Job: Confiar en Dios en Nuestro Sufrimiento | Video DevocionalMuestra
Recapitulación
Ayer aprendimos que Dios no gobierna su universo según transacciones estrictas: gobierna con una sabiduría extravagante, amorosa y generosa. Hoy exploraremos cómo Job quiere una explicación respecto a su sufrimiento.
¿Qué está pasando?
Job lleva siete días sentado en silencio, rodeado por sus amigos. Cuando por fin habla, no maldice a Dios como predijo el Acusador del primer capítulo. En su lugar, maldice el día en que nació (Job 3:1). El hecho de que Job comprenda que Dios puede tanto dar como quitar no disminuye el dolor de su sufrimiento (Job 1:21). Por eso Job se lamenta y desea no haber nacido (Job 3:4).
El lamento de Job se profundiza aún más. Job cree que la muerte sería un dulce alivio a su brutal sufrimiento (Job 3:13). Si estaba condenado a nacer, desearía haber muerto en el parto (Job 3:16). Job se pregunta por qué Dios prolonga su vida si lo único que le queda es la miseria (Job 3:20). Incluso dice que el cerco que Dios utilizaba para protegerle se ha convertido en una prisión de miseria (Job 1:10, 3:23). Esta acusación velada contra Dios hace que hable Elifaz, el amigo de Job.
Elifaz cree que Dios no permite que los inocentes sufran (Job 4:7). Cree que el sufrimiento sólo lo causa el pecado de la persona (Job 4:8). Comparado con la pureza de Dios, todo el mundo es culpable (Job 4:17). Por eso Elifaz acusa a Job de falta de honestidad. Debe de haber hecho algo malo. Si Job lo admitiera, Dios le devolvería todo lo que había perdido (Job 5:19).
Job se siente insultado (Job 6:15). No quiere un sermón sobre cómo Dios recompensa a la gente buena y castiga a la mala. Job quiere una explicación de su propio sufrimiento y exige a sus amigos ejemplos concretos (Job 6:24). A Job no le interesa admitir los errores que no cometió. Y no quiere que todo vuelva a la normalidad. Job quiere que su nombre sea limpiado (Job 6:28-29). Y que tanto sus amigos como Dios sepan que no ha hecho nada malo.
¿Dónde está el Evangelio?
Siempre que sufren los inocentes, hay gente que ofrece explicaciones rápidas. Dicen cosas como "se lo merece" y "se lo ha buscado". Los discípulos de Jesús pensaban lo mismo respecto al sufrimiento cuando vieron a un ciego (Juan 9:2).
Pero tanto Job como Jesús rechazan esto como explicación de todo nuestro sufrimiento (Juan 9:3a). Recuerda, el libro de Job somete a juicio nuestras ideas sobre el bien y el mal, la recompensa y el sufrimiento. Y este libro se inclina hacia el veredicto de que una versión del karma no dirige el universo: lo hace Dios.
Y Dios no cree que todo el que sufre se lo merezca. Dios sabe que no siempre se puede culpar a la víctima. Elifaz se equivoca. Job tiene razón. Existe el sufrimiento verdaderamente inocente, y Dios lo demostrará. En Jesús, Dios vino y sufrió inocentemente por nosotros (Hebreos 4:15). No lo hizo simplemente para demostrar que el sufrimiento inocente existe como idea filosófica, sino para limpiar nuestros nombres cuando la gente nos culpa de nuestro sufrimiento.
Recuerda que el nombre de Jesús fue arrastrado por el fango. Fue una víctima falsamente culpada (Marcos 14:64). En la cruz, Jesús se convirte en las maldiciones pronunciadas en nuestra contra (Gálatas 3:13). En su muerte, cualquier sufrimiento del que nos culpen nuestros amigos, nuestra familia, Satanás y nuestra mente queda clavado en la cruz (Colosenses 2:14). Jesús desarma las filosofías que culpan a la víctima y las avergüenza por la deshonra que causan (Colosenses 2:15).
En Jesús, la esperanza que Job tenía de que su nombre sea limpiado está asegurada. Cuando confiamos en la muerte inocente de Jesús, la vergüenza es removida. Y cuando esperamos en la resurrección de Jesús, nuestra culpa queda anulada (Romanos 8:34).
Compruébalo tú mismo
Espíritu Santo, abre mis ojos para que vea al Dios que sufre inocentemente. Y que pueda ver a Jesús como aquel que no me culpa de mi sufrimiento inocente, sino que muere para acabar con mi vergüenza.
Acerca de este Plan
Este plan de 14 días te guiará a través del libro de Job leyendo uno o dos capítulos al día. Cada día va acompañado de un breve video que explica lo que ocurre en el texto. También aprenderás cómo cada parte de la historia apunta a Jesús y cómo podemos confiar en Él cuando sufrimos.
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Nos gustaría agradecer a Spoken Gospel por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.spokengospel.com/