Cómo superar los problemasMuestra

 Principio 3: SALGA DEL ESTADO DE CONMOCIÓN

La llegada de un problema es como la irrupción de un volcán, comienza de repente y sin previo aviso. No entendemos cómo ni dónde se originó, pero allí está y nos sorprendió. Nos encontramos como el boxeador que recibió un golpe y quedó en un estado de conmoción tal que no puede ver nada, ni sabe si podrá seguir adelante con la pelea. El problema, por lo general, tiende a rodearse de un gran estado de confusión. Trata de hacernos perder el eje, la realidad. Trata de confundirnos, y justamente eso es lo que no debemos permitir. Hay que vencer ese estado de conmoción, disipar la confusión, la sorpresa y mantener el orden y la calma.  

En la vida los problemas tienen un propósito. El hecho de equivocarnos, de cometer errores, de haber sido protagonistas de una discusión, de haber sufrido un tipo de desencuentro; todo esto tiene un propósito y el mismo es que logremos crecer a través de ellos. 

Cuando no lo comprendemos de esta manera se genera un propósito totalmente contrario. Los problemas entonces tienen la capacidad de matar toda posibilidad de crecimiento, y nos sentimos morir. Su efecto es negativo y devastador. Los problemas pueden ser generadores de crecimiento, de aprendizaje; o de amargura, resentimiento, odio, sentimientos de inferioridad, o de que nadie nos tiene en cuenta.

El secreto para solucionar un problema no depende de lo grande o lo pequeño de su tamaño, sino en la manera en que reaccionemos ante él. A todos nos suceden situaciones desagradables, pero no todos reaccionamos de la misma manera. Las peores dificultades de la vida tienen el objetivo de ayudarnos a crecer, de llevarnos a un plano, a una dimensión la cual era desconocida para nosotros con anterioridad. Cada situación nos permite crecer y convertirnos en mejores personas.