Jesús Para Todos: La ResurrecciónMuestra

¡Él resucitó!

El primer día de la semana, muy temprano en la mañana, dos de las Marías se apresuraron para visitar el sepulcro y ¡qué tremendo anuncio recibieron! Un ángel llegó del cielo tras un terremoto, removió la piedra, la puerta del sepulcro, y se sentó allí. Este ángel lanza la increíble noticia: «Yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado [...] id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado» (Mateo 28:5-7).

¿Te imaginas lo que esa noticia significó para las atribuladas mujeres y luego para los once discípulos? Este es uno de los grandes hechos del Resucitado: En el valle del dolor, la pérdida y la incertidumbre, Él quiere y puede decir: «¡Presente!».

El hecho de la resurrección tiene varias implicaciones para todo ser viviente. Entre otras, tenemos las siguientes garantías: Nuestra salvación (Romanos 5:9-11). Nuestra resurrección (1 Corintios 15:54-55). El perdón de nuestros pecados, luego de un arrepentimiento genuino (Romanos 6:1-13). Nuestra morada definitiva en el paraíso de Dios (Apocalipsis 21:1-7; 24-26).

También tenemos esta garantía sobre la resurrección del Señor: El testimonio de quienes lo volvieron a ver después de la resurrección; los discípulos que murieron y fueron mártires a causa de esa verdad; la vigencia actual de los judíos a despecho de los demás pueblos de la época que ya no existen; la perpetuidad de la Santa Cena; la práctica legendaria del bautismo de creyentes; los hallazgos arqueológicos, etc. Así que en relación con las narraciones de Lucas, el profesor E. M. Blaiklock llegó a la conclusión de que este evangelista «es un consumado historiador, digno de ser clasificado junto a los grandes escritores griegos».

Oración

Señor Jesús:

Gracias por todas las bendiciones que recibimos debido a Tu resurrección, ya que venció a la muerte. Además, al creer en Ti, ahora te pertenezco, y nada ni nadie podrá separarme de Ti. Amén.