Lucha Y Triunfo: Quién Dice Dios Que Somos en CristoMuestra

En Cristo, soy libre de culpa

“Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte.” Colosenses 1:22

Millones de personas de todo el mundo sintonizaron la final de la Liga de Campeones cuando el portero del Liverpool controló mal el balón por segunda vez, lo que resultó en un gol. El Real Madrid pasó a ganar el partido por 3-1. Tras el tercer gol, el locutor gritó: "Es una noche de pesadilla para Loris Karius (guardameta del Liverpool)."

¿Hay algo que hayas hecho o dicho que te provoque esa punzada de arrepentimiento cada vez que lo recuerdas?

Tal vez ha hecho trampas en una competición, o lastimado a un compañero de equipo o mentido para salirte con la tuya. Tal vez fallaste un tiro ganador del partido a puerta vacía y con segundos en el reloj o fallaste tres penalties durante el campeonato, y siente que todo tu equipo o país te culpa por la derrota.

Tal vez sientas que no importa dónde vayas, no puedes deshacerte del peso de los reproches, la tristeza y la decepción.

¿Y si alguien se te acercara y te dijera que tienes una nueva oportunidad, que será cómo si todo lo que te pesa quedara atrás? Quien más te ama y a quien más le importas, no te verá jamás culpable y fallido.

En cambio, serás visto como completamente inocente y sin culpa. Esta persona, por amor, cargará con el peso de todo lo que has hecho y de todo lo que harás. Él o ella se ofrece a convertirse en aquel a quien todos culpen en tu lugar para que puedas ser libre.

Esto. Esto es lo que Jesús hizo por ti y por mí en la cruz para pagar por nuestros errores. Él murió y cargó con el peso de nuestro pecado sobre sí mismo para que nuestra relación con Dios pudiera ser restaurada cuando ponemos nuestra fe y confianza en Él.

Una vez enemigos de Dios, ahora Él nos ofrece un lugar en Su mesa por toda la eternidad.

Jesús fue el único que pudo cargar nuestros pecados sobre sí mismo, ya que Él, el Hijo de Dios, se hizo hombre y vivió una vida perfecta, santa y completamente irreprochable.

Gracias a Jesús, ya no tenemos que intentar demostrar que somos dignos. Cuando le entregamos nuestra voluntad a Jesús, se nos da una vida completamente nueva, por lo que no importa cómo se vea nuestro pasado, presente o futuro, Dios ya no tiene en cuenta nuestras desobediencias.

Aplicando: ¡Agradécele a Dios que te haya hecho irreprensible! Ahora tómate un momento para meditar en esta verdad y cómo puede liberarte de la vergüenza o la culpa.