¿Cómo afrontar el futuro?Muestra
Pon en Dios tu foco
“¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Santiago 4:13-15).
Algunos cristianos han intuido que, ante la inminente venida de Cristo, la actitud correcta es la falta de acción, el esfuerzo mínimo. El peligro de la apatía y la dejadez, de un desinterés total por el futuro es una amenaza para todos. ¿Para qué emprender o crear, estudiar o esforzarse por una vida mejor si todo esto pronto acabará? Reflexiones como estas, en el pasado han traído grandes penas a los creyentes. Lutero, reformador destacado del siglo XVI, dijo: “Si supiera que el mundo se acaba mañana, aun así, plantaría manzanos hoy”. No sabemos cuándo vendrá Jesús y en consecuencia, tenemos un llamado a estar vigilantes, ocupados en las cosas que le agradan a él (Lucas 12:43-48).
Por otro lado, tenemos un sesgo conductual que también es peligroso y es el de afrontar el futuro sin tener en cuenta a Dios como centro de toda la ecuación de la vida. Este era el problema que tenía la iglesia a la que Santiago se dirige. Tenían muchos planes, un gran optimismo, y un enfoque hacia una vida próspera, llena de bienestar, pero sin tener en cuenta que a Dios hay que ponerlo delante de cualquier decisión, buscar su voluntad y sujetarse a su designio. La falta de temor de Dios es una bomba de relojería, estallará tarde o temprano y se lo llevará todo consigo. Si no somos vigilantes, podemos caer en actitudes como estas, no hay intocables.
Vivir la vida bajo los estereotipos del mundo, sin tener en cuenta a Dios y no ponerlo en primer lugar, es contradictorio e ilegítimo para un hijo de Dios. Planificar el futuro desde un prisma egoísta, dejando a Dios en un segundo plano, es idolatría del yo. Como diría Calvino: “El corazón es una fábrica de ídolos”. Todos somos vulnerables a cosas así, a menos que nuestro foco esté en Dios. He aquí el único equilibrio posible.
Un foco teocéntrico e innegociable que ponga siempre a Dios delante es una garantía de triunfo sobre el futuro. Como diría el salmista: “A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido” (Salmo 16:8). No es el futuro lo que debe preocuparnos o hacia dónde dirigir nuestros esfuerzos cada día, sino asegurarnos de que nuestra mirada está en Dios. Si esto es así, seremos indestructibles, nuestro futuro será dichoso.
Acerca de este Plan
El futuro puede ser intimidante o esperanzador. Hay que tener una manera correcta de mirar hacia adelante o el miedo nos puede robar la serenidad. Por otra parte, un excesivo optimismo, que quite de la ecuación a Dios es imprudente y lamentable. Solo el equilibrio de una vida en fe puede afrontar el futuro con eficacia. En este plan bíblico te hablo de esto.
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Nos gustaría agradecer a Como Jesús por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/osmanycruz/