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Belleza Redimida

DÍA 1 DE 3

Desenmascarando los estándares de belleza del mundo

Una pregunta retumba en mi cabeza:“¿Por qué, si Dios nos diseñó a todos de manera única y especial, intentamos de todas formas seguir los estándares que dicta la sociedad?".

La belleza es subjetiva, pero la sociedad nos ha impuesto un estándar de belleza inalcanzable. Sí, inalcanzable, porque a medida que pasa el tiempo, las tendencias también cambian. En los años 80, se valoraba un cuerpo con curvas, grandes volúmenes de cabello y rizos, maquillajes con colores vivos y llamativos, muy al estilo de Madonna. En los años 90, los cuerpos empezaron a ser extremadamente delgados, con cabellos menos voluminosos y maquillaje en tonos marrones y naturales, muy al estilo de Kate Moss. En el año 2000, comenzó la tendencia hacia lo saludable y tonificado, cabellos lisos, a menudo con mechas rubias o colores brillantes y en el maquillaje se popularizaron los brillos de labios y los ojos ahumados, aquí entró el bronceado artificial, muy al estilo de Britney Spears. Y así podría seguir... hasta llegar a los grandes íconos de la belleza de la actualidad: Kim Kardashian, Jennifer Lopez, Rihanna, Zendaya y Billie Eilish...

Las mujeres se aplican botox, ácido hialurónico, microneedling, sin hablar de las cirugías estéticas. Pero por un momento, me gustaría que hicieras un alto en estos estándares de belleza y que por los siguientes días nos enfoquemos en qué dice Dios en su Palabra sobre esto.

Cuando leemos el Salmo 139:13-16, podemos ver cómo Dios cuidó cada detalle de nuestro cuerpo (incluso esas cosas que tú misma desprecias)...

No podemos permitir que se vuelva normal sentirnos inseguras sobre cómo lucimos físicamente. Sé que nuestro corazón está en busca de aprobación y esto es tan peligroso para el alma. Subes un video en el gimnasio a tus historias, publicas lo que comes, te afanas por combinar bien tu outfit, cuando lo único que estás buscando es reconocimiento y aprobación. Quizás ni siquiera lo haces para otros, sino que sin darte cuenta estás buscando satisfacer esa parte de tu corazón que quiere llenarse, un lugar al que solo Dios puede ingresar.

Nuestra sociedad ha sido tan contaminada con los estándares de belleza que pretendemos que una mujer se vea reluciente una semana después de haber parido y lo celebramos de una manera orgullosa cuando lo logra. Y si no me crees, te aseguro que tú has escuchado la frase "No parece que hubieras tenido un hijo". O: "Estás más delgada que antes de tener el bebé". ¡Esto es tóxico y dañino! Tanto para las mujeres que han logrado volver al cuerpo antes del embarazo como para aquellas que no lo lograron.

Nuestra belleza no es definida por lo que digan los otros, ni siquiera es definida por lo que pienses tú misma. Nuestra belleza la puso Dios y Dios nos enseña que“Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, esa será alabada” (Proverbios 31:30 RVR 1960).

¡Si quieres ser alabada, busca el temor de Dios, no la próxima cirugía o procedimiento estético!

No quiero que te sientas mal si te has realizado algún"retoque" estético, pero sí es importante que pesemos nuestro corazón y miremos realmente: ¿Por qué quieres quitarte los cachetes? ¿Qué te lleva a ponerte más glúteos? ¿Para qué tomarte el último té adelgazante?

Tienes 30 y te comparas con jovencitas de 20, miras las fotos cuando tenías 15 y piensas que estabas en tu mejor época, pero cuando tenías 15 seguro también había muchas cosas en ti que no te gustaban. Como decía el rey Salomón: ¡Vanidad de vanidades!

Necesitamos entender que envejecer y aumentar de peso son realidades, y con esto no pretendo que no cuides tu salud; sin embargo, no debería darte vergüenza dejar de entrenar porque te sientes cansada un día, o dormir un poco más el fin de semana. Aún el descanso forma parte del cuidado que Dios tiene para nosotras, pero esta sociedad acelerada poco habla de detenernos un momento y descansar.

El diseño original de Dios nos ayuda a entender lo que Él piensa y nuestra identidad, en definitiva, no se basa en nuestra apariencia.

Por favor, no avances de manera tan rápida en este plan. Detente a mirar hacia adentro y meditar...

  1. Toma un espejo y mírate.
  2. Busca la adoración: Reflejo de Jaidamar.
  3. Pídele a Dios que puedas verte a través de Sus ojos.
  4. Ahora toma un cuaderno y escribe una lista de 3 cosas que te gustan de ti, 3 habilidades, 3 cosas de tu personalidad que amas, 3 cosas que has logrado.
  5. Y por último, agradece a Dios por el cuerpo que te ha dado y por la capacidad de moverte y vivir.

Recordatorio del día:

"Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2:10 RVR 1960).

Te invito a que hagamos juntas esta oración:

Amado Dios, vengo ante Ti pidiéndote que me ayudes a ver mi verdadero valor a través de Tus ojos. ¡Quiero verme como Tú me ves! A veces me siento insegura y dudo de mi valía, pero sé que en Ti soy amada. Por favor, enséñame a reconocer las cualidades y dones que has puesto en mí. Ayúdame a caminar con confianza sabiendo que mi identidad está en Ti. Llena mi corazón con Tu verdad y Tu amor, y guíame para vivir de acuerdo a Tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.
Día 2

Acerca de este Plan

Belleza Redimida

¿Cansada de perseguir el estándar de belleza impuesto por la sociedad? Descubre una nueva perspectiva en nuestro plan de tres días. Abraza tu identidad en Cristo y encuentra paz en Su amor incondicional. ¡Descubre la verdadera belleza en ti!

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Nos gustaría agradecer a Kelly Vanessa Vanegas Pérez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://instanteindeleble.com/