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¿Cómo afrontar el futuro?Muestra

¿Cómo afrontar el futuro?

DÍA 3 DE 3

Pon en Dios tu foco

“¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Santiago 4:13-15).

Algunos cristianos han intuido que, ante la inminente venida de Cristo, la actitud correcta es la falta de acción, el esfuerzo mínimo. El peligro de la apatía y la dejadez, de un desinterés total por el futuro es una amenaza para todos. ¿Para qué emprender o crear, estudiar o esforzarse por una vida mejor si todo esto pronto acabará? Reflexiones como estas, en el pasado han traído grandes penas a los creyentes. Lutero, reformador destacado del siglo XVI, dijo: “Si supiera que el mundo se acaba mañana, aun así, plantaría manzanos hoy”. No sabemos cuándo vendrá Jesús y en consecuencia, tenemos un llamado a estar vigilantes, ocupados en las cosas que le agradan a él (Lucas 12:43-48).

Por otro lado, tenemos un sesgo conductual que también es peligroso y es el de afrontar el futuro sin tener en cuenta a Dios como centro de toda la ecuación de la vida. Este era el problema que tenía la iglesia a la que Santiago se dirige. Tenían muchos planes, un gran optimismo, y un enfoque hacia una vida próspera, llena de bienestar, pero sin tener en cuenta que a Dios hay que ponerlo delante de cualquier decisión, buscar su voluntad y sujetarse a su designio. La falta de temor de Dios es una bomba de relojería, estallará tarde o temprano y se lo llevará todo consigo. Si no somos vigilantes, podemos caer en actitudes como estas, no hay intocables.

Vivir la vida bajo los estereotipos del mundo, sin tener en cuenta a Dios y no ponerlo en primer lugar, es contradictorio e ilegítimo para un hijo de Dios. Planificar el futuro desde un prisma egoísta, dejando a Dios en un segundo plano, es idolatría del yo. Como diría Calvino: “El corazón es una fábrica de ídolos”. Todos somos vulnerables a cosas así, a menos que nuestro foco esté en Dios. He aquí el único equilibrio posible.

Un foco teocéntrico e innegociable que ponga siempre a Dios delante es una garantía de triunfo sobre el futuro. Como diría el salmista: “A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido” (Salmo 16:8). No es el futuro lo que debe preocuparnos o hacia dónde dirigir nuestros esfuerzos cada día, sino asegurarnos de que nuestra mirada está en Dios. Si esto es así, seremos indestructibles, nuestro futuro será dichoso.

Día 2

Acerca de este Plan

¿Cómo afrontar el futuro?

El futuro puede ser intimidante o esperanzador. Hay que tener una manera correcta de mirar hacia adelante o el miedo nos puede robar la serenidad. Por otra parte, un excesivo optimismo, que quite de la ecuación a Dios es imprudente y lamentable. Solo el equilibrio de una vida en fe puede afrontar el futuro con eficacia. En este plan bíblico te hablo de esto.

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Nos gustaría agradecer a Como Jesús por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/osmanycruz/