamente por medio de Moisés ha hablado el Señor? ¿No lo ha hecho también por medio de nosotros? Y lo oyó el Señor. Moisés era un hombre muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. Luego dijo el Señor a Moisés, a Aarón y a María: —Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. Entonces el Señor descendió en la columna de la nube y se puso a la puerta del tabernáculo. Llamó a Aarón y a María, y se acercaron ambos. Y el Señor les dijo: —Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros un profeta del Señor, me apareceré a él en visión, en sueños le hablaré. No así con mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, claramente, y no con enigmas, y verá la apariencia del Señor. ¿Cómo, pues, os habéis atrevido a criticar a Moisés, mi siervo? Entonces la ira del Señor se encendió contra ellos y los dejó. Tan pronto la nube se apartó del tabernáculo, María se llenó de lepra, y tenía la piel blanca como la nieve. Cuando Aarón miró a María y vio que estaba leprosa, dijo a Moisés: —¡Ah!, señor mío, no nos tengas en cuenta este pecado que neciamente hemos cometido. No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre tiene ya medio consumida su carne. Entonces Moisés clamó al Señor: —Te ruego, Dios, que la sanes ahora. Respondió el Señor a Moisés: —Si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría durante siete días? Sea expulsada, pues, fuera del campamento durante siete días, y después volverá a la congregación. Así María fue expulsada del campamento durante siete días, y el pueblo no siguió adelante hasta que se reunió María con ellos. Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el desierto de Parán.

NÚMEROS 12:1-16 La Palabra (versión española) (BLP)

Entonces María y Aarón criticaron a Moisés porque se había casado con una mujer cusita. Decían: —¿Ha hablado el Señor solamente a través de Moisés? ¿No ha hablado también por medio de nosotros? Y el Señor lo oyó. Moisés era un hombre muy humilde; no había sobre la tierra otro más humilde que él. Así que de pronto llamó el Señor a Moisés, a Aarón y a María y les dijo: —¡Acudid vosotros tres a la Tienda del encuentro! Y así lo hicieron. Entonces el Señor descendió en una columna de nube, se detuvo a la entrada de la Tienda y llamó a Aarón y a María. Se acercaron ambos y el Señor les dijo: —Oíd mis palabras. Cuando un profeta surja entre vosotros, yo, el Señor, me revelaré a él en visiones y hablaré con él por medio de sueños; no así con mi siervo Moisés a quien he confiado toda mi casa. Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas, mientras él contempla mi semblante. ¿Cómo, pues, os habéis atrevido a criticar a Moisés, mi siervo? Estalló entonces contra ellos la cólera del Señor; y se fue. Al apartarse la nube de la Tienda, María se encontró cubierta de lepra, toda ella blanca como la nieve. Aarón la miró y vio que estaba toda cubierta de lepra. Y dijo Aarón a Moisés: —¡Ah! señor mío, no nos tengas en cuenta este pecado que neciamente hemos cometido. Te ruego no quede ella como el aborto que, al salir del vientre de su madre, nace ya medio consumido. Entonces Moisés suplicó al Señor, diciéndole: —¡Te ruego, oh Dios, que la sanes! Pero el Señor respondió a Moisés: —Si su padre le hubiera escupido en el rostro, ¿no cargaría con su vergüenza durante siete días? Pues que permanezca durante siete días fuera del campamento; después se reintegrará a la comunidad. Permaneció María esos siete días fuera del campamento; y el pueblo no prosiguió su marcha hasta que María volvió con ellos. Seguidamente el pueblo partió de Jaserot y fue a acampar en el desierto de Parán.

NÚMEROS 12:1-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

María y Aarón empezaron a hablar mal de Moisés, porque se había casado con una mujer etíope. Además dijeron: “El Señor no ha hablado solamente con Moisés; también ha hablado con nosotros.” Y el Señor lo oyó. En realidad, Moisés era el hombre más humilde del mundo. Por eso el Señor dijo a Moisés, Aarón y María: “Id los tres a la tienda del encuentro.” Los tres fueron allá. Entonces el Señor bajó en una espesa nube y se colocó a la entrada de la tienda; luego llamó a Aarón y a María, y cuando ellos se presentaron el Señor les dijo: “Escuchad esto que voy a deciros: Cuando entre vosotros haya un profeta mío, yo me comunicaré con él en visiones y le hablaré en sueños; pero con mi siervo Moisés no lo hago así. Él es el más fiel de todos mis siervos, y con él hablo cara a cara y en un lenguaje claro. Y si él me ve cara a cara, ¿cómo os atrevéis vosotros a hablar mal de él?” La ira del Señor se encendió contra ellos, y se fue. Y en cuanto la nube se alejó de la tienda, María se puso leprosa, con la piel toda blanca. Cuando Aarón se volvió a mirar a María y vio que estaba leprosa, dijo a Moisés: “Por favor, mi señor, no nos castigues por este pecado que tontamente hemos cometido. No permitas que ella quede como una criatura muerta antes de nacer, que sale con la piel medio deshecha.” Entonces Moisés suplicó al Señor: “Por favor, oh Dios, te ruego que la sanes.” Y el Señor le respondió: “Si su padre le escupiera en la cara, quedaría deshonrada durante siete días. Pues entonces, que la expulsen del campamento durante siete días, y después podrá volver.” Y así María fue expulsada del campamento por siete días. Mientras tanto, el pueblo no se movió de allí. Luego, en cuanto María se reunió con ellos, se pusieron en camino desde Haserot, y acamparon en el desierto de Parán.

NÚMEROS 12:1-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Moisés había tomado por esposa a una egipcia, así que Miriam y Aarón empezaron a murmurar contra él por causa de ella. Decían: «¿Acaso no ha hablado el SEÑOR con otro que no sea Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?» Y el SEÑOR oyó sus murmuraciones. A propósito, Moisés era muy humilde, más humilde que cualquier otro sobre la tierra. De pronto el SEÑOR les dijo a Moisés, Aarón y Miriam: «Salid los tres de la Tienda de reunión». Y los tres salieron. Entonces el SEÑOR descendió en una columna de nube y se detuvo a la entrada de la Tienda. Llamó a Aarón y a Miriam y, cuando ambos se acercaron, el SEÑOR les dijo: «Escuchad lo que voy a deciros: »Cuando un profeta del SEÑOR se levanta entre vosotros, yo le hablo en visiones y me revelo a él en sueños. Pero esto no ocurre así con mi siervo Moisés, porque en toda mi casa él es mi hombre de confianza. Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas. Él contempla la imagen del SEÑOR. ¿Cómo os atrevéis a murmurar contra mi siervo Moisés?» Entonces la ira del SEÑOR se encendió contra ellos, y el SEÑOR se marchó. Tan pronto como la nube se apartó de la Tienda, a Miriam se le puso la piel blanca como la nieve. Cuando Aarón se volvió hacia ella, vio que tenía una enfermedad infecciosa. Entonces le dijo a Moisés: «Te suplico, mi señor, que no nos tomes en cuenta este pecado que hemos cometido tan neciamente. No la dejes como un abortivo, que sale del vientre de su madre con el cuerpo medio deshecho». Moisés le rogó al SEÑOR: «¡Oh Dios, te ruego que la sanes!» El SEÑOR le respondió a Moisés: «Si su padre le hubiera escupido el rostro, ¿no habría durado su humillación siete días? Que se le confine siete días fuera del campamento, y después de eso será readmitida». Así que Miriam quedó confinada siete días fuera del campamento. El pueblo no se puso en marcha hasta que ella se reintegró. Después el pueblo partió de Jazerot y acampó en el desierto de Parán.