InesperadoMuestra

Cuando descubrí que tenía un tumor cancerígeno en mi tiroides en el año 2015, fue muy inesperado. Pero a medida que pasé por esa experiencia, me di cuenta de que si nos paramos y pensamos en ello, cada día está lleno de lo inesperado. Hacemos nuestras listas de "tareas pendientes". Nos ponemos en camino pensando que nuestro día irá según lo planeado. Pero no lo hace, porque interrupciones que nunca vimos llegar invaden nuestras vidas y dan entrada a lo inesperado.

Pero por sorprendente que lo inesperado sea para nosotros, debemos recordar que lo que para nosotros es inesperado, nunca es inesperado para Dios. Dios sabía que ese día llegaría a mi vida, y Él ya estaba allí esperándome. El miedo trató de apoderarse de mí, como ocurre naturalmente cuando recibimos malas noticias, pero yo sabía que no podía dejar que me abrumara.

Sabía que tenía que evitar que mi mente fuera demasiado lejos, pensando en Nick y nuestras hijas y el futuro desconocido, si viviría o moriría, si era curable o no. Sabía lo suficiente como para reconocer que el tren de pensamientos fuera de control en mi cabeza podía acelerar rápidamente por un camino peligroso y hacerme descarrilar hacia un lugar oscuro. Sabía que debía permanecer en la fe. Como muchas otras situaciones en las que había estado antes, sabía que había una elección que tenía que hacer: ¿caminaría con miedo o con fe?

Había sido la fe la que siempre me había impulsado a través de mis circunstancias en el pasado, así que escogí la fe. Eso no significa, sin embargo, que el miedo desapareciera. Todavía me tentaba, pero sabía que ser tentada por el miedo no era lo mismo que ceder a él; y no ceder a él era la única forma en que podía superar su control.

Comencé a caminar con fe acampándome a mí misma en lo que yo llamo un “capullo de la fe”. Es cuando decido proactivamente mantenerme diligentemente en la Palabra, escuchar música de alabanza continuamente, y solo permitir que voces llenas de fe hablen a mi vida acerca de un situación particular. Sabía que debía hablar solo de fe. Había aprendido que, o alimentamos el miedo o alimentamos la fe, y que tenía el poder de elegir cuál iba a alimentar; así que alimenté mi fe. Corrí hacia Dios, y no lejos de Dios. Peleé la buena batalla de la fe.

Puedes profundizar más en este mensaje de paz sobrenatural y confianza plena en Dios, incluso cuando la vida da un giro inesperado, a través del nuevo libro de Christine,Inesperado. Averigua másaquí. 

Adaptado deInesperado: Deja el Miedo Atrás, Muévete hacia delante con Fe, Abraza la Aventurapor Christine Caine. Copyright © 2018 by Christine Caine. Reimpreso con permiso de Zondervan Publishing. Todos los derechos reservados