Viento FrescoMuestra

PENTECOSTÉS: DOS MUNDOS QUE COLISIONAN

El mundo se estaba poniendo al revés. Había un alboroto, una conmoción. Todos estaban asombrados y desconcertados porque nunca habían visto algo como esto. Los discípulos de Jesús habían inundado las calles y estaban declarando la bondad y la gloria de Dios, no en su propio idioma, sino en diversos lenguajes. Tenían audacia, convicción y hablaban de arrepentimiento, de perdón y del regalo del Espíritu Santo.

Para el pueblo hebreo, el Día de Pentecostés era una celebración de "la entrega de la ley" de Moisés, que permitió a los Israelitas ser el pueblo de Dios. Este fue un tiempo de grandes celebraciones y reuniones llenas de gozo. En medio de las festividades de ese día en Jerusalén, hubo una interrupción en una casa donde los discípulos de Jesús estaban reunidos, en espera del regalo prometido de Dios. El Apóstol Lucas cuenta que los discípulos se encontraron con el sonido fuerte de un viento que llenaba toda la habitación y vieron lo que parecía ser llamas reposando sobre la cabeza de cada persona. El mundo espiritual se había derrumbado en el mundo terrenal.

Aunque las historias de Hechos 2 sucedieron hace mucho tiempo, el Espíritu Santo todavía está obrando en la tierra hasta hoy, y tiene el poder de transformar tu mundo. Jesús nos enseñó a orar para que el reino de Dios venga "tanto en la tierra como en el cielo". A lo largo de la vida de Jesús y la Iglesia primitiva, es evidente que el propósito de Dios es que el mundo terrenal se encuentre y fusione con el mundo espiritual, y la invitación es para nosotros como creyentes de, no sólo conocer a Dios, sino ser llenos y empoderados por Su Espíritu.

El viento fresco del Espíritu Santo está disponible para todos nosotros, y ciertamente pondrá el mundo al revés.

Reflexión y Aplicación:

El Espíritu Santo es un regalo de Dios para todos los llamados por el Señor (Hechos 2:39). El Espíritu Santo te está llamando. Dios quiere hacer algo nuevo en tu vida ahora. ¿Abrirías tu corazón a Su Espíritu Santo? Si deseas recibir por primera vez o recibir un viento fresco, haz una pausa por un momento, reflexiona sobre Su Palabra cuando dice"derramaré mi Espíritu”. Haz esta oración.

Oración:

Padre, Dios, gracias por enviar a Tu Espíritu para estar conmigo. Espíritu Santo, necesito que Tu viento sople en mi vida ahora mismo. Por favor, lléname. Transforma mi vida y fortaléceme para hacer la obra de Dios hoy y todos los días. Por favor, dame valentía y firmeza para decirle a los demás de tu bondad. Dame hoy una visión para mi vida. ¡En el nombre de Jesús, amén!