Siervos atentos que dan frutosMuestra

FRUCTÍFERO

Seguimos meditando en el pasaje de Génesis 18, y tambien vemos al buen siervo que tenía muchas cosas que ofrecer a su especial visita. Abraham fue un hombre prosperado por Dios entonces todo lo que tenía lo podía multiplicar y ofrecer. No solo ofreció alimentos sino servicio, mientras su visita le revelaba lo que quería hacer, lo que sentía. A veces creemos que somos únicamente objeto de las bendiciones de Dios y no un canal de bendición y entonces todo lo que nuestro Señor nos da no está disponible para otros. Los árboles no usan su sombra ni sus frutos para ellos, y Dios nos llama a ser árboles plantados junto a corrientes de aguas vivas si escuchamos lo que Él siente y lo que desea hacer.

Cuando somos fructíferos multiplicamos lo que tenemos, cuando somos fructíferos podemos compartir lo que tenemos, tenemos que dar de gracia lo que de gracia recibimos. Y esto no incluye solamente palabras de ánimo y buenos consejos, a veces tambien tiene que ver con la generosidad de dar materialmente porque ya no somos simplemente un objeto de bendición sino un canal por donde bendecimos a otros y le ofrecemos lo que somos y lo que tenemos a Dios. Una persona que no multiplica no es fructífera sino que esconde lo que Dios le da.