Plan De Lectura Con Christian Mael (Noviembre)

ABC De La Oración ... Para Principiantes.

Plan De Lectura Diaria Con Christian Mael (Diciembre)

ABC De La Biblia Para Principiantes

1 Tesalonicenses: Modelos a imitar

Encuentra tu primer amor

Que El Mundo Crea

Marcas De Un Discípulo

Y...¡Adoremos!

Guiados por el Espíritu Santo

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 <div class="book bkEPH">
 <div class="chapter ch1" data-usfm="EPH.1">
 <div class="label">1</div><div class="s1">Saludo</div><div class="p"> 1Pablo, ap&#243;stol de Jesucristo por designio de Dios, a los miembros del pueblo de Dios que residen en &#201;feso y creen en Cristo Jes&#250;s.#Rm 7,1-7; 1 Co 1,1-3; Ga 1,1-3. 2Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Se&#241;or, os concedan gracia y paz.</div><div class="ms1">I. El plan salvador de Dios en Cristo (1,3&#8211;3,21)</div><div class="s1">Elegidos y bendecidos en Cristo</div><div class="q"> 3Alabemos a Dios,</div><div class="q">Padre de nuestro Se&#241;or Jesucristo,</div><div class="q">que por medio de Cristo nos ha bendecido</div><div class="q">con toda suerte de bienes</div><div class="q">espirituales y celestiales.#2 Co 1,3; 1 Pe 1,3.</div><div class="q"> 4&#201;l nos ha elegido en la persona de Cristo</div><div class="q">antes de crear el mundo,</div><div class="q">para que nos mantengamos</div><div class="q">sin mancha ante sus ojos,</div><div class="q">como corresponde a consagrados a &#233;l.#Jn 15,16; 17,24; Rm 8,28-30; Col 1,22.</div><div class="q">Amorosamente 5nos ha destinado de antemano,</div><div class="q">y por pura iniciativa de su benevolencia,</div><div class="q">a ser adoptados como hijos suyos</div><div class="q">mediante Jesucristo.#Jn 1,12; Rm 8,15-16.23; Ga 4,4; 1 Jn 3,1.</div><div class="q"> 6De este modo, la bondad</div><div class="q">tan generosamente derramada sobre nosotros</div><div class="q">por medio de su Hijo querido,</div><div class="q">se convierte en himno</div><div class="q">de alabanza a su gloria.#Mt 3,17; Col 1,3.</div><div class="q"> 7Con la muerte de su Hijo,</div><div class="q">y en virtud de la riqueza de su bondad,</div><div class="q">Dios nos libera y nos perdona los pecados.#Col 1,13-14.</div><div class="q"> 8&#161;Qu&#233; derroche de gracia sobre nosotros,</div><div class="q">al llenarnos de sabidur&#237;a e inteligencia</div><div class="q"> 9y darnos a conocer sus designios m&#225;s secretos!</div><div class="q">Los designios que ben&#233;volamente</div><div class="q">hab&#237;a decidido realizar</div><div class="q">por medio de Cristo,#3,3; Rm 16,25-26; Col 1,26-27.</div><div class="q"> 10llevando la historia</div><div class="q">a su punto culminante</div><div class="q">y haciendo que todas las cosas,</div><div class="q">las del cielo y las de la tierra,</div><div class="q">recuperen en Cristo su unidad.#Ga 4,4; Col 1,16-17.</div><div class="q"> 11El mismo Cristo en quien tambi&#233;n nosotros</div><div class="q">participamos de la herencia</div><div class="q">a la que hemos sido destinados de antemano</div><div class="q">seg&#250;n el designio del Dios</div><div class="q">que todo lo hace de acuerdo</div><div class="q">con los planes de su libre decisi&#243;n.#1,14.18; Hch 20,32; Col 1,12; 1 Pe 1,4; Rm 8,28-29.</div><div class="q"> 12As&#237;, nosotros, los que hab&#237;amos puesto</div><div class="q">nuestra esperanza en el Mes&#237;as,</div><div class="q">nos convertiremos en himno</div><div class="q">de alabanza a su gloria.</div><div class="q"> 13Y tambi&#233;n vosotros,</div><div class="q">los que hab&#233;is escuchado</div><div class="q">el mensaje de la verdad,</div><div class="q">el evangelio de vuestra salvaci&#243;n,</div><div class="q">al creer en Cristo</div><div class="q">hab&#233;is sido sellados</div><div class="q">con el Esp&#237;ritu Santo prometido,#4,30; 2 Co 1,21; Ga 3,14.</div><div class="q"> 14que es garant&#237;a de nuestra herencia,</div><div class="q">en orden a la liberaci&#243;n</div><div class="q">del pueblo adquirido por Dios,</div><div class="q">para convertirse en himno</div><div class="q">de alabanza a su gloria.#Rm 8,14-17; Ga 3,29; 4,7.</div><div class="s1">Supremac&#237;a de Cristo</div><div class="p"> 15Por eso yo, al tener noticias de vuestra fe en Jes&#250;s, el Se&#241;or, y del amor que dispens&#225;is a los creyentes,#Rm 1,8-10; Col 1,3-4.9; 1 Ts 1,2; Flm 4-5. 16os recuerdo en mis oraciones y no me canso de dar gracias a Dios por vosotros.</div><div class="p"> 17Que el Dios de nuestro Se&#241;or Jesucristo, el Padre a quien pertenece la gloria, os otorgue un esp&#237;ritu de sabidur&#237;a y de revelaci&#243;n que os lo haga conocer.#Is 11,2; 1 Co 2,10. 18Que llene de luz los ojos de vuestro coraz&#243;n para que conozc&#225;is cu&#225;l es la esperanza a la que os llama, qu&#233; inmensa es la gloria que ofrece en herencia a su pueblo #4,4; Rm 8,24-25; Col 1,5.27. 19y qu&#233; formidable la potencia que despliega en favor de nosotros los creyentes, manifestada en la eficacia de su fuerza poderosa.#Rm 1,4; 8,11; 1 Co 6,14; Col 2,12; Flp 3,10.</div><div class="p"> 20Es el poder que Dios despleg&#243; en Cristo al resucitarlo de la muerte y sentarlo en el cielo junto a s&#237;, 21por encima de todo principado, potestad, autoridad y dominio, y por encima de cualquier otro t&#237;tulo que se precie de tal, no solo en este mundo presente, sino tambi&#233;n en el futuro.#Mt 28,18; Flp 3,9; Col 1,15-20; 2,10; Heb 1,3-4. 22Todo lo ha puesto Dios bajo el dominio de Cristo, constituy&#233;ndolo cabeza suprema de la Iglesia#4,15; Sal 8,6; 1 Co 15,24-25. 23que es el cuerpo de Cristo, y, como tal, plenitud del que llena totalmente el universo.#4,10; Col 1,18-19; 2,9.</div>
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 <div class="chapter ch2" data-usfm="EPH.2">
 <div class="label">2</div><div class="s1">De la muerte a la vida</div><div class="p"> 1Tiempo hubo en que vuestras culpas y pecados os manten&#237;an en estado de muerte.#Tt 3,3-7. 2Era el tiempo en que segu&#237;ais los torcidos caminos de este mundo y las directrices del que est&#225; al frente de las fuerzas invisibles del mal, de ese esp&#237;ritu que al presente act&#250;a con eficacia entre quienes se hallan en rebeld&#237;a contra Dios.#2,11; 5,8; 6,12; Jn 12,31; 2 Co 4,4; Col 3,7; Tt 3,3. 3As&#237; viv&#237;amos tambi&#233;n todos nosotros en el pasado: sometidos a nuestras desordenadas apetencias humanas, obedientes a esos desordenados impulsos del instinto y de la imaginaci&#243;n, y destinados por nuestra condici&#243;n a experimentar, como los dem&#225;s, la ira de Dios.#Rm 1,18.</div><div class="p"> 4Pero la piedad de Dios es grande, e inmenso su amor hacia nosotros.#Jn 3,16-17; 1 Pe 1,3. 5Por eso, aunque est&#225;bamos muertos en raz&#243;n de nuestras culpas, nos hizo revivir junto con Cristo &#8212;&#161;la salvaci&#243;n es pura generosidad de Dios!&#8212;,#Lc 15,24.32; Rm 6,13; Col 2,13 (ver Hch 15,11). 6nos resucit&#243; y nos sent&#243; con Cristo Jes&#250;s en el cielo.#Rm 8,11; Col 2,12; 3,1. 7Despleg&#243; as&#237;, ante los siglos venideros, toda la impresionante riqueza de su gracia, hecha bondad para nosotros en Cristo Jes&#250;s.#Rm 3,24; 9,23; Ga 2,16. 8En efecto, hab&#233;is sido salvados gratuitamente mediante la fe. Y eso no es algo que provenga de vosotros; es un don de Dios. 9No es, pues, cuesti&#243;n de obras humanas, para que nadie pueda presumir.#Rm 3,28; 1 Co 1,29; 2 Tm 1,9; Tt 3,5. 10Lo que somos, a Dios se lo debemos. &#201;l nos ha creado por medio de Cristo Jes&#250;s, para que hagamos el bien que Dios mismo nos se&#241;al&#243; de antemano como norma de conducta.#Ga 6,15; Tt 2,14.</div><div class="s1">Paz y unidad en Cristo</div><div class="p"> 11Recordad, pues, que vosotros, paganos en otro tiempo por nacimiento y considerados incircuncisos por los llamados circuncisos &#8212;esos que llevan en su cuerpo una marca hecha por manos humanas&#8212;,#Rm 11,17. 12estabais en el pasado privados de Cristo, sin derecho a la ciudadan&#237;a de Israel, ajenos a las alianzas portadoras de la promesa, sin esperanza y sin Dios en medio del mundo.#Rm 9,4-5; Col 1,21; 1 Ts 4,13. 13Ahora, en cambio, injertados en Cristo Jes&#250;s y gracias a su muerte, ya no est&#225;is lejos como antes, sino cerca.#Is 57,19; Rm 3,25; 5,9; Col 1,20; Heb 9,14; 10,19; 1 Pe 1,18-19; 1 Jn 1,7.</div><div class="p"> 14Cristo es nuestra paz. &#201;l ha hecho de ambos pueblos uno solo; &#233;l ha derribado el muro de odio que los separaba;#Is 9,5-6; Ez 37,17; 1 Co 12,13; Ga 3,28. 15&#233;l ha puesto fin en su propio cuerpo a la ley mosaica, con sus preceptos y sus normas, y ha creado en su propia persona con los dos pueblos una nueva humanidad, estableciendo la paz.#2 Co 5,17; Col 3,10. 16&#201;l ha reconciliado con Dios a ambos pueblos por medio de la cruz, los ha unido en un solo cuerpo y ha destruido as&#237; su enemistad.#Rm 5,10-11; 2 Co 5,18-20; Col 1,20-22. 17&#201;l ha venido a traer la noticia de la paz: paz para vosotros, los que estabais lejos, y paz tambi&#233;n para los que estaban cerca.#6,15; Is 52,7; 57,19; Za 9,10. 18Unos y otros, gracias a &#233;l y unidos en un solo Esp&#237;ritu, tenemos abierto el camino que conduce al Padre.#Rm 5,2; 8,15; Ga 4,6; Heb 4,16; 7,25; 10,19-20; 1 Pe 3,18.</div><div class="p"> 19Ya no sois, por tanto, extranjeros o advenedizos. Sois conciudadanos de un pueblo consagrado, sois familia de Dios,#Heb 12,22-23. 20sois piedras de un edificio construido sobre el cimiento de los ap&#243;stoles y los profetas. Y Cristo Jes&#250;s es la piedra angular#1 Co 3,9-11; Ap 21,14; Is 28,16; Rm 9,33; 1 Co 3,11. 21en la que todo el edificio queda ensamblado y va creciendo hasta convertirse en templo consagrado al Se&#241;or,#4,16; 1 Co 3,1; 2 Co 6,16; 1 Pe 2,4-5. 22en el que tambi&#233;n vosotros os vais integrando hasta llegar a ser, por medio del Esp&#237;ritu, casa en la que habita Dios.</div>
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 <div class="chapter ch3" data-usfm="EPH.3">
 <div class="label">3</div><div class="s1">Ap&#243;stol de los paganos</div><div class="p"> 1Por todo lo cual yo, Pablo, soy prisionero de Cristo Jes&#250;s por amor a vosotros, los de origen pagano.#4,1; Flp 1,7.13; Col 4,18; Flm 9. 2Sin duda est&#225;is enterados de la misi&#243;n que Dios, en su benevolencia, ha tenido a bien confiarme con respecto a vosotros.#Rm 12,3; 15,15; 1 Co 3,10; Ga 2,9. 3Fue una revelaci&#243;n de Dios la que me dio a conocer el plan secreto del que os he escrito m&#225;s arriba brevemente.#1,9-10; Rm 16,25-26; Ga 1,12.15-16; Col 1,26; 2,2. 4Ley&#233;ndolo podr&#233;is comprobar cu&#225;l es mi conocimiento de ese plan secreto realizado en Cristo. 5Se trata del plan que Dios tuvo escondido para las generaciones pasadas, y que ahora, en cambio, ha dado a conocer, por medio del Esp&#237;ritu, a sus santos ap&#243;stoles y profetas. 6Un plan que consiste en que los paganos comparten la misma herencia, son miembros del mismo cuerpo y participan de la misma promesa que ha hecho Cristo Jes&#250;s por medio del evangelio,#2,11-13.18-19. 7del que la gracia y el gran poder de Dios me han constituido servidor.#Col 1,23-25. 8A m&#237;, que soy el m&#225;s insignificante de todos los creyentes, se me ha concedido este privilegio: anunciar a los paganos la incalculable riqueza de Cristo#Hch 9,15; 22,21; 26,17-18; 1 Co 15,9-10; Ga 1,16; 2,8; 1 Tm 1,15. 9y mostrar a todos c&#243;mo va cumpli&#233;ndose el plan secreto, que desde el principio de los siglos se hallaba escondido en Dios, creador de todas las cosas.</div><div class="p"> 10As&#237;, por medio de la Iglesia, los principados y potestades de los cielos tienen ahora conocimiento de la multiforme sabidur&#237;a divina,#1,21; Col 1,16; 2,15; Rm 11,33-36. 11seg&#250;n el proyecto que desde la eternidad quiso Dios realizar en Cristo Jes&#250;s, Se&#241;or nuestro; 12gracias a &#233;l y mediante la fe, podemos acercarnos a Dios libre y confiadamente.#2,18. 13No os sint&#225;is, pues, acongojados, si me veis sufrir por vosotros; consideradlo, m&#225;s bien, como motivo de gloria.#Col 1,24.</div><div class="s1">S&#250;plica al Padre</div><div class="p"> 14Por todo lo cual me pongo de rodillas ante el Padre#3,14: Padre: Numerosos mss., aunque no los mejores y m&#225;s antiguos, a&#241;aden: de nuestro Se&#241;or Jesucristo.,#1,17-18; Mt 11,25-27. 15origen de toda paternidad tanto en el cielo como en la tierra, 16y le pido que, conforme a la riqueza de su gloria, su Esp&#237;ritu os llene de fuerza y energ&#237;a hasta lo m&#225;s &#237;ntimo de vuestro ser. 17Que Cristo habite, por medio de la fe, en el centro de vuestra vida y que el amor os sirva de cimiento y de ra&#237;z.#Jn 14,23; Col 1,23; 2,7. 18Ser&#233;is as&#237; capaces de entender, en uni&#243;n con todos los creyentes, cu&#225;n largo y ancho, cu&#225;n alto y profundo 19es el amor de Cristo; un amor que desborda toda ciencia humana y os colma de la plenitud misma de Dios.</div><div class="p"> 20A Dios que, desplegando su poder sobre nosotros, es capaz de realizar todas las cosas incomparablemente mejor de cuanto pensamos o pedimos,#Rm 16,25-27; Jds 24-25. 21a &#233;l sea la gloria en Cristo y en la Iglesia, de edad en edad y por generaciones sin t&#233;rmino. Am&#233;n.</div>
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 <div class="chapter ch4" data-usfm="EPH.4">
 <div class="label">4</div><div class="ms1">II. La vida nueva en Cristo (4,1&#8211;6,17)</div><div class="s1">Unidad y pluralismo en el amor</div><div class="p"> 1As&#237; pues, yo, prisionero por amor al Se&#241;or, os exhorto a que llev&#233;is una vida en consonancia con el llamamiento que hab&#233;is recibido. 2Sed humildes, amables, comprensivos. Soportaos unos a otros con amor.#Ga 6,2; Col 3,12-13. 3No ahorr&#233;is esfuerzos para consolidar, con ataduras de paz, la unidad, que es fruto del Esp&#237;ritu.#Flp 1,27. 4Uno solo es el cuerpo y uno solo el Esp&#237;ritu, como una es la esperanza a la que hab&#233;is sido llamados.#2,16-18; Rm 12,5; 1 Co 10,17; 12,12-13; Col 1,5. 5Solo hay un Se&#241;or, solo una fe, solo un bautismo.#Dt 6,4-6; Mt 26,8-10; Mc 12,29; 1 Co 1,13; 8,6. 6Solo un Dios, que es Padre de todos, que todo lo domina, por medio de todos act&#250;a y en todos vive.</div><div class="p"> 7Cada uno de nosotros ha recibido el don en la medida en que Cristo ha tenido a bien otorg&#225;rnoslo.#Rm 12,3.6; 1 Co 12,11. 8Por eso dice la Escritura:</div><div class="b"></div><div class="q"> Al subir a lo alto,</div><div class="q"> llev&#243; consigo prisioneros</div><div class="q"> y reparti&#243; dones a los seres humanos.#Sal 68,18; Col 2,15.</div><div class="b"></div><div class="p"> 9Si &#171;subi&#243;&#187;, como dice, &#191;no supone que previamente hab&#237;a bajado a lo profundo de la tierra?#Jn 3,13; Rm 10,6-7; Flp 2,6-11. 10El mismo que baj&#243; es el que ha subido a lo m&#225;s alto de los cielos a fin de llenar con su presencia el universo. 11&#201;l es quien a unos ha hecho ap&#243;stoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.#Rm 12,4-11; 1 Co 12,4-11.28. 12Capacita as&#237; a los creyentes para que desempe&#241;en su ministerio y construyan el cuerpo de Cristo#2 Tm 3,17; 1 Pe 2,4-5. 13hasta que todos alcancemos la unidad propia de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios; hasta que seamos personas cabales; hasta que alcancemos, en madurez y plenitud, la talla de Cristo.#Ga 4,19; Col 1,28.</div><div class="p"> 14Dejemos, pues, de ser ni&#241;os zarandeados por las olas y arrastrados a la deriva por cualquier doctrina seductora, a merced de esa gente maestra en las artima&#241;as del error.#1 Co 14,20; 2 Tm 4,3-4; Heb 5,11-14; 13,9. 15Vivamos, en cambio, con autenticidad en el amor y esforc&#233;monos por crecer en todo, puesta la mira en aquel que es la cabeza: Cristo.#1,22; 5,23; Col 1,18. 16&#201;l es quien hace que el cuerpo entero, bien ensamblado y unido mediante el conjunto de ligamentos que lo alimentan seg&#250;n la actividad propia de cada miembro, vaya creciendo como tal cuerpo de modo que se construya a s&#237; mismo en el amor.#Rm 12,4-5; 1 Co 12,12-30; Col 3,8-10.</div><div class="s1">Personas nuevas en Cristo</div><div class="p"> 17Esto es, pues, lo que os digo y os recomiendo en nombre del Se&#241;or: &#161;No os comport&#233;is m&#225;s como los paganos, dej&#225;ndoos llevar por sus criterios sin consistencia! 18Ellos tienen la inteligencia embotada y viven lejos de Dios, por cuanto son ignorantes y duros de coraz&#243;n. 19Han perdido el sentido del bien y se han entregado al vicio y a toda suerte de impureza y de avaricia. 20&#161;Pero no es eso lo que vosotros hab&#233;is aprendido sobre Cristo! 21Porque sin duda os han hablado de &#233;l y, en conformidad con la aut&#233;ntica doctrina de Jes&#250;s, se os ha ense&#241;ado como cristianos 22a renunciar a la antigua conducta, a la vieja condici&#243;n humana corrompida por la seducci&#243;n del placer.#Rm 13,12-14; Ga 3,27; Col 3,8-10. 23As&#237; que dad lugar a la renovaci&#243;n espiritual de vuestra mente#Rm 12,2. 24y revest&#237;os de la nueva criatura, creada a imagen de Dios en orden a una vida verdaderamente recta y santa.</div><div class="s1">Exigencias de la vida nueva</div><div class="p"> 25As&#237; que desterrad la mentira y que cada uno sea sincero con su pr&#243;jimo ya que somos miembros los unos de los otros.#Za 8,16; Rm 12,5; 1 Co 12,12. 26Si alguna vez os enoj&#225;is, que vuestro enojo no llegue hasta el punto de pecar, ni que os dure m&#225;s all&#225; de la puesta del sol.#Sal 4,4 (versi&#243;n griega de los LXX); Stg 1,19-20. 27Y no deis al diablo oportunidad alguna. 28Si alguno robaba, no robe m&#225;s, sino que se esfuerce trabajando honradamente con sus propias manos para que pueda ayudar al que est&#225; necesitado.#Hch 20,34-35; 1 Co 4,12; Ga 6,10; 1 Ts 4,11. 29No emple&#233;is palabras groseras; usad un lenguaje &#250;til, constructivo y oportuno, capaz de hacer el bien a los que os escuchan.#5,4; Col 3,8; 4,6. 30No caus&#233;is tristeza al Esp&#237;ritu Santo de Dios, que es en vosotros como un sello que os distinguir&#225; en el d&#237;a de la liberaci&#243;n.#1,13; Is 63,10. 31Nada de acritud, rencor, ira, voces destempladas, injurias o cualquier otra suerte de maldad; desterrad todo eso.#Col 3,8. 32Sed, en cambio, bondadosos y compasivos los unos con los otros, perdon&#225;ndoos mutuamente como Dios os ha perdonado por medio de Cristo.#Mt 6,14-15; 18,22-35; Col 3,12-13.</div>
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 <div class="chapter ch5" data-usfm="EPH.5">
 <div class="label">5</div><div class="p"> 1Puesto que sois hijos amados de Dios, procurad pareceros a &#233;l#Lv 19,2; Mt 5,48. 2y haced del amor la norma de vuestra vida, pues tambi&#233;n Cristo nos am&#243; y se entreg&#243; a s&#237; mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios.#5,25; Jn 13,34; 15,12; 2 Co 5,14; Ga 2,20; 1 Jn 3,16 (ver Ez 20,41).</div><div class="p"> 3Y en cuanto a la lujuria, a cualquier clase de impureza o a la avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros. As&#237; deben comportarse los creyentes.#4,19-31; 1 Co 6,9-10; Col 3,5.8. 4Y lo mismo digo de las obscenidades, conversaciones est&#250;pidas o indecentes, cosas todas que est&#225;n fuera de lugar; lo vuestro es dar gracias a Dios.#Col 3,15. 5Tened bien entendido que ning&#250;n lujurioso, ning&#250;n indecente, ning&#250;n avaro &#8212;la avaricia es una especie de idolatr&#237;a&#8212;, tendr&#225; parte en la herencia del reino de Cristo y de Dios.</div><div class="s1">Hijos de la luz</div><div class="p"> 6Que nadie os enga&#241;e con palabras falaces. Estas son precisamente las cosas que encienden la ira de Dios sobre quienes se niegan a obedecerle.#Rm 1,18; Col 2,4.8. 7&#191;Quer&#233;is tambi&#233;n vosotros ser c&#243;mplices suyos? 8En otro tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz al estar unidos al Se&#241;or. Portaos como hijos de la luz,#2,12-13; Lc 16,8; Jn 8,12.36; Col 1,13; 1 Ts 5,4-5; 1 Pe 2,9; 1 Jn 1,5-7. 9cuyos frutos son la bondad, la rectitud y la verdad. 10Haced lo que agrada al Se&#241;or#5,17; Rm 12,2. 11y no tom&#233;is parte en las est&#233;riles acciones de quienes pertenecen al mundo de las tinieblas; desenmascarad, m&#225;s bien, esas acciones,#Jn 3,20-21. 12pues hasta verg&#252;enza da decir lo que esos tales hacen a escondidas. 13Pero todo cuanto ha sido desenmascarado por la luz, queda al descubierto; 14y lo que queda al descubierto, se convierte, a su vez, en luz. Por eso se dice:</div><div class="b"></div><div class="q">&#171;Despierta t&#250; que est&#225;s dormido,</div><div class="q">lev&#225;ntate de la muerte,</div><div class="q">y te iluminar&#225; Cristo&#187;.#Is 26,19 (ver 51,17; 52,1); Jn 5,25; Rm 13,11.</div><div class="b"></div><div class="p"> 15Estad, pues, muy atentos a la manera que ten&#233;is de comportaros, no como necios, sino como inteligentes. 16Y aprovechad cualquier oportunidad, pues corren tiempos malos.#1 Co 7,26-31. 17As&#237; que no se&#225;is irreflexivos; al contrario, tratad de descubrir cu&#225;l es la voluntad de Dios. 18Y no os emborrach&#233;is, pues el vino conduce al libertinaje; llenaos, m&#225;s bien, del Esp&#237;ritu, 19y recitad entre vosotros salmos, himnos y c&#225;nticos inspirados. Cantad y tocad para el Se&#241;or desde lo hondo del coraz&#243;n,#Sal 33,2-3; Col 1,3; 3,16-17. 20dando gracias siempre y por todo a Dios Padre en el nombre de nuestro Se&#241;or Jesucristo.</div><div class="s1">Relaciones familiares</div><div class="p"> 21Guardaos mutuamente respeto en atenci&#243;n a Cristo. 22Que las mujeres respeten a sus maridos, como si se tratara del Se&#241;or.#1 Co 11,3; Col 3,18. 23Porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza y salvador del cuerpo, que es la Iglesia.#1,22; 4,15-16; Col 1,18. 24Si, pues, la Iglesia es d&#243;cil a Cristo, s&#233;anlo tambi&#233;n, y sin reserva alguna, las mujeres a sus maridos.</div><div class="p"> 25Vosotros, los maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo am&#243; a la Iglesia. Por ella entreg&#243; su vida#Col 3,19 (ver 2 Co 11,2; Ap 19,7). 26a fin de consagrarla a Dios, purific&#225;ndola por medio del agua y la palabra.#Jn 17,19; 1 Co 6,11; Heb 10,10.14; 13,12; Tt 3,5. 27Se prepar&#243; as&#237; una Iglesia radiante, sin mancha, ni arruga, ni nada semejante; una Iglesia santa e inmaculada.#2 Co 11,2; Col 1,22. 28Este es el modelo seg&#250;n el cual los maridos deben amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son. El que ama a su mujer, a s&#237; mismo se ama. 29Pues nadie ha odiado jam&#225;s a su propio cuerpo; todo lo contrario, lo cuida y alimenta. Es lo que hace Cristo con su Iglesia, 30que es su cuerpo, del cual todos nosotros somos miembros.#Rm 12,5; 1 Co 6,15; 12,27.</div><div class="p"> 31 Por esta raz&#243;n &#8212;dice la Escritura&#8212; dejar&#225; el hombre a su padre y a su madre y se unir&#225; a su mujer, y ambos llegar&#225;n a ser como una sola persona.#Gn 2,24 (ver Mt 19,5; Mc 10,7-8; 1 Co 6,16). 32Es grande la verdad aqu&#237; encerrada, y yo la pongo en relaci&#243;n con Cristo y con la Iglesia. 33En resumen, que cada uno de vosotros ame a su mujer como a s&#237; mismo, y que la mujer sea respetuosa con su marido.</div>
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 <div class="book bkEPH">
 <div class="chapter ch6" data-usfm="EPH.6">
 <div class="label">6</div><div class="p"> 1Vosotros, los hijos, obedeced a vuestros padres como procede que lo hagan los creyentes.#Col 3,20-21. 2El primer mandamiento que lleva consigo una promesa es precisamente este: Honra a tu padre y a tu madre,#Ex 20,12; Dt 5,16 (ver Mt 15,4; Mc 7,10; Lc 18,20). 3a fin de que seas feliz y vivas largos a&#241;os sobre la tierra. 4Y vosotros, los padres, no hag&#225;is de vuestros hijos unos resentidos; educadlos, m&#225;s bien, instruidlos y corregidlos como lo har&#237;a el Se&#241;or.#Dt 6,7.20-25; Pr 3,11-12; 19,18; Heb 12,5-13. 5Los esclavos deb&#233;is acatar con profundo respeto y lealtad de coraz&#243;n las &#243;rdenes de vuestros amos temporales, como si de Cristo se tratara.#Col 3,22&#8211;4,1. 6No como alguien que se siente vigilado o en plan adulador, sino como esclavos de Cristo, que tratan de cumplir con esmero la voluntad de Dios. 7Prestad vuestros servicios de buen grado, teniendo como punto de mira al Se&#241;or y no a la gente. 8Y recordad que el Se&#241;or recompensar&#225; a cada uno seg&#250;n el bien que haya hecho, sin distinguir entre amo y esclavo.</div><div class="p"> 9Por vuestra parte, amos, tratad a vuestros esclavos de igual manera. Prescindid de amenazas y tened en cuenta que tanto vosotros como ellos pertenec&#233;is a un mismo amo, que est&#225; en los cielos y no se presta a favoritismos.#Dt 10,17; Hch 10,34; Rm 2,11; Ga 2,6; Col 3,25; Stg 2,1; 1 Pe 1,17.</div><div class="s1">La lucha contra el mal</div><div class="p"> 10Solo me resta desear que os manteng&#225;is fuertes, apoyados en el poder irresistible del Se&#241;or.</div><div class="p"> 11Utilizad todas las armas que Dios os proporciona, y as&#237; har&#233;is frente con &#233;xito a las estratagemas del diablo.#Rm 13,12; 2 Co 2,7; 10,4; 1 Ts 5,8. 12Porque no estamos luchando contra enemigos de carne y hueso, sino contra las potencias invisibles que dominan en este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales del mal habitantes de un mundo supraterreno. 13Por eso es preciso que empu&#241;&#233;is las armas que Dios os proporciona, a fin de que pod&#225;is manteneros firmes en el momento cr&#237;tico y superar todas las dificultades sin ceder un palmo de terreno. 14Estad, pues, listos para el combate: ce&#241;ida con la verdad vuestra cintura, protegido vuestro pecho con la coraza de la rectitud #Is 11,5; 59,17. 15y calzados vuestros pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz.#Is 52,7 (ver Hch 10,36; Rm 10,15); Na 2,1. 16Tened siempre embrazado el escudo de la fe, para que en &#233;l se apaguen todas las flechas incendiarias del maligno. 17Como casco, usad el de la salvaci&#243;n, y como espada, la del Esp&#237;ritu, es decir, la palabra de Dios.#Is 11,4; 49,2; 59,17; Os 6,5; Ap 1,16.</div><div class="ms2">Conclusi&#243;n (6,18-24)</div><div class="s1">Orar siempre y por todos</div><div class="p"> 18Y todo esto hacedlo orando y suplicando sin cesar bajo la gu&#237;a del Esp&#237;ritu; renunciad incluso al sue&#241;o, si es preciso, y orad con insistencia por todos los creyentes.#Lc 18,1; Rm 12,12; Col 4,2; 1 Ts 5,17. 19Orad tambi&#233;n por m&#237;, para que Dios ponga en mis labios la palabra oportuna y pueda dar a conocer libre y valientemente el plan de Dios encerrado en el evangelio,#3,3; Hch 4,29; 28,31. 20del que soy ahora un embajador encadenado. Que Dios me conceda el valor de anunciarlo como debo.#3,1; 4,1; 2 Co 5,20; Flp 1,7.13; Col 4,18; Flm 9.</div><div class="s1">Despedida y bendici&#243;n final</div><div class="p"> 21Para que est&#233;is enterados de c&#243;mo van mis cosas y de lo que estoy haciendo, os informar&#225; T&#237;quico, mi querido hermano y fiel ayudante en el Se&#241;or. 22Os lo env&#237;o precisamente para que teng&#225;is noticias m&#237;as y para que al propio tiempo os levante el &#225;nimo.</div><div class="p"> 23Que Dios Padre, y Jesucristo, el Se&#241;or, concedan a los hermanos paz, amor y fe. 24Y que la gracia acompa&#241;e a cuantos aman a nuestro Se&#241;or Jesucristo con un amor indestructible.#1 Pe 1,8.</div>
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 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch21" data-usfm="ACT.21">
 <div class="label">21</div><div class="s1">Viaje de Pablo a Jerusal&#233;n</div><div class="p"> 1Despu&#233;s de separarnos de los hermanos, nos embarcamos y, sin torcer el rumbo, llegamos a Cos. Al d&#237;a siguiente tocamos Rodas, y de all&#237; fuimos a Patara, 2donde encontramos un barco que part&#237;a para Fenicia. Tomamos pasaje en &#233;l y zarpamos. 3Nos aproximamos luego a Chipre, que dejamos a babor, para continuar rumbo a Siria. Poco despu&#233;s arribamos a Tiro, donde la nave deb&#237;a descargar sus mercanc&#237;as. 4All&#237; encontramos algunos disc&#237;pulos y nos quedamos durante una semana en su compa&#241;&#237;a. Impulsados por el Esp&#237;ritu Santo, los hermanos de Tiro aconsejaban a Pablo que desistiera de su viaje a Jerusal&#233;n. 5Pero pasados aquellos d&#237;as, nos dispusimos a seguir nuestra ruta. Todos ellos, con sus mujeres y sus hijos, nos acompa&#241;aron hasta las afueras de la ciudad. All&#237;, puestos de rodillas en la playa, oramos.#20,36. 6Tras intercambiar saludos de despedida, subimos a bordo de la nave, y ellos regresaron a sus casas.</div><div class="p"> 7De Tiro nos dirigimos a Tolemaida, donde pusimos fin a nuestra traves&#237;a. Saludamos all&#237; a los hermanos y pasamos un d&#237;a con ellos. 8Marchamos al d&#237;a siguiente a Cesarea y fuimos a ver a Felipe, el evangelista, que era uno de los siete, y nos hospedamos en su casa.#6,5; 8,5-6.26-40. 9Ten&#237;a Felipe cuatro hijas solteras que pose&#237;an el don de profec&#237;a.#2,17; Jl 3,1 (ver 1 Co 11,5).</div><div class="s1">El profeta Agabo</div><div class="p"> 10Llev&#225;bamos ya varios d&#237;as en Cesarea, cuando lleg&#243; de Judea un profeta llamado Agabo.#11,28. 11Vino a vernos, tom&#243; el cintur&#243;n de Pablo, se at&#243; con &#233;l los pies y las manos y dijo:</div><div class="p">&#8212;Esto dice el Esp&#237;ritu Santo: &#171;As&#237; atar&#225;n los jud&#237;os en Jerusal&#233;n al due&#241;o de este cintur&#243;n. Despu&#233;s lo entregar&#225;n en manos de extranjeros&#187;.#20,23.</div><div class="p"> 12Al o&#237;r esto, tanto los creyentes de la localidad como nosotros rogamos a Pablo que no fuera a Jerusal&#233;n.#20,24; Mt 16,22. 13Pero &#233;l respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#191;Por qu&#233; me desanim&#225;is con vuestro llanto? Estoy dispuesto no solo a dejarme encadenar, sino a morir en Jerusal&#233;n por la causa de Jes&#250;s, el Se&#241;or.</div><div class="p"> 14Y, como no hab&#237;a manera de disuadirlo, dejamos de insistir, diciendo resignados:</div><div class="p">&#8212;&#161;Que se haga la voluntad del Se&#241;or!#Lc 22,42 y par.</div><div class="p"> 15Unos d&#237;as m&#225;s tarde, preparamos nuestro equipaje y nos dirigimos a Jerusal&#233;n. 16Nos acompa&#241;aron algunos disc&#237;pulos de Cesarea, quienes nos prepararon alojamiento en casa de Mnas&#243;n, un antiguo creyente chipriota.</div><div class="ms2">Pablo, arrestado en Jerusal&#233;n (21,17&#8211;23,22)</div><div class="s1">Visita de Pablo a Santiago</div><div class="p"> 17Cuando llegamos a Jerusal&#233;n, los hermanos nos recibieron con alegr&#237;a. 18Al d&#237;a siguiente fuimos con Pablo a visitar a Santiago. Asistieron a la reuni&#243;n todos los dirigentes.#11,30; 15,13 (notas). 19Pablo los salud&#243; y a continuaci&#243;n les refiri&#243; detalladamente todo lo que Dios hab&#237;a llevado a cabo entre los no jud&#237;os por su ministerio.#14,27; 15,3-4. 20Ellos alabaron a Dios al o&#237;r esto, pero al mismo tiempo dijeron a Pablo:</div><div class="p">&#8212;Como ves, hermano, millares de jud&#237;os son ahora creyentes. Y todos siguen siendo fieles observantes de la ley.#21,28 (ver 16,3; 28,17; Rm 2,25-29; 3,21-26; Ga 2,3; 3,22). 21Por otra parte, les han informado que t&#250; induces a todos los jud&#237;os residentes en el extranjero a abandonar la ley de Mois&#233;s y que les aconsejas que no circunciden a sus hijos ni observen nuestras tradiciones. 22&#191;Qu&#233; hacer en tal situaci&#243;n? Porque, sin duda, se enterar&#225;n de que has llegado. 23Lo mejor es que sigas este consejo que te damos. Est&#225;n con nosotros cuatro hombres obligados a&#250;n a cumplir una promesa. 24Ll&#233;valos contigo, participa con ellos en el ritual de la purificaci&#243;n y paga lo que les cueste raparse la cabeza. Todos sabr&#225;n as&#237; que los rumores que circulan acerca de ti carecen de fundamento, y que t&#250; mismo observas y cumples fielmente la ley. 25En lo concerniente a los no jud&#237;os que han abrazado la fe, en su d&#237;a les comunicamos por escrito nuestra decisi&#243;n, a saber, que se abstengan de comer carne ofrecida a los &#237;dolos o procedente de animales ahogados, y que se abstengan tambi&#233;n de alimentarse de sangre y de cometer cualquier clase de inmoralidad sexual.#15,19-20.28-29.</div><div class="p"> 26Tom&#243;, pues, Pablo consigo a aquellos hombres, y al siguiente d&#237;a inici&#243; con ellos la ceremonia de la purificaci&#243;n. Despu&#233;s entr&#243; en el Templo para fijar la fecha en que, una vez terminado el per&#237;odo de la purificaci&#243;n, deb&#237;a ofrecerse un sacrificio por cada uno de ellos.</div><div class="s1">Detenci&#243;n de Pablo en el Templo</div><div class="p"> 27A punto de cumplirse los siete d&#237;as, unos jud&#237;os de la provincia de Asia vieron a Pablo en el Templo y, amotinando a la gente, se abalanzaron sobre &#233;l 28mientras gritaban:</div><div class="p">&#8212;&#161;Israelitas, ayudadnos! &#161;Este es el individuo que va por todas partes difamando nuestra naci&#243;n, nuestra ley y este sagrado recinto! Por si fuera poco, ha introducido extranjeros en el Templo, profanando as&#237; este santo lugar.</div><div class="p"> 29Es que hab&#237;an visto antes a Pablo andar por la ciudad en compa&#241;&#237;a de Tr&#243;fimo, de &#201;feso, y supon&#237;an que tambi&#233;n lo hab&#237;a llevado al Templo. 30La ciudad entera se alborot&#243;; y la gente acudi&#243; en masa. Agarraron a Pablo, lo sacaron fuera del Templo y cerraron sus puertas inmediatamente. 31Estaban dispuestos a matarlo, cuando lleg&#243; al comandante de la guarnici&#243;n la noticia de que toda Jerusal&#233;n estaba alborotada. 32Al momento moviliz&#243; un grupo de soldados y oficiales y corri&#243; a cargar contra los agitadores. A la vista del comandante y sus soldados, la gente dej&#243; de golpear a Pablo. 33Se adelant&#243; luego el comandante, arrest&#243; a Pablo y dio orden de atarlo con dos cadenas. Pregunt&#243; despu&#233;s qui&#233;n era y qu&#233; hab&#237;a hecho.#(ver 21,11). 34Pero entre aquella masa, unos gritaban una cosa, y otros, otra. As&#237; que, al no poder el comandante conseguir alg&#250;n dato cierto en medio de aquel tumulto, orden&#243; conducir a Pablo a la fortaleza. 35Cuando llegaron a la escalinata, la multitud estaba tan enardecida, que los soldados tuvieron que llevar en volandas a Pablo; 36detr&#225;s, el pueblo en masa vociferaba sin cesar:</div><div class="p">&#8212;&#161;M&#225;talo!#22,22; Lc 23,18; Jn 19,15.</div><div class="s1">Autodefensa de Pablo</div><div class="p"> 37Estaban ya a punto de introducirlo en el interior de la fortaleza, cuando Pablo dijo al comandante:</div><div class="p">&#8212;&#191;Puedo hablar un momento contigo?</div><div class="p">&#8212;&#191;Sabes hablar griego? &#8212;le dijo extra&#241;ado el comandante&#8212;. 38Entonces, &#191;no eres t&#250; el egipcio que hace unos d&#237;as provoc&#243; una revuelta y se fue al desierto con cuatro mil guerrilleros?</div><div class="p"> 39&#8212;Yo soy jud&#237;o &#8212;respondi&#243; Pablo&#8212;, natural de Tarso de Cilicia, una ciudad importante. Te ruego que me permitas hablar al pueblo.</div><div class="p"> 40Concedido el permiso, Pablo se situ&#243; en lo alto de la escalinata e hizo con la mano un adem&#225;n para conseguir la atenci&#243;n del pueblo. Se hizo un profundo silencio y Pablo comenz&#243; a hablar en arameo:#12,17; 13,16; 19,33; 26,14.</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch22" data-usfm="ACT.22">
 <div class="label">22</div><div class="p"> 1&#8212;Hermanos israelitas y dirigentes de nuestra naci&#243;n, escuchad lo que ahora voy a alegar ante vosotros en mi defensa.#7,2.</div><div class="p"> 2Al o&#237;r que se expresaba en arameo, prestaron m&#225;s atenci&#243;n.</div><div class="p"> 3&#8212;Soy jud&#237;o &#8212;afirm&#243; Pablo&#8212;; nac&#237; en Tarso de Cilicia, pero me he educado en esta ciudad. Mi maestro fue Gamaliel, quien me instruy&#243; con esmero en la ley de nuestros antepasados. Siempre he mostrado un celo ardiente por Dios, igual que vosotros hoy. 4He perseguido a muerte a los seguidores de este nuevo camino del Se&#241;or, apresando y metiendo en la c&#225;rcel a hombres y mujeres.#8,3; 9,1-2.14; 22,19; 26,9-11; 1 Co 15,9; Ga 1,13.23; Flp 3,6; 1 Tm 1,13. 5De ello pueden dar testimonio el sumo sacerdote y todo el Consejo de Ancianos, pues de ellos recib&#237; cartas para nuestros correligionarios jud&#237;os de Damasco, adonde me dirig&#237;a con el prop&#243;sito de apresar a los creyentes que all&#237; hubiera y traerlos encadenados a Jerusal&#233;n para ser castigados.</div><div class="s1">Pablo relata su vocaci&#243;n</div><div class="p"> 6Iba, pues, de camino cuando, cerca ya de Damasco, hacia el mediod&#237;a, me envolvi&#243; de repente una luz deslumbrante que proced&#237;a del cielo.#9,3-19; 26,12-18. 7Ca&#237; al suelo y escuch&#233; una voz que me dec&#237;a: &#171;Sa&#250;l, Sa&#250;l, &#191;por qu&#233; me persigues?&#187;. 8&#171;&#191;Qui&#233;n eres, Se&#241;or?&#187;, pregunt&#233;. &#171;Soy Jes&#250;s de Nazaret, a quien t&#250; persigues&#187;, me contest&#243;. 9Mis acompa&#241;antes vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. 10Yo pregunt&#233;: &#171;&#191;Qu&#233; debo hacer, Se&#241;or?&#187;. El Se&#241;or me dijo: &#171;Lev&#225;ntate y vete a Damasco. All&#237; te dir&#225;n lo que se te ha encargado realizar&#187;. 11Como el fulgor de aquella luz me hab&#237;a dejado ciego, mis acompa&#241;antes me condujeron de la mano hasta Damasco.</div><div class="p"> 12Hab&#237;a all&#237; un hombre llamado Anan&#237;as, fiel cumplidor de la ley y muy estimado por todos los residentes jud&#237;os. 13Este vino a mi encuentro y, poni&#233;ndose a mi lado, me dijo: &#171;Hermano Sa&#250;l, recobra la vista&#187;. Al instante recobr&#233; la vista y pude verlo. 14Anan&#237;as, por su parte, a&#241;adi&#243;: &#171;El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para manifestarte su voluntad, para que vieras al Justo y oyeras su propia voz. 15Porque debes ser su testigo ante todos de cuanto has o&#237;do y presenciado.#1,8. 16No pierdas tiempo ahora; anda, baut&#237;zate y lib&#233;rate de tus pecados invocando el nombre del Se&#241;or&#187;.#1,5; 2,21.38; Rm 10,13.</div><div class="p"> 17A mi regreso a Jerusal&#233;n, un d&#237;a en que estaba orando en el Templo tuve un &#233;xtasis. 18Vi al Se&#241;or, que me dec&#237;a: &#171;Date prisa. Sal enseguida de Jerusal&#233;n, pues no van a aceptar tu testimonio sobre m&#237;&#187;. 19&#171;Se&#241;or &#8212;respond&#237;&#8212;, ellos saben que yo soy el que iba por las sinagogas para encarcelar y torturar a tus creyentes.#22,4. 20Incluso cuando mataron a Esteban, tu testigo, all&#237; estaba yo presente aprobando el proceder y cuidando la ropa de quienes lo mataban&#187;.#7,58; 8,1. 21Pero el Se&#241;or me contest&#243;: &#171;Ponte en camino, pues voy a enviarte a las m&#225;s remotas naciones&#187;.#9,15; 13,46-47; 26,17-18; Ga 1,15-16; 2,7-9.</div><div class="s1">Pablo y el comandante romano</div><div class="p"> 22Hasta aqu&#237; todos hab&#237;an escuchado con atenci&#243;n; pero en ese momento comenzaron a gritar:#21,36.</div><div class="p">&#8212;&#161;Fuera con &#233;l! &#161;No merece vivir!</div><div class="p"> 23Como no dejaban de vociferar, de agitar sus mantos y de arrojar polvo al aire, 24el comandante mand&#243; que metieran a Pablo en la fortaleza y lo azotasen, a ver si confesaba y de esa forma era posible averiguar la raz&#243;n del griter&#237;o contra &#233;l. 25Pero cuando lo estaban amarrando con las correas, Pablo dijo al oficial all&#237; presente:</div><div class="p">&#8212;&#191;Ten&#233;is derecho a azotar a un ciudadano romano sin juzgarlo previamente?#16,37; 23,27.</div><div class="p"> 26Al o&#237;r esto, el oficial fue a informar al comandante:</div><div class="p">&#8212;Cuidado con lo que vas a hacer; ese hombre es ciudadano romano.</div><div class="p"> 27El comandante lleg&#243; junto a Pablo y le pregunt&#243;:</div><div class="p">&#8212;Dime, &#191;eres t&#250; ciudadano romano?</div><div class="p">&#8212;S&#237; &#8212;contest&#243; Pablo.</div><div class="p"> 28&#8212;A m&#237; me ha costado una fortuna adquirir esa ciudadan&#237;a &#8212;afirm&#243; el comandante.</div><div class="p">&#8212;Pues yo la tengo por nacimiento &#8212;contest&#243; Pablo.</div><div class="p"> 29Al momento se apartaron de &#233;l los que iban a someterlo a tortura, y el propio comandante tuvo miedo al saber que hab&#237;a mandado encadenar a un ciudadano romano.#16,38.</div><div class="s1">Pablo ante el Consejo Supremo</div><div class="p"> 30El comandante se propuso saber con certeza cu&#225;les eran los cargos que presentaban los jud&#237;os contra Pablo. As&#237; que al d&#237;a siguiente mand&#243; que lo desatasen y dio orden de convocar a los jefes de los sacerdotes y al Consejo Supremo ante los que hizo comparecer a Pablo.#4,5; Lc 22,66 y par.</div>
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 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch23" data-usfm="ACT.23">
 <div class="label">23</div><div class="p"> 1Con la mirada fija en los miembros del Consejo, dijo Pablo:</div><div class="p">&#8212;Hermanos: hasta el presente me he comportado siempre ante Dios con conciencia enteramente limpia.#18,6; 20,26; 24,16.</div><div class="p"> 2A esto, Anan&#237;as, el sumo sacerdote, orden&#243; a los asistentes que golpearan a Pablo en la boca.#Jn 18,22-23. 3Pero este le dijo:</div><div class="p">&#8212;&#161;Dios es quien te golpear&#225; a ti, grand&#237;simo hip&#243;crita! Est&#225;s sentado ah&#237; para juzgarme conforme a la ley, &#191;y conculcas la ley mandando que me golpeen?</div><div class="p"> 4&#8212;&#191;Te atreves a insultar al sumo sacerdote de Dios? &#8212;preguntaron los asistentes.</div><div class="p"> 5&#8212;Hermanos &#8212;respondi&#243; Pablo&#8212;, ignoraba que fuera el sumo sacerdote; efectivamente, la Escritura ordena: No maldecir&#225;s al jefe de tu pueblo.#Ex 22,27.</div><div class="p"> 6Como Pablo sab&#237;a que entre los presentes unos eran fariseos y otros saduceos, proclam&#243; en medio del Consejo:</div><div class="p">&#8212;Hermanos, soy fariseo, nacido y educado como fariseo. Y ahora se me juzga porque espero la resurrecci&#243;n de los muertos.#24,15.21; 26,5-8; Mt 22,23 y par.; Flp 3,5.</div><div class="p"> 7Esta afirmaci&#243;n provoc&#243; un conflicto entre fariseos y saduceos, y se dividi&#243; la asamblea. 8(T&#233;ngase en cuenta que los saduceos niegan que haya resurrecci&#243;n, &#225;ngeles y esp&#237;ritus, mientras que los fariseos creen en todo eso). 9La controversia tom&#243; grandes proporciones, hasta que algunos maestros de la ley, miembros del partido fariseo, afirmaron rotundamente:</div><div class="p">&#8212;No hallamos culpa en este hombre. Puede que un esp&#237;ritu o un &#225;ngel le haya hablado.#(ver 25,25; Mt 27,19.24; Lc 23,4.14-22; Jn 18,38; 19,4.6).</div><div class="p"> 10Como el conflicto se agravaba, el comandante empez&#243; a temer que descuartizaran a Pablo; orden&#243;, pues, a los soldados que bajaran a sacarlo de all&#237; y que lo llevaran a la fortaleza.</div><div class="p"> 11Durante la noche siguiente, el Se&#241;or se apareci&#243; a Pablo y le dijo:</div><div class="p">&#8212;Ten buen &#225;nimo; has sido mi testigo en Jerusal&#233;n y habr&#225;s de serlo tambi&#233;n en Roma.#18,9; 27,24.</div><div class="s1">Complot contra Pablo</div><div class="p"> 12Al amanecer, los jud&#237;os tramaron un complot, jurando no probar bocado ni beber nada hasta haber dado muerte a Pablo.#20,19. 13Eran m&#225;s de cuarenta las personas que participaban en esta conjuraci&#243;n. 14Se presentaron despu&#233;s ante los jefes de los sacerdotes y dem&#225;s dirigentes y les comunicaron:</div><div class="p">&#8212;Hemos jurado solemnemente no probar absolutamente nada hasta que matemos a Pablo. 15Resta ahora que vosotros, con la anuencia del Consejo, solicit&#233;is del comandante que os entregue a Pablo con el pretexto de examinar su causa m&#225;s detenidamente. Nosotros nos encargaremos de eliminarlo en cuanto llegue.</div><div class="p"> 16Pero el hijo de la hermana de Pablo se enter&#243; del complot y logr&#243; entrar en la fortaleza para poner a Pablo sobre aviso. 17Pablo llam&#243; enseguida a un oficial y le dijo:</div><div class="p">&#8212;Lleva a este muchacho ante el comandante, pues tiene algo que comunicarle.</div><div class="p"> 18El oficial tom&#243; al muchacho y lo present&#243; al comandante con estas palabras:</div><div class="p">&#8212;Pablo, el preso, me ha llamado para pedirme que te traiga a este muchacho. Tiene algo que decirte.</div><div class="p"> 19El comandante lo tom&#243; de la mano, lo llev&#243; aparte y le pregunt&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#191;Qu&#233; quieres decirme?</div><div class="p"> 20El muchacho se explic&#243; as&#237;:</div><div class="p">&#8212;Los jud&#237;os han acordado pedirte que ma&#241;ana lleves a Pablo ante el Consejo Supremo con la excusa de obtener datos m&#225;s precisos sobre &#233;l. 21Pero no les creas, pues m&#225;s de cuarenta de ellos van a tenderle una emboscada y han jurado solemnemente no comer ni beber hasta matarlo. Ya est&#225;n preparados y solo esperan tu respuesta.</div><div class="p"> 22El comandante despidi&#243; al muchacho, advirti&#233;ndole:</div><div class="p">&#8212;No digas a nadie que me has informado sobre este asunto.</div><div class="ms2">Pablo, prisionero en Cesarea del Mar (23,23&#8211;26,32)</div><div class="s1">Pablo en Cesarea ante el gobernador F&#233;lix</div><div class="p"> 23Seguidamente llam&#243; a dos oficiales y les dio estas instrucciones:</div><div class="p">&#8212;Hay que salir para Cesarea a partir de las nueve de la noche. Tened preparada al efecto una escolta compuesta por doscientos soldados de infanter&#237;a, setenta de caballer&#237;a y doscientos lanceros. 24Preparad tambi&#233;n cabalgadura para Pablo y llevadlo sano y salvo ante F&#233;lix, el gobernador.</div><div class="p"> 25Entre tanto, &#233;l escribi&#243; una carta en los siguientes t&#233;rminos:</div><div class="p"> 26&#171;De Claudio Lisias al excelent&#237;simo gobernador F&#233;lix. Salud. 27El hombre que te env&#237;o fue apresado por los jud&#237;os. Cuando estaban a punto de matarlo, intervine militarmente y lo libr&#233;, pues tuve conocimiento de que era ciudadano romano.#21,30-33; 22,27. 28Queriendo luego averiguar en qu&#233; se basaban las denuncias formuladas contra &#233;l, hice que compareciera ante su Consejo Supremo.#22,30. 29He sacado la conclusi&#243;n de que le hacen cargos sobre cuestiones relativas a su ley, pero ninguna acusaci&#243;n hay por la que deba morir o ser encarcelado.#18,14-15; 15,18-19; 26,31; 28,18. 30No obstante, al recibir informes de que se preparaba un complot contra &#233;l, he decidido envi&#225;rtelo r&#225;pidamente, a la vez que he puesto en conocimiento de sus acusadores que deben formular sus demandas ante ti#23,30: ante ti: Numerosos mss. a&#241;aden la f&#243;rmula habitual de despedida en las cartas de la &#233;poca: que te vaya bien.&#187;.#25,5.</div><div class="p"> 31De acuerdo con las &#243;rdenes recibidas, la escolta tom&#243; a su cargo a Pablo y lo condujo de noche hasta Ant&#237;patris. 32Al d&#237;a siguiente, los dem&#225;s soldados regresaron a la fortaleza, dejando que prosiguieran con Pablo los de caballer&#237;a. 33A su llegada a Cesarea, estos hicieron entrega de la carta al gobernador y dejaron a Pablo en sus manos. 34Le&#237;do el mensaje, el gobernador pregunt&#243; a Pablo de qu&#233; provincia era; al saber que proced&#237;a de Cilicia, le dijo:</div><div class="p"> 35&#8212;Te interrogar&#233; cuando lleguen tus acusadores.</div><div class="p">A continuaci&#243;n mand&#243; custodiar a Pablo en el palacio de Herodes.</div>
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