Jesús en todoMuestra
Jesús en el principio
Una de las afirmaciones más relevantes de las Escrituras es: «¡El Señor resucitó!». Esta declaración de los ángeles, de las mujeres y de los discípulos asombró a quienes recibían semejante noticia tan difícil de creer. Jesús estaba en el principio de todo; como Creador construyendo y creando todo el universo. Todo tiene sentido y orden cuando Jesús está en el principio de la vida, del matrimonio, del trabajo, de la casa, de la familia, de la empresa, de la inversión, de la iglesia. Cuando Él está en el principio de nuestro mundo, de nuestro universo, todo cambia y trae orden.
Jesús es el Señor de todo o el Señor de nada. Si no es el Señor, el Creador de todo en el principio, no puede ser el Señor y Dios hasta el fin de los tiempos.
Nota estas dos palabras: «Todo» y «Nada». «Todo» es un absoluto. Todo vino a existencia «por Él». «Nada» me dice que, si Él no fue el creador ni tampoco hizo todo lo que hay visible e invisible, nada hubiera sido hecho.
Jesús en el principio de nuestra niñez, adolescencia y las otras etapas de nuestra vida. En el principio de nuestro matrimonio, de nuestra familia, de nuestras carreras y trabajos, de nuestros emprendimientos; en fin, Él está en el principio de todo con nosotros. Cuando Él está ahí, en el principio, Él está primero, el Señor y Dios de nuestras vidas, hasta el fin de nuestros días. Este no es tan solo un concepto filosófico ni romántico de un deseo existencial. Jesús en el principio es reconocerle como el Dios que es el todo en todos. A Él sea la gloria por siempre. Dios permita que este sea un buen principio en tu caminar con Jesús.
Al encontrarse con Jesús resucitado, María Magdalena, de la que Jesús expulsó siete demonios, corrió a darles la noticia a los demás que estuvieron con Él. Sin embargo, ellos estaban de duelo y llorando, y no creyeron en un principio tal noticia (Marcos 16:9-11).
Ten por seguro que Jesús no evitará las lágrimas. ¿Te imaginas cuántas? Al expirar en la cruz, Jesús deja detrás una estela de incertidumbre, preguntas, angustias y sospechas. Los que le conocieron, siguieron y amaron, no podían entender tal aparente fracaso. Por lo tanto, ahora les resultaba difícil revertirlo en un hecho tan increíble.
Camino a su tierra iban dos de los discípulos que comentaban lo ocurrido. Entonces, Jesús se les apareció y, una vez que Él les dejó, le reconocieron y se pusieron en marcha para notificárselo a los demás. Sin embargo, estos no lo creyeron tampoco (Marcos 16:12-13). Luego, se les apareció a los once discípulos, a quienes reprendió por incrédulos (Marcos 16:14-15). También se les apareció a más de quinientas personas (1 Corintios 15:6). Ese pasaje nos pone, según el Resucitado, frente al deber de la iglesia: La extensión del Evangelio en virtud de la gran noticia que avala esos hechos: ¡La resurrección! La iglesia no está sola para ofrecer esta noticia. El poder del Resucitado acompañará siempre a los creyentes para facilitarles tal extraordinario mensaje.
Oración
Jesús:
Hoy te pedimos que ocupes el lugar central en nuestras vidas. Sé el Señor del principio. Sé el Señor de nuestra vida, de nuestro matrimonio, del trabajo, de la casa, de nuestra familia, de la empresa, de la inversión, de la iglesia. Amén.
Escritura
Acerca de este Plan
Este plan de lectura destaca la centralidad de Cristo y Su derecho divino a estar en el centro de nuestras vidas. A través de este plan de lectura, encontrarás a Jesús en el principio, en la familia, en el matrimonio, en el necesitado, en la enfermedad, en el trabajo, en la barca, en la cruz, en la resurrección, en Su segunda venida y en el final.
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Nos gustaría agradecer a Editorial Unilit |Spanish House Ministries por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.editorialunilit.com/