Progresa: 21 días de devocionalMuestra

Progresa en Salud:

Como cristianos, creemos que Dios es nuestro sanador. 

El Evangelio de Mateo nos dice que “Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia.” (Mateo 9:35, NVI)

Las buenas noticias del Reino de Dios han sido consistentemente proclamadas a través de la salud de los enfermos. Jesús vino específicamente por los enfermos diciendo: “no son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos.” (Mateo 9:12, NVI)

¡La iglesia primitiva también sabía que Jesús era su sanador! Santiago escribe para alentar a todos los enfermos animando a que la iglesia orara por ellos. “La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y, si ha pecado, su pecado se le perdonará.” (Santiago 5:15, NVI)

Jesús continua sanando hoy en día a través de oraciones de su iglesia. Él continua sanando a los enfermos, a los que tienen el corazón roto y a aquellos pobres en espíritu. 

El Pastor Brian Houston escribió: “la voluntad de Dios es sanarnos y llenarnos; que no haya nada que falte, ni nada roto.” (Brian Houston, Cómo Maximizar tu Vida)

Dios se preocupa por tu salud emocional, espiritual y física. Él desea que progreses en salud e integridad. Jesús ha venido para que puedas recibir esta salud e integridad. 

Acudir a un consejero, doctor o pastor puede ayudarnos a progresar en nuestra salud emocional. 

Dormir apropiadamente, hacer ejercicio y descansar pueden ser herramientas para progresar en tu salud física. 

Y cuando incluimos a Dios en el proceso de crecimiento de nuestra salud espiritual, vemos su obra a través de milagros e intervenciones sobrenaturales en nuestra vida. 

Como seguidores de Cristo, tenemos acceso al Espíritu de Dios, que nos promete integridad en este lado de la eternidad y en el otro. Isaías 53:5 (NVI) dice que “gracias a sus heridas fuimos sanados.” Y Apocalipsis 21:4 (NVI) nos habla de un día en el que “ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor.”

¡Esta promesa de sanidad es para ti! Dios es tu sanador y tú tomas las decisión de ver esto en tu vida y en la vida de aquellos que te rodean. 

Preguntas de acción:
- ¿Cómo puedes orar por la salud de otros?
- ¿Cómo puedes tomar pasos para progresar en tu propia salud?

Oración:
“Señor, te pido traigas salud a mi vida. Física, mental y espiritualmente. Espíritu Santo, dame el poder de ser el recipiente de tu voluntad para sanar a otros. Gracias porque ya hemos sido sanados en tu nombre, Jesús. Amén.”