Devocional SisterhoodMuestra

Oraciones y susurros

La vida conlleva las preguntas definitorias de: «¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué el mundo es así?» ¿Te das cuenta de que existe un plan divino y un sueño sobre ti y tu futuro?

Jadasa, una niña judía huérfana desconocida que vivía en Babilonia, no se dio cuenta de que un plan divino la estaba esperando. Ella se convirtió en la reina Esther, arriesgando su vida para salvar a su pueblo cuando de repente comprendió su identidad, su propósito y su responsabilidad. Ella reconoció que había nacido para «un momento como este».

Cuando tenía 15 años, mientras oraba de rodillas, tuve un fuerte sentido del destino: supe que estaba divinamente «marcada». Algunos años después escuché a Dios susurrar ese destino en mi espíritu... Nunca supe que su susurro podría llevar tanta profundidad, magnitud, maravilla y belleza, ni sabía que conllevaría tal desafío y estiramiento, abrazo y curación, o que habría momentos en que exigiría un valor, una fuerza y ​​una resistencia increíbles y, sin embargo, sería la fuente de increíble alegría, recompensa y descanso.

Los días y el mundo en que vivimos exigen una respuesta. No está bien simplemente sentarse y observar cómo nuestro planeta gime bajo el peso de la oscuridad y el miedo desenfrenado, con la esperanza de que alguien haga algo. No tenemos derecho a quejarnos a menos que estemos dispuestos a asumir una responsabilidad personal. El momento en que asumes la responsabilidad de todo en tu vida es el momento en que puedes cambiar cualquier cosa en tu vida (Hal Elrod).

Durante estos siete días te desafío a que respires profundamente y te sumerjas para descubrir tu sentido de valor cada vez mayor, siempre perfecto y siempre definitorio. Tienes una singularidad y un propósito dados por Dios para esta hora profundamente significativa.

Mi oración es que dispongas tu corazón para escuchar el susurro de Dios en tu espíritu. Oro para que te inclines y confíes en un Dios eterno, justo y amoroso que anhela llevarte a un mundo más allá de tus imaginaciones más salvajes. Deja que hoy sea tu momento de edificación y crecimiento, y escoge abrazar tus sueños con un corazón sin reservas para servir a tu mundo en el nombre de Jesús.