ROMANOS 9:14-18
ROMANOS 9:14-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
¿Qué concluiremos? ¿Acaso es Dios injusto? ¡De ninguna manera! Es un hecho que a Moisés le dice: «Tendré clemencia de quien yo quiera tenerla, y seré compasivo con quien yo quiera serlo». Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano, sino de la misericordia de Dios. Porque la Escritura le dice al faraón: «Te he levantado precisamente para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra». Así que Dios tiene misericordia de quien él quiere tenerla, y endurece a quien él quiere endurecer.
ROMANOS 9:14-18 Reina Valera 2020 (RV2020)
¿Entonces, qué diremos? ¿Que Dios es injusto? ¡De ninguna manera! Porque Dios le dijo a Moisés: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia y me compadeceré del que yo me compadezca . Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura le dice al Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra . De manera que Dios tiene misericordia de quien él quiere, y endurece al que él quiere endurecer.
ROMANOS 9:14-18 La Palabra (versión española) (BLP)
¿Quiere esto decir que Dios es injusto? ¡De ningún modo! Él fue quien dijo a Moisés: Tendré compasión de quien me plazca y usaré de clemencia con quien quiera. No es, pues, cuestión de querer o de afanarse, sino de que Dios se muestre compasivo. A este respecto dice la Escritura al faraón: Te hice surgir para demostrar en ti mi poder y para hacer famoso mi nombre en toda la tierra. En una palabra, Dios tiene compasión de quien quiere y deja que se obstine a quien le place.
ROMANOS 9:14-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¿Diremos por esto que Dios es injusto? ¡De ninguna manera! Porque Dios dijo a Moisés: “Tendré misericordia de quien yo quiera tenerla y tendré compasión de quien bien me parezca.” Así pues, no depende de que el hombre quiera o se esfuerce, sino de que Dios tenga compasión. En la Escritura, Dios le dice al faraón: “Te hice rey precisamente para mostrar en ti mi poder, y para darme a conocer en toda la tierra.” De modo que Dios tiene compasión de quien él quiere tenerla y endurece el corazón a quien quiere endurecérselo.