Cómo Aprovechar Al Máximo Tu Tiempo DevocionalMuestra

Los devocionales y la vida

No hay una respuesta definitiva en las Escrituras sobre cuánto tiempo regularmente un creyente debe dedicar a la lectura de la Biblia y a la oración. Al tomar la decisión sobre la cantidad de tiempo asignado a este ejercicio espiritual, cada creyente debe recordar su propósito. El tiempo que pasamos estudiando la Palabra de Dios y orando debe enfocarse tanto en nuestro conocimiento de Dios como en cómo podemos reflejar este conocimiento en nuestra vida diaria.

Una de las razones por las que dedicamos tiempo a los devocionales diarios es para poder adorar al Señor a nivel individual. Sin embargo, otra razón para esta práctica diaria es que fortalezcamos nuestro hombre interior para que podamos dejar nuestro cuarto de oración y salir al mundo donde podamos vivir lo aprendido en la comunidad. Debemos revelar lo que sabemos acerca de Dios a través de la forma en la que vivimos nuestra vida diariamente. El estudio de las Escrituras es solo un aspecto de nuestra vida devocional. No es su único propósito.

La Palabra de Dios nos habla acerca de toda nuestra vida terrenal. Esto significa que conocer a Dios se trata de ser un gran cónyuge, para aquellos que están casados. Se trata de ser un padre piadoso para aquellos que tienen hijos. Servir al Señor significa ser un buen hijo o hija para tus padres. Honras a Dios siendo un pastor piadoso para tu iglesia. Revelas a Jesús a este mundo siendo un ciudadano justo. Ser creyente cubre muchas áreas de nuestra vida. Por ejemplo, las Escrituras se refieren a nuestra administración de dinero y entretenimiento. Se nos anima a hacer uso de nuestro sano juicio y sabiduría en todos los aspectos de nuestra existencia terrenal.

Ya que en las Escrituras se analizan varias facetas de nuestra vida, el propósito de nuestro tiempo devocional es que aprendamos a vivir bien. Dediquemos tiempo a convertirnos en personas piadosas que viven en este mundo impío. Nuestros tiempos devocionales deben tener el propósito de ayudarnos a conocer a Dios y luego a reflejar este conocimiento en nuestra vida diaria. Necesitamos examinar nuestros devocionales personales en ese contexto. No debemos simplemente pasar horas y horas al día estudiando la Palabra de Dios; también necesitamos dedicar tiempo a vivir lo que hemos aprendido. Esto no significa que debamos apresurarnos en nuestro estudio de las Escrituras y concentrarnos en la práctica. Necesitamos encontrar un delicado equilibrio entre el aspecto del conocimiento de nuestro tiempo devocional y el lado práctico de vivirlo.