Vencer a La Ansiedad en Su Propio TerrenoMuestra

Día A Día

Cada día tiene sus propias dificultades. No sé si estás de acuerdo con esto, pero es cierto. Cada día nos trae nuevas bendiciones que son necesarias para los nuevos retos a los que nos enfrentamos, ya sea en casa, en el trabajo, con los hijos, con la familia lejana o con las amistades. Esto requiere que aceptemos cada día tal y como viene, con sus altibajos, subidas y bajadas, pérdidas y ganancias. Muchas veces la ansiedad se agita en nuestro corazón cuando pensamos en lo que debemos hacer al día siguiente, o a la semana o incluso al mes. El propio Jesús, Dios en carne, dijo que es inútil preocuparse por el futuro. En Mateo 6, nos llamó la atención sobre las flores del campo y las aves del cielo, que viven la vida tal como se presenta. No se preocupan, no luchan, sólo viven la vida que les ha tocado vivir. La traducción del Mensaje en 1 Pedro 5, versículo 7, dice: “Depositad en él toda ansiedad, porque él cuida de vosotros”. Qué estímulo es esto: que se nos permita vivir sin preocupaciones y no llevar el peso del mundo sobre nuestros hombros. Esto debería ayudarnos a empezar cada día con la firme creencia de que Dios se ha adelantado a nosotros en el día y nos cubre las espaldas. También debería ayudarnos a terminar cada día con la simple fe de que Él cuidará de nosotros al día siguiente, por muy intimidante que parezca, porque Él existe más allá del tiempo y lo sabe todo. Esto significa que nos dará sabiduría para afrontar todo lo que se nos venga encima, fuerza para superar los obstáculos y resistencia para salir airosos. Descubriremos que, al vivir día a día, aprendemos a estar presentes y a disfrutar de cada momento. Cuando la ansiedad se apodera de nuestras vidas, nos perdemos esas sencillas alegrías que aparecen en nuestras vidas, estamos físicamente presentes, pero mentalmente ausentes de las vidas de los que nos rodean. Las relaciones se resienten y nuestra salud a menudo se deteriora como resultado. Visualiza la imagen de los pájaros que pasan revoloteando por tu ventana o las flores que ves crecer con tanta belleza en tu jardín, en la película de tu mente, y permítete disfrutar de cada segundo de tu vida. Tenemos una vida para vivir, depende de nosotros cómo vivamos esa vida. La ansiedad no es un callejón sin salida, es un pequeño desvío que te llevará de vuelta a la autopista de tu vida si aceptas cada día como viene sin pensar demasiado en el mañana. ¿Estás preparado para bajar el ritmo y simplemente disfrutar del día?

Oración:

Querido Señor,

Gracias por cada día en el que me despierto. Te doy gracias por la vida, la salud y la fuerza. Ayúdame a disfrutar al máximo de este día, elimina las preocupaciones por el mañana y lléname de fe.

En el nombre de Jesús,

Amén