Invitados Por JesúsMuestra
Privilegiados
Es costumbre que, en la mayoría de las ocasiones, cuando nos presentan a una persona que no conocemos, le digamos: “Mucho gusto". A decir verdad, es una expresión de cortesía, porque sólo cuando tengamos la oportunidad de conocerle bien y de compartir con esa persona, sabremos si en verdad es mucho el gusto o no. A veces, ni tenemos la oportunidad de conocerle porque no nos volvemos a encontrar con esa persona.
Con nuestro Señor Jesucristo ocurre diferente. Nuestro encuentro con el Salvador nos garantiza que no solo es mucho el gusto de conocerle sino que su vida viene a ser nuestra vida. A medida que le vamos conociendo, se van manifestando en nosotros verdades que nos bendicen y que nos hacen sentir valiosos y amados (Ef.2:4-5).
Jesucristo, el Hijo de Dios, nos recibe como hijos, como siervos, como amigos. Él nos imparte su gracia, nos libra de afanes, se desborda hacia nosotros en misericordia. Su amor incondicional nos hace ser y sentir privilegiados. Somos amados por el Hijo de Dios, quien es Dios con nosotros.
Qué pena tan inmensa que haya tantas personas en el mundo que rechacen su invitación a ser hijos, a ser amigos. Porque no se trata de cualquier persona, no estamos hablando de gente que hoy puede ser fiel y mañana traicionarnos. Estamos hablando de uno que no cambia, que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros.
Lamentablemente, esa fue la decisión nefasta que tomó el joven rico cuando tuvo la extraordinaria oportunidad de seguir al Maestro. Su amistad con las riquezas le privaron de aceptar la amistad que le ofreció el Hijo de Dios. Habrá muchos que se presentarán delante del trono de Dios y no llegarán con el Hijo. Tuvieron ante ellos al Salvador pero prefirieron voltearse y seguir su camino sin Él.
He utilizado la expresión “Mucho gusto” como una coyuntura para resaltar el incalculable honor que tenemos, los seres humanos caídos, de encontrarnos con el Salvador. Tenemos la gran bendición de ser recibidos por Él y de pasar a ser parte de la familia de Dios. Para los que hemos creído y pensamos en ese primer encuentro, podemos, con una sonrisa en nuestros labios y con gran gozo de nuestro corazón, imaginar esa escena de amor extendiendo nuestra mano hacia el Maestro, diciéndole: “Mucho gusto”.
No hemos sido defraudados, ni lo seremos jamás. Hemos hecho amistad con el Soberano de los reyes de la tierra, nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Escritura
Acerca de este Plan
No es un asunto de poca importancia el ser invitados por Jesucristo, el Hijo de Dios. Una invitación como esa jamás debiera ser rechazada. Pero, la realidad es que momento tras momento hay declinaciones alrededor del mundo a una invitación tan preciada. ¿A qué nos invita Jesús? En este plan de cinco días iremos a las Escrituras para encontrar la respuesta a esa importante pregunta.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/GrettchenStage