Que sustenta todo

Por medio de su Palabra fueron hechos los cielos y la tierra, por su Palabra el Sol y la luna salen cada día sin retrasarse en sus itinerarios, las estaciones llegan sin falta a su respectiva cita. Todo esto sigue sujeto a una sola palabra, pero no cualquier palabra, sino la Palabra de Dios.

Una Palabra que sustenta todas las cosas que vemos y son palpables e incluso aquellas que nos son desconocidas y que nuestra mente finita no podría llegar a imaginar, como quedarían registrado en el libro de Hechos y en los proverbios del rey Salomón.

Una Palabra digna de toda nuestra confianza, que no muda por la economía de un gobierno, ni tampoco se ve afectado por la incertidumbre del futuro, sino por el contrario una Palabra que marca el rumbo de los acontecimientos venideros.

Una Palabra firme en medio de una actualidad tan volátil como la actual, donde las cosas cambian repentinamente y todo aquello que se afirmaba ayer con total seguridad hoy ya no lo es porque ha ocurrido algo que modificó la realidad actual.