Venga tu reinoMuestra

ORACIÓN:

Dios, quiero bendecir a otros porque tú me has bendecido. Muéstrame cómo hacerlo hoy y dame el valor para continuar haciendolo.

LECTURA:

Imagina que al revisar las redes sociales encuentras una publicación que te incomoda. Cuenta algo que es realmente malo, tu corazón se involucra y quieres hacer algo. Entonces, compartes la publicación añadiendo un comentario propio expresando tu indignación porque a nadie le importa lo suficiente como para hacer algo. Luego, continúas tu vida sintiéndote mejor contigo mismo porque te involucraste. No vas a ningun lado. No tienes una conversación real con nadie. En realidad no haces nada. Pero sientes que lo hiciste.

¿Te suena familiar? Esta forma de involucrarse ahora tiene un nombre “slacktivismo” y está oficialmente en el diccionario inglés. Es un atajo y un cortocircuito a nuestro deseo de hacer del mundo un lugar mejor. Eso no quiere decir que compartir ideas importantes y artículos no tenga ningún propósito. Pero compartir información es sólo un paso del largo viaje. Y si satisfacemos nuestro deseo de involucrarnos antes de realmente hacerlo, perdemos una parte importante de lo que Dios quiere hacer en y a través de nosotros. Es como ir a tu restaurante italiano favorito y llenarte con pan antes de que llegue el plato principal a la mesa. Te estás perdiendo la comida que realmente deseas.

Dios nos está llamando a ser mucho más que “activistas de sofá”. En este versículo del libro de Génesis, Dios le dice a Abram (pronto renombrado como Abraham) que lo va a bendecir, e inmediatamente le dice que “él será de bendición”. Es un regalo con un propósito adjunto. Dios bendice a Abram para que él a su vez bendiga a otros.

Este es un tema recurrente en el Nuevo Testamento también. Pablo retoma este tema en 2 Corintios 1:3–7. Él escribe que Dios trae consuelo, al menos en parte, para que podamos consolar a otros. En nuestra cultura, podríamos tener la tentación de re-escribir las palabras de Pablo de esta manera: “Dios te ha consolado, así que puedes compartir una publicación sobre cómo hay tantas personas en el mundo que necesitan consuelo y lo terrible que es que nadie se preocupe”.

No caigas en la trampa. No se trata sólo de "re-tuitear" la indignación de alguien sobre lo que está mal. Dios nos llama a ser parte de la solución, que es más difícil y complicada pero significativamente más gratificante.

Si has puesto tu fe en un Dios quien no dudó en ensuciarse las manos, incluso con sangre, para llegar a ti, entonces tiene sentido que se nos pida hacer lo mismo por otros.

A través de Jesús, Dios ha puesto a nuestra disposición muchas bendiciones, pero también nos ha dado un llamado y un propósito: bendecir al mundo. Hemos sido llamados para entregar generosamente nuestro tiempo, recursos y energía para colaborar con Dios a traer sanidad y renuevo a este mundo quebrantado. Hemos sido bendecidos para bendecir y cambiados para traer un cambio.

REFLEXIÓN:

Es posible que tu vida sea el único mensaje vivificante sobre Jesús que alguien escuche. ¿Qué dice tu vida sobre lo que es importante para ti? ¿Qué comunica tu vida sobre de lo que es importante para Dios?

Dedica un tiempo para pensar en estas preguntas hoy y escribe en un diario. ¿Qué es importante para ti? Pídele a Dios que te revele las áreas de tu corazón que se interponen en el camino para impedir que tu vida refleje lo que realmente atesoras.