¡Atrévete! Pon tu fe en acciónMuestra

Atrévete a empezar por lo pequeño

Como vimos ayer, atreverse a preguntar, a salir del cascarón, atreverse a conquistar nuevos territorios, no es tan sencillo como parece. Menos mal que Dios no nos pide ser conquistadores aguerridos de un día para otro.

“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” (Mateo 17:20).

Lo importante no es el tamaño de tu fe, sino lo que contiene. Un grano de mostaza es minúsculo, pero, con el tiempo, se convierte en un árbol imponente: “pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra” (Marcos 4:32).

Tu fe beneficia a los que pasan por tu vida, a quienes encuentran una sombra bajo tus ramas.

Entonces, ¿por dónde se empieza? Pues bien, se empieza por cosas pequeñas. Antes de escalar la montaña, debes empezar por la colina. Para ejercer tu capacidad de atreverte, puedes empezar con cosas pequeñas como por ejemplo:

• pedir al vecino ese huevo que te hace falta para el pastel que estás preparando.
• pedir al camarero una mesa más cerca de la ventana.

No tenemos nada que perder si, en dichas ocasiones, nos toca afrontar un rechazo. Pero el hecho de atrevernos a hacerlo nos permitirá dar pequeños pasos que nos ayuden a ocupar nuestro lugar y avanzar poco a poco hacia retos cada vez más grandes, hacia nuevas oportunidades.

Hoy te animo a que pidas a Dios Su ayuda en cada pequeña oportunidad que se te presente. Que puedas aprovecharla y que lleve fruto, tanto en tu vida como en la de los demás.

Oremos juntos: “Padre, gracias por la fe que pones en mí. Gracias por esta fe que tiene la capacidad de mover montañas. Gracias porque contigo soy capaz de atreverme a dar este primer paso para cumplir Tu voluntad, para así convertirme en todo aquello que Tú quieres que sea. Soy tuy@, mi vida te pertenece hoy y por siempre. ¡En el nombre de Jesús! Amén."

¡Gracias por existir!
Eric Célérier