Dios no se ha olvidado de nosotros

Para terminar, sólo quiero advertirles acerca de lo que está pasando porque en cualquier momento nos podría tomar por sorpresa y podríamos perdernos ese cielo nuevo y esa tierra nueva. Más vale que nos sacudamos y entendamos que nuestro corazón está firme en la esperanza.

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.” Lucas 21:34.

Esa palabra glotonería, significa libertinaje, desenfreno, rienda suelta a la conducta descontrolada. Embriaguez hace referencia a borrachera e intoxicación, a que tu corazón no abrace la toxicidad del pecado y la maldad; no le des rienda suelta a los deseos de la carne, a la vanagloria de la vida, a todas esas cosas que intoxican tu vida espiritual e impidan que la primavera del Espíritu pueda llegar a tu vida.

Olvídate de los afanes de esta vida,. ¿Estás viendo noticias? Yo sí y afanan mi corazón. Viendo esta palabra del Señor, entiendo que mi corazón debe estar guardado de los afanes de esta vida, de esa ansiedad, de toda aflicción, preocupación, deseo de consumismo, materialismo y afán por lograr que el tiempo se vuelva dinero en mi bolsillo, afán por producir, afán por las riquezas que es raíz de todos los males, amor al dinero.

No podemos olvidar que Dios es más poderoso que nuestras circunstancias. Dejemos ya de fijar los ojos en las cosas de esta tierra y de creer las mentiras de Satanás que nos llevan al suicidio y a la muerte. Porque cuando entendemos que este mundo pasa, junto con su plenitud, sus gobiernos, su embriaguez, sus afanes y todo lo que es glotonería, y cuando comprendemos que la palabra de Dios permanece para siempre, entonces podremos tener la certeza de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús.

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20

Permanezcamos en Él como nos dice 1 de Juan 2:24, porque si tu fe es ferviente, si tu fe es radical en Sus promesas, si logras entender que a ti no te mueve el mundo y sus afanes, sino Su palabra, entonces podrás declarar al Señor: “Un día voy a estar contigo, un día triunfaré contigo, estaré expectante, estaré velando, anclaré mi familia a ti, porque un día te voy a ver por la eternidad”.

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