Entrenados para confiarMuestra
¿Estás a salvo?
En el mundo de hoy, le damos un gran valor a la seguridad y tendemos a adorar en el altar de la conveniencia evitando la incomodidad a toda costa. Este no debería ser el caso de los hijos de Dios.
A lo largo de las Escrituras, encontramos que Dios es glorificado y nuestra fe se fortalece cuando la seguridad y la comodidad son secundarias a seguirlo. Su deseo es que vivamos en la zona de fe, no en la zona segura.
Cuando Jesús invitó a Pedro a saltar de un bote durante una tormenta, eso no era seguro.
Cuando Dios llamó a Moisés para que se encontrara con Él en la cima del monte Sinaí en medio de truenos, relámpagos, terremotos, fuego y humo, eso no era seguro.
Cuando los israelitas estaban siendo perseguidos por el ejército egipcio, no huyeron a tierra firme, sino que obedecieron y caminaron directamente hacia el mar; eso no era seguro.
Dios es todopoderoso y no teme a nada. Cuando entendemos que nuestra seguridad y protección solo se encuentran en Él, nosotros también podemos ser audaces y valientes. Cuando confiamos y obedecemos Su voz, Él es glorificado, nuestra fe se fortalece y nuestro amor por Él crece.
Si Pedro eligió la seguridad en lugar de seguir a Jesús, no habría experimentado el milagro de caminar sobre el agua.
Moisés necesitó valor para escalar el monte Sinaí, pero si no lo hubiera hecho, se habría perdido la presencia de Dios mismo. Su fe le permitió ser testigo de la gloria Shekinah de Dios, así como del honor de hablar personalmente con Él.
Si los israelitas eligieran tomar el camino más seguro del suelo duro sobre aguas que se hundían, no habrían podido ser testigos del poder de Dios para rescatarlos separando milagrosamente las aguas del Mar Rojo.
Nuestro Padre Celestial nos manda a no tener miedo ni desanimarnos porque Él está con nosotros. Jesús nunca se quedó al margen, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Como Sus representantes, debemos ser audaces y valientes, entendiendo que un alma sellada por Dios está eternamente segura. Para aquellos que han puesto su fe en Jesús, incluso la muerte ha sido vencida y nuestra victoria asegurada.
Cuando caminamos con Él, el que no está seguro es el enemigo de nuestras almas.
Nos volvemos peligrosos.
ORACIÓN:
Querido Señor, Gracias porque no tenemos nada que temer contigo a nuestro lado. Que nunca nos quedemos al margen como espectadores, sino que seamos participantes activos cuyas acciones te glorifiquen y hagan de este mundo un lugar mejor.
REFLEXIÓN:
¿Sueles vivir en la zona segura o en la zona de fe?
Acerca de este Plan
¿Cómo podemos saber personalmente que Dios es digno de confianza y tiene la habilidad, la fuerza y el poder para resolver nuestros mayores problemas si nunca los tenemos? Este devocional de seis días es un recordatorio de que la fe en Dios también significa fe en Su capacidad, tiempo y métodos. Estamos siendo entrenados para confiar en Él.
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