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 <div class="book bkDEU">
 <div class="chapter ch8" data-usfm="DEU.8">
 <div class="label">8</div><div class="s1">La educaci&#243;n de Israel en el desierto#11,10-11; 29,4-5; Ex 16,13-35; Mt 4,4; Nm 20,1-13; 1 Co 1,26-31; Mt 4,1-11.</div><div class="p"> 1Cumplid cuidadosamente todos los estatutos que hoy os prescribo, para que viv&#225;is y llegu&#233;is a ser un pueblo numeroso y entr&#233;is a tomar posesi&#243;n de la tierra que el Se&#241;or os prometi&#243; seg&#250;n jur&#243; a vuestros antepasados. 2Acu&#233;rdate del camino que durante cuarenta a&#241;os el Se&#241;or tu Dios te hizo recorrer por el desierto para afligirte y ponerte a prueba, con el fin de conocer las inclinaciones de tu coraz&#243;n y ver si cumplir&#237;as sus mandamientos. 3Te afligi&#243; y te hizo pasar hambre, y despu&#233;s te aliment&#243; con el man&#225; &#8212;comida que ni t&#250; ni tus antepasados conoc&#237;ais&#8212;, con lo que te ense&#241;&#243; que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Se&#241;or. 4Durante esos cuarenta a&#241;os no se desgast&#243; la ropa que llevabas puesta, ni se te hincharon los pies.#29,5; Ne 9,21. 5Reconoce, entonces, en tu coraz&#243;n, que el Se&#241;or tu Dios te corrige del mismo modo que un padre corrige a su hijo.#Pr 3,11-12; Os 11,1-4; Heb 12,3-11. 6Cumple los mandamientos del Se&#241;or tu Dios, siguiendo sus caminos y respet&#225;ndole.</div><div class="s1">Las tentaciones de los israelitas en la tierra prometida</div><div class="p"> 7Cuando el Se&#241;or tu Dios te introduzca en esa tierra f&#233;rtil, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales que brotan de vegas y montes; 8tierra de trigo y cebada, de vi&#241;edos, higueras y granados, olivares y de miel; 9tierra en la que no escasear&#225; el pan y donde nada te faltar&#225;; tierra donde las rocas son de hierro y de sus montes extraer&#225;s cobre; 10entonces, comer&#225;s hasta saciarte y bendecir&#225;s al Se&#241;or tu Dios por la fabulosa tierra que te habr&#225; dado.</div><div class="p"> 11Pero, ten mucho cuidado, no sea que te olvides del Se&#241;or tu Dios y dejes de cumplir los estatutos, normas y preceptos que yo te prescribo hoy.#6,10-12. 12No suceda que cuando hayas comido hasta saciarte, cuando hayas construido confortables casas en que habitar, 13cuando se multipliquen tus vacas y ovejas, y tu oro y plata sean abundantes y se acrecienten todas tus riquezas, 14te envanezcas y te olvides del Se&#241;or tu Dios#ver Os 13,4-6., que te liber&#243; de la esclavitud de Egipto; 15que te hizo caminar por aquel desierto inmenso y espantoso habitado por serpientes venenosas y escorpiones; que en esa tierra reseca y sedienta hizo brotar de la dura roca agua para ti;#Ex 17,1-7; Nm 20,1-13; ver Dt 32,13; Sal 114,8. 16que te aliment&#243; en el desierto con el man&#225;, un alimento que no conocieron tus antepasados. El Se&#241;or te afligi&#243; y te prob&#243;, para al final hacerte dichoso.</div><div class="p"> 17Que no se te ocurra pensar: &#171;He alcanzado esta prosperidad gracias a mi esfuerzo y mis propios medios&#187;. 18Recuerda que ha sido el Se&#241;or tu Dios quien te ha dado las fuerzas para obtener esa prosperidad; as&#237; ha confirmado hoy la alianza que jur&#243; a tus antepasados.</div><div class="p"> 19Pero si llegas a olvidarte del Se&#241;or tu Dios y sigues a otros dioses, rindi&#233;ndoles culto y ador&#225;ndolos, ten por seguro, desde ahora, que perecer&#233;is irremisiblemente. 20De la misma manera que el Se&#241;or va a ir destruyendo a las naciones que encontr&#233;is a vuestro paso, as&#237; perecer&#233;is tambi&#233;n vosotros por haber desobedecido al Se&#241;or vuestro Dios.</div>
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 <div class="chapter ch9" data-usfm="DEU.9">
 <div class="label">9</div><div class="s1">La victoria es del Se&#241;or</div><div class="p"> 1Escucha, Israel: Ha llegado el momento de cruzar el Jord&#225;n e ir a la conquista de naciones m&#225;s numerosas y fuertes que t&#250;, ciudades inmensas y fortificadas, que casi tocan el cielo; 2sus habitantes son fuertes y de gran estatura, como los descendientes de los anaquitas, a los cuales ya conoces y de los que has o&#237;do decir: &#171;&#191;Qui&#233;n es capaz de hacer frente a los anaquitas?&#187;. 3Pero entiende hoy que es el Se&#241;or tu Dios el que avanzar&#225; delante de ti como fuego devorador, y los derrotar&#225; y destruir&#225; ante tu presencia. T&#250; los expulsar&#225;s y los aniquilar&#225;s r&#225;pidamente, tal como te ha dicho el Se&#241;or.#4,24.</div><div class="p"> 4Y cuando el Se&#241;or tu Dios los haya expulsado ante tus ojos, no vayas a pensar: &#171;El Se&#241;or me ha permitido tomar posesi&#243;n de esta tierra porque soy justo&#187;. Si el Se&#241;or los expuls&#243; delante de ti, es porque ellos son culpables. 5Si vas a tomar posesi&#243;n de esta tierra no es por tus m&#233;ritos ni porque seas mejor, sino que el Se&#241;or los expulsar&#225; delante de ti a causa de la propia maldad de ellos y para cumplir la alianza que jur&#243; a tus antepasados Abrah&#225;n, Isaac y Jacob. 6No te quepa duda de que, si el Se&#241;or te da esta f&#233;rtil tierra, no es por tus m&#233;ritos ni porque seas mejor, pues t&#250; tambi&#233;n eres un pueblo terco.#Ex 32,9; 33,3.5; 34,9; Jr 11,8.</div><div class="s1">La rebeli&#243;n de Israel en Horeb</div><div class="r">(Ex 31,18&#8211;32,35)</div><div class="p"> 7Recuerda esto y nunca olvides c&#243;mo encendiste la ira del Se&#241;or tu Dios en el desierto. Desde el d&#237;a en que saliste de Egipto hasta que llegaste a este lugar no hab&#233;is dejado de rebelaros contra el Se&#241;or. 8Hasta tal punto irritasteis al Se&#241;or en Horeb y tanto se enoj&#243; contra vosotros, que a punto estuvo de destruiros. 9Cuando sub&#237; al monte Horeb para recibir las tablas de piedra, las tablas de la alianza que el Se&#241;or sellaba con vosotros, yo permanec&#237; arriba, en el monte, cuarenta d&#237;as y cuarenta noches#Ex 24,15-18. sin comer ni beber. 10All&#237; el Se&#241;or me dio dos tablas de piedra en las que &#233;l mismo hab&#237;a escrito con su dedo#Ex 31,18. todas las palabras que os dijo en el monte, en medio del fuego, el d&#237;a de la asamblea. 11Pasados aquellos cuarenta d&#237;as y cuarenta noches, el Se&#241;or me dio las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza, 12y me dijo: Desciende enseguida del monte, porque tu pueblo, el que t&#250; sacaste de Egipto, se ha pervertido; muy pronto se ha apartado del camino que yo les hab&#237;a indicado, y se ha fabricado un &#237;dolo de metal fundido. 13Y a&#241;adi&#243; el Se&#241;or: Me estoy dando cuenta de que este pueblo es muy terco; 14d&#233;jame que los aniquile hasta que nadie los recuerde nunca m&#225;s. Despu&#233;s har&#233; que t&#250; des origen a una naci&#243;n m&#225;s numerosa y fuerte que la de ellos.#Ex 32,10. 15Yo me volv&#237; y descend&#237; de la monta&#241;a, que ard&#237;a envuelta en llamas, llevando en mis manos las dos tablas de la alianza.#Ex 32,15. 16Y cuando vi que, efectivamente, vosotros hab&#237;ais pecado contra el Se&#241;or vuestro Dios al fabricaros un becerro de metal, y os hab&#237;ais apartado muy pronto del camino que el Se&#241;or os hab&#237;a indicado, 17tom&#233; las dos tablas que tra&#237;a en mis manos y las arroj&#233; delante de vosotros haci&#233;ndolas a&#241;icos. 18Luego me postr&#233; ante el Se&#241;or, como ya hiciera antes, y durante cuarenta d&#237;as y cuarenta noches estuve sin comer ni beber, por causa del gran pecado que hab&#237;ais cometido haciendo lo que el Se&#241;or reprueba y provocando as&#237; su ira.#Ex 34,28. 19Ten&#237;a miedo del enojo y de la ira con que el Se&#241;or se enfureci&#243; contra vosotros hasta el punto de querer aniquilaros. Pero el Se&#241;or me escuch&#243; una vez m&#225;s.</div><div class="p"> 20Tan airado estaba el Se&#241;or con Aar&#243;n que incluso a &#233;l quiso aniquilarlo, pero tambi&#233;n en esa ocasi&#243;n intervine en su favor.</div><div class="p"> 21Despu&#233;s, agarr&#233; el objeto de vuestro pecado, el becerro que os hab&#237;ais fabricado, y lo ech&#233; al fuego y, una vez desmenuzado y convertido en ceniza, lo tir&#233; al torrente que baja de la monta&#241;a.</div><div class="p"> 22En Taber&#225;, en Mas&#225; y en Quibrot Hatav&#225;#Ex 17,7; Nm 11,3.34. provocasteis tambi&#233;n la ira del Se&#241;or. 23Y cuando el Se&#241;or os envi&#243; desde Cad&#233;s Barnea con esta orden: &#171;Id y tomad posesi&#243;n de la tierra que os he dado&#187;, os rebelasteis contra esa orden #1,21.26; Nm 13,25&#8211;14,38; 13,31; Heb 3,16. y no confiasteis en &#233;l ni le obedecisteis. 24&#161;Desde que os conozco, hab&#233;is sido rebeldes al Se&#241;or!</div><div class="p"> 25Como el Se&#241;or amenazaba con aniquilaros, me postr&#233; ante &#233;l y as&#237; estuve cuarenta d&#237;as y cuarenta noches. 26Entonces interced&#237; ante el Se&#241;or diciendo: Se&#241;or mi Dios, no aniquiles a tu heredad, a tu propio pueblo que con tu grandeza liberaste y sacaste de Egipto con gran poder. 27Acu&#233;rdate de tus siervos Abrah&#225;n, Isaac y Jacob. No tengas en cuenta la terquedad de este pueblo, su maldad ni su pecado, 28no sea que all&#237;, en el pa&#237;s de donde nos sacaste, digan: &#171;El Se&#241;or fue incapaz de hacerlos entrar en la tierra que les hab&#237;a prometido, o los sac&#243; por odio para hacerlos perecer en el desierto&#187;. 29Son tu pueblo y tu propia heredad, los que t&#250; sacaste de Egipto con gran poder y destreza sin igual.</div>
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 <div class="chapter ch10" data-usfm="DEU.10">
 <div class="label">10</div><div class="s1">La alianza renovada</div><div class="r">(Ex 34,1-10)</div><div class="p"> 1En aquella ocasi&#243;n el Se&#241;or me dijo: Talla dos tablas de piedra iguales a las primeras y s&#250;bemelas al monte. Haz tambi&#233;n un Arca de madera. 2Yo escribir&#233; en las tablas lo mismo que hab&#237;a en las otras, las que t&#250; hiciste a&#241;icos, y las pondr&#225;s en el Arca.#Ex 34,1.</div><div class="p"> 3Hice, pues, un Arca de madera de acacia, tall&#233; dos tablas de piedra iguales a las primeras y sub&#237; al monte llevando en mis manos las dos tablas. 4El Se&#241;or escribi&#243; en las tablas lo mismo que hab&#237;a escrito en las anteriores, los diez mandamientos que os promulg&#243; en el monte, en medio del fuego, el d&#237;a de la asamblea y me las entreg&#243;.#Ex 24,12; 31,18; 34,28. 5Yo descend&#237; del monte y deposit&#233; las tablas dentro del Arca que hab&#237;a hecho. Y all&#237; est&#225;n a&#250;n, como me orden&#243; el Se&#241;or.</div><div class="s1">La elecci&#243;n de los levitas</div><div class="p"> 6Los israelitas partieron de los pozos de Ben&#233; Jac&#225;n y se dirigieron a Moser&#225;. All&#237; muri&#243; Aar&#243;n y all&#237; lo enterraron. Su hijo Eleazar le sucedi&#243; en el sacerdocio. 7De all&#237; se dirigieron a Gudgoda, y siguieron hasta Jotbat&#225;, una regi&#243;n de abundantes torrentes.</div><div class="p"> 8En aquella ocasi&#243;n el Se&#241;or apart&#243; a la tribu de Lev&#237; para que transportara el Arca de la alianza del Se&#241;or y estuviera a disposici&#243;n del Se&#241;or para servirle y pronunciar bendiciones en su nombre, como lo viene haciendo hasta hoy. 9Por eso Lev&#237; no tiene parte ni heredad entre sus hermanos; su heredad es el Se&#241;or, tal como el mismo Se&#241;or tu Dios le prometi&#243;.</div><div class="p"> 10Yo permanec&#237; en la monta&#241;a, como la primera vez, cuarenta d&#237;as y cuarenta noches. Y una vez m&#225;s el Se&#241;or me escuch&#243; y no quiso destruirte, #Ex 34,28. 11sino que me dijo: Anda, ponte al mando y gu&#237;a al pueblo, para que entren a tomar posesi&#243;n de la tierra que jur&#233; dar a sus antepasados.</div><div class="s1">Exigencias de la alianza</div><div class="p"> 12Y ahora, Israel, &#191;qu&#233; es lo que demanda de ti el Se&#241;or tu Dios?#Mi 6,8. Solamente que lo respetes y sigas todos sus caminos; que lo ames y rindas culto al Se&#241;or tu Dios, con todo tu coraz&#243;n y con toda tu alma, 13y que cumplas los mandamientos y los preceptos del Se&#241;or que yo te prescribo hoy, para que seas dichoso. 14Del Se&#241;or tu Dios son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ella. 15Sin embargo, de quien se enamor&#243; el Se&#241;or fue de tus antepasados; los am&#243;, y despu&#233;s de ellos escogi&#243; a su descendencia, o sea a vosotros, entre todos los pueblos, como hoy podemos ver.</div><div class="p"> 16Por eso, abrid vuestro coraz&#243;n a Dios y no se&#225;is tercos; 17el Se&#241;or vuestro Dios es Dios supremo y soberano Se&#241;or; es el Dios grande, fuerte y temible, que no act&#250;a con parcialidad ni acepta sobornos, 18que defiende la causa de la viuda y del hu&#233;rfano, y muestra su amor por el inmigrante provey&#233;ndole de pan y vestido. 19Mostrad vosotros tambi&#233;n amor por el inmigrante, porque tambi&#233;n vosotros fuisteis extranjeros en el pa&#237;s de Egipto.</div><div class="p"> 20Respetar&#225;s al Se&#241;or tu Dios y a &#233;l solo adorar&#225;s; ser&#225;s fiel a &#233;l y solo en su nombre jurar&#225;s. 21Solo a &#233;l debes alabar porque &#233;l es tu Dios, que hizo por ti las proezas y maravillas que t&#250; mismo presenciaste. 22Cuando tus antepasados bajaron a Egipto eran apenas setenta personas, pero ahora el Se&#241;or tu Dios te ha convertido en un pueblo tan numeroso como las estrellas del cielo. #Gn 15,5; 22,17.</div>
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 <div class="book bkPSA">
 <div class="chapter ch42" data-usfm="PSA.42">
 <div class="label">42</div><div class="ms2">Salmo 42</div><div class="s1">Estoy sediento de Dios</div><div class="d">Al maestro del coro. Poema de los hijos de Cor&#233;</div><div class="q"> 1Como la gacela suspira por torrentes de agua</div><div class="q">as&#237;, Dios m&#237;o, suspiro yo por ti.#Jl 1,20.</div><div class="q"> 2Estoy sediento de Dios, del Dios vivo,</div><div class="q">&#191;cu&#225;ndo llegar&#233; a ver el rostro de Dios?#5,7; 11,7; 17,15; 27,4; 36,9; 63,1; 143,6; Jn 4,10-14; 7,37-38.</div><div class="q"> 3Mi llanto es mi alimento d&#237;a y noche</div><div class="q">mientras no dejan de preguntarme:</div><div class="q">&#171;&#191;D&#243;nde est&#225; tu Dios?&#187;.#79,10; 115,2; Mi 7,10.</div><div class="q"> 4Siento gran tristeza al recordar</div><div class="q">c&#243;mo avanzaba yo entre el gent&#237;o,</div><div class="q">llev&#225;ndolos a la casa de Dios</div><div class="q">entre v&#237;tores de gozo y alabanza</div><div class="q">en medio de una muchedumbre en fiesta.#27,4; 122,1.</div><div class="q"> 5&#191;Por qu&#233; estoy abatido?</div><div class="q">&#191;Por qu&#233; estoy tan turbado?</div><div class="q">En Dios pondr&#233; mi esperanza,</div><div class="q">no cesar&#233; de alabarlo.</div><div class="q">&#161;&#201;l es mi Dios salvador!#43,5; Jn 12,7.</div><div class="q"> 6Estoy abatido; por eso te evoco</div><div class="q">desde la tierra del Jord&#225;n y el Herm&#243;n,</div><div class="q">desde el monte Mizar.#Lm 3,2.</div><div class="q"> 7El abismo grita al abismo</div><div class="q">ante el fragor de tus cascadas;</div><div class="q">tu oleaje, tus impetuosas olas</div><div class="q">me han anegado por entero.#69,2; 88,17; 124,4; Jon 2,4.</div><div class="q"> 8De d&#237;a el Se&#241;or env&#237;a su amor,</div><div class="q">de noche un canto me acompa&#241;a,</div><div class="q">una oraci&#243;n al Dios de mi vida.#119,62; 149,5.</div><div class="q"> 9Pregunto a Dios, mi roca:</div><div class="q">&#171;&#191;Por qu&#233; me has olvidado?</div><div class="q">&#191;Por qu&#233; he de andar afligido</div><div class="q">por el acoso del enemigo?&#187;.#18,2; 38,6; Is 49,14.</div><div class="q"> 10Mis huesos est&#225;n da&#241;ados,</div><div class="q">mis adversarios me insultan</div><div class="q">y no dejan de preguntarme:</div><div class="q">&#171;&#191;D&#243;nde est&#225; tu Dios?&#187;.</div><div class="q"> 11&#191;Por qu&#233; estoy abatido?</div><div class="q">&#191;Por qu&#233; estoy tan turbado?</div><div class="q">En Dios pondr&#233; mi esperanza,</div><div class="q">no cesar&#233; de alabarlo,</div><div class="q">&#161;&#233;l es mi Dios salvador!</div>
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