TITO 1:7-8
TITO 1:7-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Es preciso, en efecto, que el obispo, en cuanto encargado de administrar la casa de Dios, sea irreprochable. No ha de ser arrogante, ni colérico, ni aficionado al vino, ni pendenciero, ni amigo de negocios sucios. Al contrario, debe ser hospitalario, amante del bien, sensato, de vida recta, piadoso y dueño de sí.
TITO 1:7-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El obispo tiene a su cargo la obra de Dios, y por lo tanto debe ser intachable: no arrogante, ni iracundo, ni borracho, ni violento, ni codicioso de ganancias mal habidas. Al contrario, debe ser hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, santo y disciplinado.
TITO 1:7-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Es necesario que el obispo sea irreprochable, como administrador de la casa de Dios. No debe ser soberbio, ni iracundo, ni bebedor, ni pendenciero, ni codicioso de ganancias deshonestas. Debe ser hospitalario, amante del bien, sobrio, justo, de vida recta, dueño de sí mismo
TITO 1:7-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
En cuanto al obispo, como administrador de las cosas de Dios, es necesario que lleve una vida recta. No debe ser terco ni de mal genio; no debe ser borracho ni amigo de peleas, ni ha de anhelar ganancias deshonestas. Al contrario, ha de ser hospitalario y hombre de bien, de buen juicio, justo, consagrado a Dios y disciplinado.