PROVERBIOS 27:17-22
PROVERBIOS 27:17-22 Reina Valera 2020 (RV2020)
El hierro con hierro se afila; y el hombre, en contacto con su prójimo. Quien cuida la higuera comerá su fruto, y el que mira por los intereses de su señor recibirá honores. Como la figura en el agua es reflejo del rostro, así el hombre se refleja en el corazón del hombre. Como el seol y el Abadón nunca se sacian, así los ojos del hombre nunca están satisfechos. En el crisol se prueba la plata, en el horno el oro, y al hombre en la boca del que le alaba. Aunque majes al necio en un mortero, entre granos de trigo majados con el pisón, no se apartará de él su necedad.
PROVERBIOS 27:17-22 La Palabra (versión española) (BLP)
El hierro se aguza con hierro; la persona, en contacto con su prójimo. Quien cuida una higuera come su fruto, quien vela por su amo recibe honores. Como el agua es espejo del rostro, la conciencia lo es del ser humano. Abismo y Perdición son insaciables, e insaciables son los ojos del ser humano. La plata se refina en el crisol, el oro en el horno; a una persona la pone a prueba quien la alaba. Aunque machaques al necio en un mortero, no le quitarás su necedad.
PROVERBIOS 27:17-22 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El hierro se afila con otro hierro y el hombre con otro hombre. El que cuida de la higuera come los higos; el que cuida de su amo recibe honores. Así como las caras se reflejan en el agua, así también los hombres se reflejan en su mente. La muerte, el sepulcro y la codicia del hombre jamás quedan satisfechos. El oro y la plata, el fuego los prueba; al hombre lo prueban las alabanzas. Al necio no se le quita lo necio ni aunque lo muelas y lo remuelas.
PROVERBIOS 27:17-22 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre. El que cuida de la higuera comerá de sus higos, y el que vela por su amo recibirá honores. En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona. El sepulcro, la muerte y los ojos del hombre jamás se dan por satisfechos. En el crisol se prueba la plata; en el horno se prueba el oro; ante las alabanzas, el hombre. Aunque al necio lo muelas y lo remuelas, y lo machaques como al grano, no le quitarás la necedad.