Dios Quiere Tu CorazónMuestra

Dios mira el corazón

Mi mamá usaba mucho la lista par ir al supermercado (entendí la utilidad de esto, cuando me convertí en adulta).

Tengo una lista para todo, rutinas, pedidos de oración, supermercado, sueños y pendientes por hacer.

Pero hay una lista interminable de tareas dentro de mi rutina, la cuál logra estresarme y robarme el gozo del día.

“Creo que necesito mi espacio”, pensé. Les imploré a mis hijos desesperada: "No se acerquen a mamá un rato, necesito terminar lo que estoy haciendo".

A lo que esa voz suave y apacible (que busqué en los primeros minutos de la mañana) me susurró: "No necesitas una casa perfecta, ni hijos que te den tu espacio; necesitas entregarme todas tus expectativas y luchas. Tú miras con frustración tu casa desordenada, la ropa sin guardar; hasta piensas en que prepararás para la cena cuando estás desayunando".

Suspiré. Pero, Él volvió a insistir: "De verdad, puedes confiar en que anhelo tu corazón, anhelo habitar en tu hogar y hacerte compañía. Veo que te esfuerzas, que planificas, que trabajas; pero estoy más interesado en lo que ERES, que en lo qué haces".

Mi mente navegó en los recuerdos más oscuros de mi maternidad, también en los mensajes triviales normalizando esos pensamientos del “espacio de mamá” como sí eso fuera algo posible para las que estamos en plena crianza.

Pero es cierto, necesitamos nuestro tiempo; nuestro tiempo con Jesús.

Él dijo BASTA CADA DÍA CON SU PROPIO AFÁN.

Oración:

Señor te entrego mis planes, te entrego mis tareas, hasta aquellas más insignificantes que me roban la paz.

Te entrego mis pensamientos, para que sean pensamientos que te honren; sé que los pensamientos que te honran me llevarán a ser una mamá emocionalmente estable y agradecida. Gracias porque estás interesado en lo que soy, en lo que sucede en mi corazón. En el nombre de Jesús, amén.