Una Maternidad Que Honre a DiosMuestra

El deseo profundo de honrar a Dios a través de la maternidad.

Ana era una mujer estéril, que vivía soportando burlas de la otra esposa de su marido Elcana, Penina que sin gozar de misericordia utilizaba la burla para recordar a Ana su imposibilidad de tener hijos..

A la vista de las personas que rodeaban a Ana, ella estaba destinada a una vida de angustia; ya que en aquella época la esterilidad marcaba tanto a una mujer hasta el punto de dudar de su condición espiritual.

A excepción de Ana que en medio de su dolor y sufrimiento por el menosprecio que vivía su llanto constante no estaba cargado de rabia, sino de un deseo profundo de ser escuchada por Dios.

Nuestra vida puede estar rodeada de voces que nos critican, que nos “recuerden” el estado de nuestra alma; pero podemos pararnos firmes en esta palabra Salmos 103:6 “El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos.“

Dios no ignora nuestro llanto, sino que responde a nuestro dolor; tenemos un Dios compasivo, que no puede negarse a sí mismo.

Cuando eres mamá primeriza escuchas todo tipo de consejos, entre los más comunes está el consejo de que dejes llorar a tu bebé, y ellos aprenderán a calmarse por sí mismos.

Pero créeme que Dios no permite que pasemos solas nuestro dolor. Él anhela consolarnos porque esa es su esencia; Él es un Dios compasivo.

En los siguientes 4 días estaremos descubriendo más del corazón de Ana, un corazón que en medio de la angustia tenía el deseo profundo de honrar a Dios a través de su maternidad.