Ira y OdioMuestra

No todas las iras son pecado; en realidad, tienes derecho a estar airado con lo que Dios está airado. Se llama la ira santa. Puedes sentirte así hasta que se ponga el sol. Tendrás que buscar en tu corazón de verdad para averiguar el origen de tu ira. No importa si te contienes la ira o la explotas, ambas maneras son igual de peligrosas. Puede que ya lo sepas, pero una ira mal enfocada no va a hacer ningún bien ni a ti ni a los que te rodean. Es tiempo de dejar que Dios reemplace tu ira por amor.