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La Última Semana De Jesús en JerusalénMuestra

La Última Semana De Jesús en Jerusalén

DÍA 4 DE 7

La Pascua de Jesús

Por tradición, la Péssah o Pascua Judía, se vincula con la cena del cordero, la comida de los panes ácimos (panes sin levadura) y las hierbas amargas, como conmemoración del acontecimiento salvífico del paso por el mar rojo, cuando Dios liberó a su pueblo Israel de la esclavitud egipcia y lo condujo al desierto del Sinaí y luego hacia la tierra prometida.

El evangelio de Mateo nos dice que la preparación para la Pascua quedó a cargo de los discípulos de Jesús y de manera puntual recayó el encargo en Pedro y Juan. Aunque los judíos podían comerse el cordero pascual en sus casas o cenáculos, éste tenía que ser sacrificado en el templo. Es por esto que tanto Jesús como sus discípulos decidieron comer el cordero pascual en un Aposento Alto en Jerusalén.

Algo interesante que podemos observar en la celebración de la Santa Cena instaurada por el mismo Jesús aquel jueves en la tarde es la incorporación del pan y el vino como símbolos de la nueva Pascua en el Nuevo Pacto que establecería el Dios Trino con la humanidad a través del sacrificio expiatorio de Jesús en el madero de la Cruz.

En la Péssah judía se colocaban tres panes ácimos en una bolsa de tela de tres partes. Al principio de la cena el anfitrión tomaba el ácimo de en medio y lo partía. La mitad partida, se dividía luego en partes suficientes para que todos en la mesa pudieran comer. Como todo, en la Biblia hay algunas cosas que contienen un simbolismo espiritual muy, muy profundo que en parte conocemos y luego nos será revelado. La otra mitad del pan que partió el anfitrión, él mismo la escondía para que los niños la encontraran y se la comieran al final de la cena.

Jesús nos impresiona al tomar Él mismo este simbolismo para sí: “Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: ‘Tomen, coman; esto es, Mi cuerpo’”, el cual sería partido por causa de nuestros pecados en la cruz (Isa.53:4-11).

El pedazo de pan escondido por el anfitrión para los niños que se lo comían al final de la cena nos revela algo de la gloria futura del Cristo resucitado, el cual se ha escondido en los cielos temporalmente para luego ser revelado en su segunda venida y en la última cena que celebraremos con Él en gloria (Ap. 19:9, Ro.8:34, Heb.8:1).

En la Mishná o Torá oral, se incluían para el Péssah algunos términos de liberación extraídos del Éxodo: “Los sacaré… los libraré… los redimiré… Los tomaré a ustedes por pueblo mío…”. Por tradición se incluían algunas copas de vino en la Pascua celebrando estos términos de redención, es muy probable que, vinculando su próximo sacrificio en la cruz con los términos de liberación y redención del Éxodo, Jesús tomó la copa después de haber cenado, diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por ustedes" introduciendo el término de redención final del pecado y de la muerte para quienes hemos creído en Él.

Así como la sangre del cordero pascual untada en el dintel de las puertas de las casas judías, guardó por una noche, al pueblo de Dios del juicio que vendría sobre Faraón y Egipto; así mismo la sangre de Jesús, el Cordero de Dios nos guardará eternamente a los elegidos y escogidos del Señor, sobre el juicio justo que vendrá algún día por el pecado de la humanidad que no decidió creer en Él como Señor y Salvador (Ro. 2: 5-6).

La pregunta final tal vez sería: ¿Cómo puedo celebrar la Pascua de Jesús hoy en día?

El mismo Señor Jesús nos lo enseñó en la Santa Cena: “hagan esto en memoria de Mí” (Lc.22:19). Aferrándonos, creyendo, descansando y confiando en este nuevo misterio, el misterio del Nuevo Pacto de la ofrenda del Pan y el vino. Aferrándonos al nuevo misterio de la pasión y la resurrección de Jesucristo, el Rey de Salem- Jerusalén por siempre, eternamente.

¡Amén y amén!

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Acerca de este Plan

La Última Semana De Jesús en Jerusalén

Los evangelios al estilo de los grandes cineastas se enfocan en los hechos más relevantes y trascendentes del ministerio público de Jesús. La Semana de Pasión comienza con el viaje que haría el Maestro junto con sus discípulos, al igual que miles de otros judíos y gentiles una vez al año en el mes de Nisán a Jerusalén a celebrar la fiesta de la Pascua Judía.

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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://conectar.conociendoadios.net/