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 <div class="book bkROM">
 <div class="chapter ch14" data-usfm="ROM.14">
 <div class="label">14</div><div class="s1">Condescendencia y apoyo mutuo</div><div class="p"> 1Acoged a los que tienen una fe poco formada y no os enzarc&#233;is en cuestiones opinables.#15,7; 1 Co 8,7-13; 10,23-33. 2Algunos creen que se puede comer de todo; otros, en cambio, tienen la fe poco formada y solo comen verduras.#Col 2,16-23; 1 Tm 4,3-5. 3Quien come de todo, que no desprecie a quien se abstiene de comer ciertos alimentos; y el que no come ciertos alimentos, que no critique al que come de todo, pues ambos han sido acogidos por Dios. 4&#191;Qui&#233;n eres t&#250; para erigirte en juez de alguien que no est&#225; bajo tu dominio? Que se mantenga en pie o que caiga es algo que incumbe solamente a su amo. Y no cabe duda de que se mantendr&#225; en pie, pues le sobra poder al Se&#241;or para mantenerlo.</div><div class="p"> 5Algunos dan especial importancia a ciertos d&#237;as mientras que otros piensan que todos los d&#237;as son iguales. Act&#250;e cada uno conforme al dictamen de su propia conciencia.#Ga 4,10; Col 2,16. 6El que piensa que hay que celebrar determinadas fechas, con intenci&#243;n de honrar al Se&#241;or lo hace. Y el que come de todo, tambi&#233;n lo hace para honrar al Se&#241;or; de hecho, da gracias a Dios por ello. De la misma manera, el que se abstiene de comer ciertos manjares, lo hace para honrar al Se&#241;or, y tambi&#233;n da gracias a Dios.#1 Co 10,30; 1 Tm 4,4.</div><div class="p"> 7Nadie vive ni muere para s&#237; mismo. 8Si vivimos, para el Se&#241;or vivimos; si morimos, para el Se&#241;or morimos. As&#237; pues, en vida o en muerte, pertenecemos al Se&#241;or.#2 Co 5,15; Ga 2,20; 1 Ts 5,10. 9Para eso muri&#243; y resucit&#243; Cristo: para ser Se&#241;or de vivos y muertos.#Lc 20,38; Hch 10,42. 10&#191;C&#243;mo te atreves, entonces, a erigirte en juez de tu hermano? &#191;Qui&#233;n eres t&#250; para despreciarlo? Todos hemos de comparecer ante el tribunal de Dios,#12,19; Hch 17,31; 2 Co 5,10; Mt 25,31-46. 11pues dice la Escritura:</div><div class="b"></div><div class="q"> Por mi vida, dice el Se&#241;or,</div><div class="q"> que ante m&#237; se doblar&#225; toda rodilla,</div><div class="q"> y todos reconocer&#225;n la grandeza de Dios.#Is 45,23; 49,18.</div><div class="b"></div><div class="p"> 12En una palabra, cada uno de nosotros habr&#225; de rendir cuentas a Dios de s&#237; mismo.#Heb 4,13.</div><div class="s1">Convivir en paz y armon&#237;a</div><div class="p"> 13Por tanto, dejemos ya de criticarnos unos a otros. Proponeos, m&#225;s bien, no ser para el hermano ocasi&#243;n o motivo de pecado.#Mt 5,29; 18,6; 1 Co 8,3; 1 Jn 2,10. 14Apoyado en Jes&#250;s, el Se&#241;or, estoy plenamente convencido de que nada es en s&#237; mismo impuro; una cosa es impura solo para aquel que la considere como tal.#Hch 10,15; 1 Tm 4,4. 15Claro que si, por comer un determinado alimento, haces da&#241;o a tu hermano, ya no es el amor la norma de tu vida. &#161;Triste cosa ser&#237;a hacer que perezca por cuestiones de alimentos alguien por quien Cristo ha muerto! 16No permit&#225;is, pues, que se os critique por algo que en s&#237; mismo es bueno. 17El reino de Dios no consiste en lo que se come o en lo que se bebe; consiste en una vida recta, alegre y pac&#237;fica que procede del Esp&#237;ritu Santo.#1 Co 8,8; Ga 5,22; 1 Ts 1,6. 18Quien sirve as&#237; a Cristo, agrada a Dios y se granjea la estima humana.</div><div class="p"> 19As&#237; que busquemos con af&#225;n lo que contribuye a la paz y a la convivencia mutua. 20&#191;Por qu&#233; destruir la obra de Dios por una cuesti&#243;n de alimentos? Todo lo que se come es bueno, pero se convierte en malo para quien, al comerlo, pone a otro en ocasi&#243;n de pecado. 21M&#225;s vale, pues, que te abstengas de carne, de vino o de cualquier otra cosa, antes que poner a tu hermano en trance de pecar.#1 Co 8,13. 22La fe bien formada que t&#250; tienes, res&#233;rvala para tus relaciones personales con Dios. &#161;Dichoso el que puede tomar una decisi&#243;n sin angustias de conciencia! 23Pero quien tiene dudas de si un alimento est&#225; prohibido o permitido y, sin embargo, lo come, se hace culpable al no proceder conforme al dictamen de su conciencia. Pues todo lo que se hace con mala conciencia es pecado.#1 Co 8,7; Stg 4,17.</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch14" data-usfm="ACT.14">
 <div class="label">14</div><div class="s1">En Iconio</div><div class="p"> 1En Iconio acudieron tambi&#233;n a la sinagoga jud&#237;a y hablaron con tal persuasi&#243;n, que fueron muy numerosos tanto los jud&#237;os como los griegos que se convirtieron. 2Pero los jud&#237;os, reacios a dejarse convencer, soliviantaron a los no jud&#237;os, tratando de enemistarlos con los hermanos creyentes.#13,5.45 (ver 1 Ts 2,14). 3No obstante, Pablo y Bernab&#233; permanecieron all&#237; por alg&#250;n tiempo hablando resueltamente acerca del Se&#241;or, quien confirmaba el mensaje de bendici&#243;n con las se&#241;ales milagrosas y los prodigios que realizaba por medio de ellos.#2,43; 19,11; Mc 16,20; Heb 2,4. 4As&#237; las cosas, se dividi&#243; la poblaci&#243;n en dos bandos: uno era partidario de los jud&#237;os; el otro, de los ap&#243;stoles. 5Pero jud&#237;os y no jud&#237;os se confabularon, en connivencia con las autoridades, para maltratar y apedrear a Pablo y Bernab&#233;.#14,19; 2 Tm 3,11. 6Estos, al enterarse de lo que tramaban, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a la regi&#243;n vecina, 7donde igualmente anunciaron la buena nueva.</div><div class="s1">En Listra</div><div class="p"> 8Hab&#237;a en Listra un tullido, cojo de nacimiento, que nunca hab&#237;a podido valerse de sus pies.#3,2-9; Mt 9,1-8.28; Mc 2,1-12; Jn 9,1. 9Estaba escuchando con atenci&#243;n las palabras de Pablo, cuando este fij&#243; su mirada en &#233;l y percibi&#243; que ten&#237;a bastante fe para ser sanado. 10Le dijo entonces en voz alta:</div><div class="p">&#8212;&#161;Lev&#225;ntate y ponte derecho sobre tus pies!</div><div class="p">&#201;l dio un salto y ech&#243; a andar. 11Cuando la gente vio lo que Pablo hab&#237;a hecho, comenz&#243; a gritar en su idioma lica&#243;nico:</div><div class="p">&#8212;&#161;Los dioses han bajado a nosotros en forma humana!#28,6.</div><div class="p"> 12Llamaron Zeus a Bernab&#233; y Hermes a Pablo, por ser el portavoz. 13En esto, el sacerdote de Zeus, cuyo templo estaba a la entrada de la ciudad, llev&#243; ante las puertas de la ciudad toros adornados con guirnaldas y, en uni&#243;n de la muchedumbre, quer&#237;a ofrecerles un sacrificio. 14Pero al darse cuenta de ello, los ap&#243;stoles Bernab&#233; y Pablo rasgaron sus vestidos en se&#241;al de desaprobaci&#243;n y corrieron hacia la multitud gritando:</div><div class="p"> 15&#8212;&#191;Qu&#233; vais a hacer? &#161;Somos hombres mortales como vosotros! Hemos venido a anunciaros el evangelio para que dej&#233;is esas vanas pr&#225;cticas y os convirt&#225;is al Dios vivo, que cre&#243; el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen.#14,5; Gn 1,1-31; Ex 20,11; Sal 146,6; 2 Co 11,25; 2 Tm 3,11. 16&#201;l permiti&#243; en &#233;pocas pasadas que todas las naciones siguieran su propio camino; 17aunque, en verdad, no sin dejarles muestras palpables de su bondad. &#201;l os ha enviado desde el cielo lluvias abundantes y tiempo favorable a las cosechas, os ha saciado de alimentos y ha colmado de alegr&#237;a vuestros corazones.</div><div class="p"> 18Estas palabras les sirvieron, aunque a duras penas, para evitar que la multitud les ofreciera un sacrificio.</div><div class="p"> 19Llegaron, sin embargo, algunos jud&#237;os de Antioqu&#237;a de Pisidia y de Iconio, que lograron ganarse a la muchedumbre, hasta el punto de que apedrearon a Pablo y lo sacaron fuera de la ciudad, d&#225;ndolo por muerto. 20Pero, cuando los disc&#237;pulos se juntaron en torno a &#233;l, se levant&#243; y regres&#243; a la ciudad. Al d&#237;a siguiente march&#243; con Bernab&#233; hacia Derbe.</div><div class="s1">Regreso a Antioqu&#237;a de Siria</div><div class="p"> 21Despu&#233;s de haber anunciado la buena nueva en aquella ciudad y de haber hecho muchos disc&#237;pulos, volvieron a Listra, Iconio y Antioqu&#237;a de Pisidia, 22animando de paso a los creyentes y exhort&#225;ndolos a permanecer firmes en la fe: &#171;Para entrar en el reino de Dios &#8212;les advert&#237;an&#8212; nos es necesario pasar por muchos sufrimientos&#187;.#13,43; 1 Ts 3,3. 23Nombraron tambi&#233;n dirigentes en cada iglesia y, haciendo oraci&#243;n y ayuno, los encomendaron al Se&#241;or, en quien hab&#237;an depositado su fe.#11,30; 13,3; 20,28 (ver Tt 1,5).</div><div class="p"> 24Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia. 25Anunciaron el mensaje en Perge y bajaron a Atal&#237;a. 26Se embarcaron all&#237; para Antioqu&#237;a de Siria, donde los hab&#237;an confiado a la protecci&#243;n de Dios para la misi&#243;n que acababan de cumplir.#10,45; 11,18; 13,1-2.48; 15,4.12; 21,19.</div><div class="p"> 27A su llegada, reunieron en asamblea a la iglesia e informaron ampliamente de todo lo que Dios hab&#237;a realizado por mediaci&#243;n de ellos y de c&#243;mo se hab&#237;a mostrado favorable a que tambi&#233;n los no jud&#237;os abrazasen la fe. 28Pablo y Bernab&#233; pasaron all&#237; una buena temporada con los dem&#225;s disc&#237;pulos.</div>
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