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1 Tesalonicenses: Modelos a imitar

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 <div class="book bkDAN">
 <div class="chapter ch5" data-usfm="DAN.5">
 <div class="label">5</div><div class="s1">El banquete de Baltasar</div><div class="p"> 1El rey Baltasar ofreci&#243; un gran fest&#237;n a mil de sus dignatarios, y todos fueron testigos de la cantidad de vino que bebi&#243;. 2Cuando estaba aturdido por el vino, mand&#243; traer las copas de oro y plata que su padre Nabucodonosor se hab&#237;a llevado del Templo de Jerusal&#233;n, para beber en ellas el propio rey, sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas.#1,2. 3Enseguida trajeron las copas de oro y plata del Templo de Jerusal&#233;n, de la casa de Dios, y bebieron en ellas el propio rey, sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas. 4Y, mientras beb&#237;an, alababan a sus dioses de oro y de plata, de bronce y de hierro, de le&#241;o y de piedra.#Jr 10,3-4; Sal 115,4; Ap 9,20.</div><div class="p"> 5En aquel momento apareci&#243; una mano humana que, con sus dedos, se puso a escribir, a la luz del candelabro, en la cal de la pared del palacio real. Cuando el rey vio la mano que escrib&#237;a, 6palideci&#243; y qued&#243; aturdido, incapaz de sostenerse, con las rodillas temblando. 7Se puso entonces a gritar desesperado y mand&#243; llamar a los adivinos, magos y astr&#243;logos. Despu&#233;s dijo a los sabios de Babilonia:</div><div class="p">&#8212;Quien sepa leer esa inscripci&#243;n y pueda interpretar su significado ser&#225; vestido de p&#250;rpura, llevar&#225; un collar de oro y ocupar&#225; el tercer puesto en mi reino.#5,16.29 (ver Est 8,15).</div><div class="p"> 8Acudieron todos los sabios que estaban al servicio del rey, pero ninguno fue capaz de leer la inscripci&#243;n e interpretarla. 9El rey Baltasar se sinti&#243; turbado sobremanera y palideci&#243; todav&#237;a m&#225;s; sus dignatarios estaban desconcertados.</div><div class="p"> 10Cuando lleg&#243; a o&#237;dos de la reina lo que dec&#237;an el rey y sus dignatarios, se present&#243; en la sala del banquete y dijo:</div><div class="p">&#8212;&#161;Larga vida al rey! No te alarmes ni palidezcas, 11pues tienes en tu reino a un hombre que participa del esp&#237;ritu de los dioses santos. En vida de tu padre demostr&#243; tener una clarividencia, una inteligencia y una sabidur&#237;a propias de los dioses. El rey Nabucodonosor, tu padre, lo nombr&#243; jefe de los magos, adivinos, hechiceros y astr&#243;logos.#4,5. 12Se llama Daniel, aunque el rey le puso por nombre Baltasar. Parece estar dotado de un saber y de una inteligencia superiores, capaces de interpretar sue&#241;os, descifrar enigmas y resolver complicados problemas. Que llamen, pues, a Daniel para que te interprete la inscripci&#243;n.</div><div class="p"> 13Daniel fue tra&#237;do de inmediato a la presencia del rey, que le pregunt&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#191;Eres t&#250; Daniel, uno de aquellos deportados que mi padre, el rey, trajo de Jud&#225;? 14He o&#237;do decir que participas del esp&#237;ritu de los dioses y que sobrepasas a todos en clarividencia, inteligencia y sabidur&#237;a. 15Hace un momento han tra&#237;do a mi presencia a los sabios y adivinos para que leyeran este escrito y me lo interpretaran, pero no han sido capaces de dar con su significado. 16Adem&#225;s he o&#237;do decir que sabes interpretar y resolver complicados problemas. Pues bien, si eres capaz de leer e interpretarme esta inscripci&#243;n, te har&#233; vestir de p&#250;rpura, llevar&#225;s un collar de oro y ocupar&#225;s el tercer puesto en mi reino.</div><div class="p"> 17Daniel le respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Puedes quedarte con tus regalos y ofrecer tus obsequios a otros. De todos modos, voy a leer la inscripci&#243;n y ofrecer&#233; a su majestad la interpretaci&#243;n. 18El Dios Alt&#237;simo, majestad, concedi&#243; a tu padre Nabucodonosor soberan&#237;a, poder, fama y honor. 19A causa de aquel poder que el Dios Alt&#237;simo le hab&#237;a concedido, la gente de todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban de miedo ante &#233;l. Ejecutaba o dejaba con vida a quien quer&#237;a; a unos engrandec&#237;a y a otros humillaba. 20Pero, al volverse soberbio, orgulloso y arrogante, fue despose&#237;do del trono y despojado de su gloria.#Ez 1,10-11. 21Dej&#243; de vivir entre personas, su entendimiento qued&#243; reducido al de las bestias, viv&#237;a entre los asnos salvajes, com&#237;a hierba como los toros y el roc&#237;o empapaba su cuerpo; hasta que reconoci&#243; que el Dios Alt&#237;simo controla los reinos humanos y se los da a quien quiere.</div><div class="p"> 22T&#250;, Baltasar, que eres hijo suyo, sab&#237;as bien todo esto. Sin embargo, no has sido humilde, 23te has rebelado contra el Se&#241;or del cielo haciendo traer las copas de su Templo para beber en ellas en compa&#241;&#237;a de tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas, al tiempo que alababas a tus dioses de plata y de oro, de bronce y de hierro, de le&#241;o y de piedra, que ni ven, ni oyen ni entienden. Adem&#225;s no has glorificado al Dios que tiene tu vida en sus manos y de quien depende todo lo que hagas.#5,3-4; Sal 135,15-17; Jb 12,10. 24Por eso ha enviado la mano que ha dejado esa inscripci&#243;n. 25La inscripci&#243;n dice as&#237;: &#171;men&#233;, t&#233;quel, fares&#187;. 26Su interpretaci&#243;n es la siguiente: &#171;men&#233;&#187; quiere decir &#171;contado&#187;, es decir: Dios ha contado los d&#237;as de tu reinado y ha determinado su fin; 27&#171;t&#233;quel&#187; quiere decir &#171;pesado&#187;, es decir: has sido pesado en la balanza y te falta peso; 28y &#171;fares&#187; quiere decir &#171;dividido&#187;, es decir: tu reino ha sido dividido y entregado a medos y persas.</div><div class="p"> 29Baltasar orden&#243; entonces que vistieran de p&#250;rpura a Daniel, que le pusieran un collar de oro y que pasara a ocupar el tercer puesto en su reino.#5,7.16 (ver Est 6,7-9). 30Aquella misma noche, Baltasar, rey de los caldeos, fue asesinado.</div>
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 <div class="book bkDAN">
 <div class="chapter ch6" data-usfm="DAN.6">
 <div class="label">6</div><div class="nb"> 1El reino pas&#243; a manos de Dar&#237;o el medo, que por entonces ten&#237;a sesenta y dos a&#241;os.</div><div class="s1">Daniel en el foso de los leones</div><div class="p"> 2Pens&#243; Dar&#237;o que era oportuno nombrar ciento veinte s&#225;trapas para que administrasen su reino. 3Por encima de ellos design&#243; a tres ministros (entre los que se encontraba Daniel), a quienes los s&#225;trapas deber&#237;an dar cuenta de su administraci&#243;n. De ese modo se evitar&#237;an situaciones que perjudicasen los intereses del rey. 4Daniel sobresal&#237;a por encima de los ministros y de los s&#225;trapas, pues estaba m&#225;s capacitado que ninguno de ellos, hasta tal punto que el rey ten&#237;a pensado ponerlo al frente de todo el reino. 5Por tal motivo, los otros dos ministros y los s&#225;trapas trataban de buscar alguna excusa que implicase a Daniel en una mala administraci&#243;n del reino. Pero no pudieron encontrar nada, ni siquiera indicios de irregularidad, pues Daniel era leal y no pod&#237;an acusarle de irregularidad o negligencia. 6Entonces aquellos hombres se dijeron: &#171;No podremos encontrar nada que acuse a Daniel, a no ser que lo busquemos en materia relacionada con la ley de su Dios&#187;.</div><div class="p"> 7Los ministros y s&#225;trapas se presentaron inmediatamente ante el rey y le dijeron:</div><div class="p">&#8212;&#161;Larga vida al rey Dar&#237;o! 8Los ministros del reino, prefectos, s&#225;trapas, consejeros y gobernadores todos hemos pensado en la conveniencia de promulgar un real decreto con esta prohibici&#243;n: &#171;Durante treinta d&#237;as nadie podr&#225; dirigir una oraci&#243;n a cualquier otro dios o ser humano, salvo a ti, majestad. Quien lo haga, ser&#225; arrojado al foso de los leones&#187;. 9Si te parece bien, majestad, firma este real decreto y sanciona as&#237; la prohibici&#243;n, de modo que nadie pueda modificarlo, tal como se refleja en la ley irrevocable de los medos y los persas.#6,16; Est 1,19.</div><div class="p"> 10El rey Dar&#237;o firm&#243; la prohibici&#243;n.</div><div class="p"> 11Cuando Daniel se enter&#243; de la firma de aquel decreto, se retir&#243; a su casa. La habitaci&#243;n superior de la vivienda ten&#237;a las ventanas orientadas hacia Jerusal&#233;n. Daniel se reclu&#237;a en ella tres veces al d&#237;a y, puesto de rodillas, oraba y alababa a su Dios. Siempre lo hab&#237;a hecho as&#237;.#1 Re 8,44.48; Sal 55,17; 138,2. 12Los hombres antes mencionados se presentaron en la casa y encontraron a Daniel orando y suplicando a su Dios. 13Acudieron de inmediato al rey y le recordaron el real decreto:</div><div class="p">&#8212;&#191;No has firmado un decreto ordenando que, durante treinta d&#237;as, nadie rece a cualquier otro dios o ser humano, salvo a ti, majestad, so pena de ser arrojado al foso de los leones?</div><div class="p">El rey respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;As&#237; es, y se trata de un decreto irrevocable, seg&#250;n la ley de los medos y de los persas.</div><div class="p"> 14Entonces dijeron al rey:</div><div class="p">&#8212;Pues Daniel, uno de los deportados de Jud&#225;, no te obedece, majestad, pues pasa por alto el decreto que firmaste. Ora tres veces al d&#237;a.</div><div class="p"> 15Al o&#237;rlo, el rey se entristeci&#243; y se propuso salvar a Daniel; lo estuvo intentando hasta la puesta de sol. 16Pero aquellos hombres acudieron en masa al rey y le dijeron:</div><div class="p">&#8212;Ya sabes, majestad, que, seg&#250;n la ley de los medos y de los persas, todo real decreto es irrevocable una vez promulgado.</div><div class="p"> 17El rey acab&#243; cediendo y mand&#243; que trajeran a Daniel y lo arrojaran al foso de los leones. Antes le dijo:</div><div class="p">&#8212;Tu Dios, a quien tan fielmente das culto, te salvar&#225;.</div><div class="p"> 18Una vez dentro, trajeron una piedra para cerrar la boca del foso, y el rey la sell&#243; con su anillo y el de sus dignatarios para que, conforme a la sentencia, nadie pudiese hacer nada por Daniel.#Est 8,8. 19El rey regres&#243; a palacio y pas&#243; la noche ayunando, sin la compa&#241;&#237;a de las concubinas y sin poder conciliar el sue&#241;o. 20Se levant&#243; al rayar el alba y fue a toda prisa al foso de los leones. 21Cuando estaba ya cerca, llam&#243; a Daniel con voz angustiada:</div><div class="p">&#8212;Daniel, siervo del Dios vivo, &#191;te ha podido salvar de los leones el Dios al que das culto diariamente?</div><div class="p"> 22Daniel respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#161;Larga vida al rey! 23Mi Dios ha enviado a su &#225;ngel a cerrar la boca de los leones, y no me han hecho da&#241;o alguno. &#201;l sabe que soy inocente y que no he cometido nada irregular contra ti, majestad.#2,4; 3,28 (95).</div><div class="p"> 24El rey se alegr&#243; mucho y mand&#243; que sacasen a Daniel del foso. Una vez fuera, comprobaron que no ten&#237;a ni un rasgu&#241;o, porque hab&#237;a confiado en su Dios. 25El rey orden&#243; a continuaci&#243;n que arrojasen al foso de los leones a los hombres que hab&#237;an denunciado a Daniel, junto con sus hijos y sus esposas. Todav&#237;a no hab&#237;an llegado al suelo, cuando los leones se lanzaron sobre ellos y les trituraron los huesos. 26El rey Dar&#237;o escribi&#243; la siguiente carta a la gente de todos los pueblos, naciones y lenguas de la tierra:</div><div class="p">&#8212;&#161;Que vuestra paz aumente d&#237;a a d&#237;a!#3,31-33 (98-100); 4,31. 27Ordeno que en todos los dominios de mi reino todos veneren y respeten al Dios de Daniel.</div><div class="b"></div><div class="q">&#201;l es el Dios vivo y eterno;</div><div class="q">su reino no ser&#225; aniquilado,</div><div class="q">su imperio durar&#225; hasta el fin.</div><div class="q"> 28Es capaz de salvar y liberar,</div><div class="q">&#233;l hace se&#241;ales y prodigios</div><div class="q">lo mismo en el cielo que en la tierra.</div><div class="q">&#201;l ha salvado a Daniel de morir</div><div class="q">en las garras de los leones.</div><div class="b"></div><div class="p"> 29En cuanto a Daniel, prosper&#243; durante los reinados de Dar&#237;o y de Ciro, el persa.</div>
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 <div class="book bkDAN">
 <div class="chapter ch7" data-usfm="DAN.7">
 <div class="label">7</div><div class="ms1">II. Libro de las visiones (7&#8211;12)</div><div class="s1">Visi&#243;n de las bestias</div><div class="p"> 1El a&#241;o primero de Baltasar, rey de Babilonia, Daniel tuvo un sue&#241;o y visiones mientras dorm&#237;a. Al despertar, puso por escrito el sue&#241;o que hab&#237;a tenido:#Ap 13. 2En mi visi&#243;n nocturna contempl&#233; c&#243;mo los cuatro vientos del cielo agitaban el inmenso mar, #2,19; Za 2,10; 6,5. 3y c&#243;mo sal&#237;an de &#233;l cuatro bestias enormes, diferentes entre s&#237;. 4La primera parec&#237;a un le&#243;n con alas de &#225;guila. Mientras la estaba contemplando, le arrancaron las alas, la levantaron en vilo, la pusieron derecha sobre sus patas, como si fuera un ser humano, y le concedieron entendimiento humano. 5Apareci&#243; despu&#233;s la segunda bestia, parecida a un oso; estaba erguida sobre un costado y llevaba tres costillas en las fauces, entre los dientes. Le dec&#237;an: &#171;Vete y atib&#243;rrate de carne&#187;. 6Despu&#233;s vi otra bestia, parecida a un leopardo, con cuatro alas de ave en la espalda y cuatro cabezas. Le dieron el poder. 7Despu&#233;s de esta, mientras contemplaba la visi&#243;n nocturna, pude ver una cuarta bestia. Era terrible, espantosa y fort&#237;sima. Ten&#237;a unos enormes dientes de hierro, con los que devoraba y trituraba; despu&#233;s pisoteaba las sobras con sus patas. Era distinta a las anteriores. Ten&#237;a diez cuernos. 8Estaba yo mir&#225;ndolos, cuando de pronto vi que, entre los diez cuernos, aparec&#237;a otro m&#225;s peque&#241;o. Para hacerle sitio, tuvieron que arrancar tres de los anteriores. Aquel nuevo cuerno ten&#237;a ojos humanos y una boca que hablaba con insolencia.</div><div class="s1">Visi&#243;n del anciano y del hijo de hombre</div><div class="p"> 9Mientras segu&#237;a mirando, pude ver c&#243;mo colocaban unos tronos y c&#243;mo se sentaba un anciano. Su ropa era blanca como la nieve, y sus cabellos parec&#237;an lana pur&#237;sima. Su trono eran llamas, y las ruedas que lo sosten&#237;an, fuego ardiente.#Ap 4,2-3. 10Por delante de &#233;l manaba un r&#237;o de fuego. Le serv&#237;an miles y miles; sus asistentes se contaban por millones. El tribunal se sent&#243; y fueron abiertos unos libros.</div><div class="p"> 11Yo segu&#237;a mirando, asustado por las palabras insolentes que profer&#237;a el cuerno. Entonces vi que mataban a la bestia, troceaban su cuerpo y lo arrojaban al fuego.#Sal 97,3; Ap 5,11; 19,20. 12Las otras bestias fueron privadas de poder, pero se les permiti&#243; seguir con vida hasta un tiempo y momento determinados. 13Despu&#233;s, mientras contemplaba la visi&#243;n nocturna, vi venir sobre las nubes del cielo a alguien que parec&#237;a un ser humano. Cuando lleg&#243; junto al anciano, lo presentaron ante &#233;l #Mt 24,30 y par.; 26,64 y par.; Ap 1,7. 14y le fueron concedidos poder, honor y reino. Le rindieron homenaje gentes de todos los pueblos, naciones y lenguas. Su poder es eterno, nunca sucumbir&#225;; su reino no ser&#225; destruido.#2,44; Lc 1,33; Ap 5,12-13.</div><div class="s1">Interpretaci&#243;n de la visi&#243;n</div><div class="p"> 15Yo, Daniel, qued&#233; profundamente impresionado, alarmado por las visiones de mi imaginaci&#243;n. 16As&#237; que me acerqu&#233; a uno de los presentes y le rogu&#233; que me explicara el significado de todo aquello. &#201;l me respondi&#243; con la siguiente interpretaci&#243;n: 17&#171;Esas cuatro bestias enormes representan a cuatro reyes que aparecer&#225;n en la tierra. 18Despu&#233;s de ellos, los santos del Alt&#237;simo recibir&#225;n el reino y lo poseer&#225;n para siempre, por los siglos de los siglos&#187;.</div><div class="p"> 19Quise entonces conocer el significado de la cuarta bestia, pues era distinta a las anteriores, terrible en extremo: ten&#237;a dientes de hierro y u&#241;as de bronce, con los que devoraba y trituraba, para despu&#233;s pisotear las sobras con sus patas. 20Quise tambi&#233;n conocer el significado de los diez cuernos de la cabeza de la bestia, as&#237; como el del cuerno que le sali&#243; a continuaci&#243;n y que desplaz&#243; a otros tres, que ten&#237;a ojos humanos y una boca que hablaba con insolencia, y que parec&#237;a m&#225;s grande que los otros. 21Yo hab&#237;a sido testigo de c&#243;mo aquel cuerno luchaba contra los santos y los venc&#237;a, 22hasta que hizo su aparici&#243;n el anciano para hacer justicia a los santos del Alt&#237;simo y llegaba el momento en que los santos tomaban posesi&#243;n del reino.#Ap 13,7. 23Me dijo:</div><div class="p">&#8212;La cuarta bestia representa a un cuarto reino que aparecer&#225; sobre la tierra, diferente de todos los dem&#225;s. Devorar&#225; la tierra entera, la pisotear&#225; y la har&#225; a&#241;icos. 24Los diez cuernos representan a diez reyes que aparecer&#225;n en ese reino. Despu&#233;s aparecer&#225; otro, distinto de ellos, que destronar&#225; a tres.#11,36; Ap 17,12; 12,14. 25Blasfemar&#225; contra el Alt&#237;simo, perseguir&#225; a los santos del Alt&#237;simo y tratar&#225; de cambiar las fiestas y la ley. Los santos le estar&#225;n sometidos durante un tiempo, dos tiempos y medio tiempo. 26Finalmente el tribunal lo juzgar&#225; y le quitar&#225; el poder, hasta destruirlo y aniquilarlo totalmente. 27Y el pueblo de los santos del Alt&#237;simo recibir&#225; la soberan&#237;a, el poder y la gloria de todos los reinos que existen bajo el cielo. Su reino ser&#225; eterno y todos los poderes le obedecer&#225;n y estar&#225;n a su servicio.#7,14; Ap 5,10.</div><div class="p"> 28Aqu&#237; termina el relato. Yo, Daniel, qued&#233; preocupado con todas las ideas que me bull&#237;an y hasta se me mud&#243; el color del semblante, al tiempo que guardaba en mi coraz&#243;n todas aquellas cosas.</div>
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 <div class="chapter ch8" data-usfm="DAN.8">
 <div class="label">8</div><div class="s1">El carnero y el macho cabr&#237;o</div><div class="p"> 1El a&#241;o tercero del reinado de Baltasar, yo, Daniel, tuve una visi&#243;n, aparte de la que hab&#237;a tenido anteriormente.#7,1. 2Me vi a m&#237; mismo en Susa, plaza fuerte de la provincia de Elam, a orillas del r&#237;o Ulay.#Est 1,2; Ne 1,1. 3Cuando alc&#233; la vista pude ver un carnero junto al r&#237;o. Ten&#237;a dos cuernos enormes, uno m&#225;s alto que otro; pero el m&#225;s alto hab&#237;a sido el &#250;ltimo en salir. 4Pude ver tambi&#233;n c&#243;mo el carnero embest&#237;a en tres direcciones: oeste, norte y sur. Ninguna bestia era capaz de aguantar su embestida; nadie pod&#237;a sustraerse a su poder. Hac&#237;a lo que quer&#237;a y su dominio crec&#237;a por momentos.</div><div class="p"> 5Estaba yo tratando de comprender lo que ve&#237;a, cuando apareci&#243; por el occidente un macho cabr&#237;o, que iba recorriendo el mundo sin tocar el suelo. Ten&#237;a entre los ojos un cuerno enorme. 6Cuando lleg&#243; cerca del carnero de dos cuernos que yo hab&#237;a visto junto al r&#237;o, se abalanz&#243; contra &#233;l con todas sus fuerzas. 7Vi c&#243;mo se acercaba al carnero corriendo y c&#243;mo lo embest&#237;a enfurecido: el carnero, con los dos cuernos rotos, fue incapaz ya de hacerle frente. El macho cabr&#237;o lo abati&#243; por tierra y lo pisote&#243;, sin que nadie pudiera ayudar al carnero.</div><div class="p"> 8El macho cabr&#237;o creci&#243; y creci&#243;, y cuando m&#225;s fuerte era, se le rompi&#243; el cuerno grande: en su lugar aparecieron otros cuatro cuernos, orientados hacia los cuatro puntos cardinales. 9De uno de ellos sali&#243; otro cuerno peque&#241;o, que creci&#243; y creci&#243; hacia el sur, hacia el este y hacia la Tierra del Esplendor. 10Creci&#243; tanto que lleg&#243; hasta donde estaba el ej&#233;rcito del cielo, derrib&#243; parte de &#233;l por tierra y pisote&#243; las estrellas.#Is 14,13-14; Ap 12,4. 11Lleg&#243; incluso a desafiar al jefe mismo del ej&#233;rcito del cielo; suprimi&#243; el sacrificio permanente y socav&#243; los cimientos de su santuario.#11,31; 12,5-6. 12En pleno apogeo de la rebeld&#237;a, le fueron entregados el ej&#233;rcito y el sacrificio permanente; acab&#243; con la lealtad y tuvo &#233;xito en todo cuanto emprendi&#243;. 13O&#237; entonces hablar a uno de los santos, mientras otro le preguntaba:</div><div class="p">&#8212;&#191;Cu&#225;nto durar&#225; todav&#237;a esta visi&#243;n del sacrificio permanente [suprimido], la profanaci&#243;n devastadora, el santuario entregado y el ej&#233;rcito [del cielo] pisoteado?</div><div class="p"> 14El otro respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Durar&#225; dos mil trescientas tardes y ma&#241;anas. Despu&#233;s ser&#225; purificado el santuario.</div><div class="s1">Interpretaci&#243;n de la visi&#243;n</div><div class="p"> 15Mientras yo, Daniel, contemplaba la visi&#243;n y hac&#237;a lo posible por entenderla, se present&#243; ante m&#237; alguien con aspecto humano.#9,21-23; Ez 1,26; Lc 1,19.26. 16O&#237; tambi&#233;n una voz humana proveniente del r&#237;o Ulay, que gritaba:</div><div class="p">&#8212;Gabriel, interpreta la visi&#243;n a este tal Daniel.</div><div class="p"> 17Se acerc&#243; entonces [Gabriel] adonde yo estaba. Cuando lleg&#243;, me ech&#233; por tierra asustado. &#201;l me dijo:</div><div class="p">&#8212;Has de saber, hijo de hombre, que la visi&#243;n se refiere al tiempo final.</div><div class="p"> 18Mientras me hablaba, permanec&#237; con el rostro en tierra, como aletargado. Pero &#233;l me toc&#243; e hizo que me incorporase.#10,15.18; Ez 2,1. 19Despu&#233;s continu&#243;:</div><div class="p">&#8212;Te voy a dar a conocer lo que suceder&#225; cuando pase el tiempo de la c&#243;lera, porque ya est&#225; fijado el fin. 20El carnero que has visto con dos cuernos representa a los reyes de Media y de Persia. 21El macho cabr&#237;o peludo representa al imperio de Grecia, y el enorme cuerno que tiene entre los ojos no es otro que el primer rey. 22Los cuatro cuernos que ocuparon el lugar del cuerno que se rompi&#243; representan a los cuatro reinos salidos de esa naci&#243;n, aunque no ser&#225;n tan poderosos como el primero.</div><div class="b"></div><div class="q"> 23Cuando sus reinados lleguen al final</div><div class="q">y su perversi&#243;n alcance su l&#237;mite,</div><div class="q">vendr&#225; un rey insolente e intrigante.#11,21-22.36.45.</div><div class="q"> 24Crecer&#225; fuerte y poderoso,</div><div class="q">ser&#225; un terrible destructor,</div><div class="q">triunfar&#225; en todas sus empresas;</div><div class="q">destruir&#225; a la gente poderosa,</div><div class="q">tambi&#233;n al pueblo de los santos.</div><div class="q"> 25Con su astucia har&#225; que triunfe</div><div class="q">la traici&#243;n en todos sus prop&#243;sitos;</div><div class="q">pensar&#225; que es el m&#225;s grande.</div><div class="q">Destruir&#225; a muchos confiados,</div><div class="q">se alzar&#225; contra el pr&#237;ncipe de pr&#237;ncipes,</div><div class="q">pero al fin ser&#225; destrozado,</div><div class="q">sin intervenci&#243;n de poderes humanos.</div><div class="b"></div><div class="p"> 26La visi&#243;n de las tardes y las ma&#241;anas, tal como ha sido revelada, es digna de cr&#233;dito, pero mantenla en secreto, pues se cumplir&#225; pasado mucho tiempo.#12,4.9 (ver Ap 10,4).</div><div class="p"> 27Yo, Daniel, qued&#233; debilitado y estuve enfermo durante unos d&#237;as. Pasada ya mi postraci&#243;n, fui a ocuparme de los asuntos del rey. Sin embargo, la visi&#243;n me ten&#237;a desconcertado, pues no acababa de entenderla.</div>
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