Los Silencios De DiosMuestra

Cuando experimentamos el silencio de Dios nuestro corazón puede llenarse de angustia por el simple hecho de no saber o no tener una respuesta rápida ante nuestra petición.

Reflexionando sobre los pasajes de Marcos 14:32-42 podemos ver como Jesús menciona que su alma está destrozada, sin duda se encontraba angustiado profundamente. Jesús ora a Dios tres veces haciendo la misma petición y en las tres ocasiones obtiene la misma respuesta de Dios, un silencio que debe interpretar como un “no”.

¿Qué pasó? ¿Jesús no tenía fe y por eso Dios no contesto su oración? Jesús tenía fe, pero la voluntad de Dios era que él muriera en una cruz por nuestros pecados. Dentro de la oración que hace en el Getsemaní, Jesús expresa rendir su voluntad a la voluntad de Dios y en este caso la voluntad de Dios implicaba sufrimiento.

Nuestra cosmovisión es muy diferente a la de Dios porque donde nosotros podemos ver como algo malo el sufrimiento, Dios lo puede ver como algo necesario para salvación.

Desde la perspectiva de Dios la angustia y el dolor no son tan malas como nosotros creemos porque llegan a ser una oportunidad para acercarnos a Él y cambiar nuestra eternidad.