Corazón De Migrante, Corazón De Cristo

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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkGEN">
 <div class="chapter ch21" data-usfm="GEN.21">
 <div class="label">21</div><div class="s1">Nacimiento de Isaac</div><div class="p"> 1El Se&#241;or, tal como hab&#237;a dicho, favoreci&#243; a Sara y cumpli&#243; la promesa que le hab&#237;a hecho. 2Sara qued&#243; embarazada y, en la fecha predicha por Dios, le dio un hijo al viejo Abrah&#225;n.#ver Heb 11,11. 3Y el nombre que Abrah&#225;n puso al hijo que Sara le dio, fue Isaac. 4A los ocho d&#237;as de nacer, Abrah&#225;n circuncid&#243; a su hijo Isaac tal como Dios le hab&#237;a mandado.#17,12; Hch 7,8. 5Cien a&#241;os ten&#237;a Abrah&#225;n cuando le naci&#243; su hijo Isaac. 6Entonces Sara pens&#243;:</div><div class="p">&#8212;Dios me ha hecho alegrarme, y todos los que sepan que he tenido un hijo, se alegrar&#225;n conmigo.</div><div class="p"> 7Y a&#241;adi&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#161;Qui&#233;n le iba a decir a Abrah&#225;n que Sara amamantar&#237;a hijos! Sin embargo, yo le he dado un hijo, a pesar de su vejez.</div><div class="s1">Agar e Ismael son expulsados</div><div class="p"> 8El ni&#241;o creci&#243; y fue destetado; el d&#237;a en que lo destetaron Abrah&#225;n ofreci&#243; un banquete.</div><div class="p"> 9Un d&#237;a, Sara vio que el hijo que Abrah&#225;n hab&#237;a tenido de la egipcia Agar jugaba con su hijo Isaac;#21,9: jugaba con su hijo Isaac: El inciso su hijo Isaac no figura en el texto hebreo, aunque s&#237; en la versi&#243;n griega de los LXX. 10dijo entonces a Abrah&#225;n:</div><div class="p">&#8212;&#161;Echa de aqu&#237; a esa esclava y a su hijo! Porque el hijo de esa esclava no va a compartir la herencia con mi hijo Isaac.</div><div class="p"> 11Esto le doli&#243; mucho a Abrah&#225;n, porque Ismael tambi&#233;n era hijo suyo. 12Pero Dios le dijo:</div><div class="p">&#8212;No te angusties por el muchacho ni por tu esclava. Hazle caso a Sara, porque la descendencia que llevar&#225; tu nombre ser&#225; la de Isaac.#Rm 9,7; Heb 11,18. 13Pero tambi&#233;n del hijo de la esclava har&#233; una gran naci&#243;n, porque es descendiente tuyo.</div><div class="p"> 14Al d&#237;a siguiente, Abrah&#225;n se levant&#243; de madrugada, tom&#243; pan y un odre de agua, lo carg&#243; a hombros de Agar y la despidi&#243; con el ni&#241;o. Ella se march&#243; y anduvo sin rumbo por el desierto de Berseba. 15Cuando se acab&#243; el agua del odre, dej&#243; al ni&#241;o bajo un arbusto, 16se alej&#243; y se sent&#243; a solas a la distancia de un tiro de arco, pues no quer&#237;a verle morir. Sentada a distancia llor&#243; amargamente.</div><div class="p"> 17Dios escuch&#243; al ni&#241;o llorar, y desde el cielo el mensajero de Dios llam&#243; a Agar y le dijo:</div><div class="p">&#8212;&#191;Qu&#233; te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del ni&#241;o que est&#225; ah&#237;. 18&#161;Anda, vete a donde est&#225; el muchacho y ag&#225;rralo con fuerza de la mano, porque yo har&#233; de &#233;l una gran naci&#243;n!</div><div class="p"> 19Entonces Dios le abri&#243; a Agar los ojos y vio un pozo de agua. Enseguida fue all&#225;, llen&#243; el odre y dio de beber al ni&#241;o. 20Dios protegi&#243; al ni&#241;o, y este fue creciendo. Viv&#237;a en el desierto y era un buen tirador de arco; 21habit&#243; en el desierto de Par&#225;n y su madre lo cas&#243; con una mujer egipcia.</div><div class="s1">Alianza entre Abrah&#225;n y Abim&#233;lec</div><div class="p"> 22En aquel tiempo Abim&#233;lec, acompa&#241;ado de Picol, jefe de su ej&#233;rcito, dijo a Abrah&#225;n:</div><div class="p">&#8212;Dios est&#225; contigo en todo lo que haces. 23Por tanto, j&#250;rame por Dios, aqu&#237; mismo, que no me traicionar&#225;s ni a m&#237;, ni a mis hijos, ni a mis parientes, sino que me tratar&#225;s a m&#237; y al pa&#237;s que te ha acogido con la misma lealtad que yo te he mostrado.</div><div class="p"> 24Abrah&#225;n respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Te lo juro.</div><div class="p"> 25Pero Abrah&#225;n llam&#243; la atenci&#243;n a Abim&#233;lec por causa de un pozo de agua del cual los siervos de Abim&#233;lec se hab&#237;an apropiado por la fuerza. 26Y Abim&#233;lec le dijo:</div><div class="p">&#8212;No tengo idea de qui&#233;n pudo haber hecho esto. Yo no sab&#237;a nada de esto y tampoco t&#250; me hab&#237;as dicho nada.</div><div class="p"> 27Entonces Abrah&#225;n tom&#243; algunas ovejas y vacas, se las dio a Abim&#233;lec y los dos hicieron una alianza. 28Despu&#233;s Abrah&#225;n apart&#243; siete corderas del reba&#241;o, 29por lo que Abim&#233;lec le pregunt&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#191;Para qu&#233; has apartado estas siete corderas?</div><div class="p"> 30Abrah&#225;n le respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Para que estas siete corderas que hoy te regalo sirvan de testimonio de que yo cav&#233; este pozo.</div><div class="p"> 31Por esa raz&#243;n, aquel lugar se llam&#243; Berseba, pues all&#237; los dos hicieron un juramento.</div><div class="p"> 32Una vez sellada la alianza en Berseba, Abim&#233;lec en compa&#241;&#237;a de Picol, el jefe de su ej&#233;rcito, regres&#243; al pa&#237;s de los filisteos. 33All&#237;, en Berseba, Abrah&#225;n plant&#243; un tamarisco, y en ese lugar invoc&#243; el nombre del Se&#241;or, el Dios eterno. 34Durante mucho tiempo Abrah&#225;n habit&#243; en el pa&#237;s de los filisteos.</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkMAT">
 <div class="chapter ch20" data-usfm="MAT.20">
 <div class="label">20</div><div class="s1">Par&#225;bola de los jornaleros contratados</div><div class="p"> 1El reino de los cielos puede compararse al amo de una finca que sali&#243; una ma&#241;ana temprano a contratar jornaleros para su vi&#241;a.#21,28.33. 2Convino con los jornaleros en pagarles el salario correspondiente a una jornada de trabajo, y los envi&#243; a la vi&#241;a. 3Hacia las nueve de la ma&#241;ana sali&#243; de nuevo y vio a otros jornaleros que estaban en la plaza sin hacer nada. 4Les dijo: &#171;Id tambi&#233;n vosotros a la vi&#241;a. Os pagar&#233; lo que sea justo&#187;. 5Y ellos fueron. Volvi&#243; a salir hacia el mediod&#237;a, y otra vez a las tres de la tarde, e hizo lo mismo. 6Finalmente, sobre las cinco de la tarde, volvi&#243; a la plaza y encontr&#243; otro grupo de desocupados. Les pregunt&#243;: &#171;&#191;Por qu&#233; est&#225;is aqu&#237; todo el d&#237;a sin hacer nada?&#187;. 7Le contestaron: &#171;Porque nadie nos ha contratado&#187;. &#201;l les dijo: &#171;Pues id tambi&#233;n vosotros a la vi&#241;a&#187;.</div><div class="p"> 8Al anochecer, el amo de la vi&#241;a orden&#243; a su capataz: &#171;Llama a los jornaleros y p&#225;gales su salario, empezando por los &#250;ltimos hasta los primeros&#187;.#Lv 19,13; 24,14-15. 9Se presentaron, pues, los que hab&#237;an comenzado a trabajar sobre las cinco de la tarde y cada uno recibi&#243; el salario correspondiente a una jornada completa. 10Entonces los que hab&#237;an estado trabajando desde la ma&#241;ana pensaron que recibir&#237;an m&#225;s; pero, cuando lleg&#243; su turno, recibieron el mismo salario. 11As&#237; que, al recibirlo, se pusieron a murmurar contra el amo 12diciendo: &#171;A estos que solo han trabajado una hora, les pagas lo mismo que a nosotros, que hemos trabajado toda la jornada soportando el calor del d&#237;a&#187;. 13Pero el amo contest&#243; a uno de ellos: &#171;Amigo, no te trato injustamente. &#191;No convinimos en que trabajar&#237;as por esa cantidad? 14Pues t&#243;mala y vete. Si yo quiero pagar a este que lleg&#243; a &#250;ltima hora lo mismo que a ti, 15&#191;no puedo hacer con lo m&#237;o lo que quiera? &#191;O es que mi generosidad va a provocar tu envidia?&#187;.#ver 6,23.</div><div class="p"> 16As&#237;, los que ahora son &#250;ltimos ser&#225;n los primeros, y los que ahora son primeros ser&#225;n los &#250;ltimos.#Mc 10,31; Lc 13,30.</div><div class="s1">Jes&#250;s anuncia por tercera vez su muerte y su resurrecci&#243;n</div><div class="r">(Mc 10,32-34; Lc 18,31-34)</div><div class="p"> 17Cuando Jes&#250;s iba de camino subiendo hacia Jerusal&#233;n, llam&#243; aparte a los doce disc&#237;pulos y les dijo:</div><div class="p"> 18&#8212;Ya veis que estamos subiendo a Jerusal&#233;n. All&#237; el Hijo del hombre ser&#225; entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley que lo condenar&#225;n a muerte;#16,21 y par.; 17,22 y par.; 26,2. 19luego lo pondr&#225;n en manos de extranjeros para que se burlen de &#233;l, lo golpeen y lo crucifiquen. Pero al tercer d&#237;a resucitar&#225;.</div><div class="s1">Petici&#243;n de los hijos de Zebedeo</div><div class="r">(Mc 10,35-45)</div><div class="p"> 20Por entonces se present&#243; a Jes&#250;s la madre de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, y se puso de rodillas con intenci&#243;n de pedirle algo.#4,21. 21Jes&#250;s le pregunt&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#191;Qu&#233; es lo que deseas?</div><div class="p">Ella dijo:</div><div class="p">&#8212;Ordena que estos dos hijos m&#237;os se sienten en tu reino, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.#ver Lc 22,30.</div><div class="p"> 22Jes&#250;s respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;No sab&#233;is lo que est&#225;is pidiendo. &#191;Pod&#233;is beber vosotros la misma copa de amargura que yo estoy a punto de beber?</div><div class="p">Ellos le contestaron:</div><div class="p">&#8212;&#161;S&#237;, podemos beberla!#Jn 18,11.</div><div class="p"> 23Jes&#250;s les dijo:</div><div class="p">&#8212;Pues bien, beber&#233;is mi copa de amargura; pero el que os sent&#233;is el uno a mi derecha y el otro a mi izquierda, no es cosa m&#237;a concederlo; eso es para quienes mi Padre lo ha reservado.#24,36; Hch 1,7.</div><div class="p"> 24Cuando los otros diez disc&#237;pulos oyeron esto, se sintieron muy molestos con los dos hermanos. 25Pero Jes&#250;s los reuni&#243; y les dijo:</div><div class="p">&#8212;Como muy bien sab&#233;is, los que gobiernan las naciones las someten a su dominio, y los poderosos las rigen desp&#243;ticamente. 26Pero entre vosotros no debe ser as&#237;. Antes bien, si alguno quiere ser grande, que se ponga al servicio de los dem&#225;s;#23,11; Mc 9,35; Lc 9,48; 22,25-27. 27y si alguno quiere ser principal, que se haga servidor de todos. 28De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.#Flp 2,7; 1 Tm 2,6.</div><div class="s1">Curaci&#243;n de dos ciegos</div><div class="r">(Mc 10,46-52; Lc 18,35-43)</div><div class="p"> 29Cuando sal&#237;an de Jeric&#243;, una multitud acompa&#241;aba a Jes&#250;s. 30En esto, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al o&#237;r que Jes&#250;s pasaba por all&#237;, se pusieron a gritar:</div><div class="p">&#8212;&#161;Se&#241;or, Hijo de David, ten compasi&#243;n de nosotros!#9,27-30; 15,22; Is 29,18; 35,5; Jn 9.</div><div class="p"> 31La gente les dec&#237;a que se callaran, pero ellos gritaban cada vez m&#225;s:</div><div class="p">&#8212;&#161;Se&#241;or, Hijo de David, ten compasi&#243;n de nosotros!</div><div class="p"> 32Entonces Jes&#250;s se detuvo, los llam&#243; y les pregunt&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#191;Qu&#233; quer&#233;is que haga por vosotros?</div><div class="p"> 33Los ciegos le contestaron:</div><div class="p">&#8212;Se&#241;or, que podamos ver.</div><div class="p"> 34Jes&#250;s, conmovido, les toc&#243; los ojos, y al punto los ciegos recobraron la vista y se fueron tras &#233;l.#9,36 y par.</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkNEH">
 <div class="chapter ch10" data-usfm="NEH.10">
 <div class="label">10</div><div class="s1">Renovaci&#243;n de la alianza</div><div class="p"> 1En consecuencia, hicimos un firme compromiso que pusimos por escrito y que fue sellado por nuestros jefes, levitas y sacerdotes.</div><div class="p"> 2Los que lo sellaron fueron: Nehem&#237;as, el gobernador, hijo de Jacal&#237;as, junto con Sedequ&#237;as, 3Sera&#237;as, Azar&#237;as, Jerem&#237;as, 4Pasur, Amar&#237;as, Malqu&#237;as, 5Jat&#250;s, Seban&#237;as, Maluc, 6Jar&#237;n, Meremot, Obad&#237;as, 7Daniel, Guinnet&#243;n, Baruc, 8Mesul&#225;n, Ab&#237;as, Mijam&#237;n, 9Maaz&#237;as, Bilgay y Sema&#237;as; estos eran sacerdotes.</div><div class="p"> 10Los levitas fueron: Josu&#233;, hijo de Azan&#237;as; Binu&#237;, de los descendientes de Jenadad; Cadmiel 11y sus parientes Seban&#237;as, Hod&#237;as, Quelit&#225;, Pela&#237;as, Jan&#225;n, 12Mic&#225;, Rejob, Jasab&#237;as, 13Zacur, Sereb&#237;as, Seban&#237;as, 14Hod&#237;as, Ban&#237; y Beninu. 15Los jefes del pueblo: Paros, Pajat-Moab, Elam, Zat&#250;, Ban&#237;, 16Bunn&#237;, Azgad, Beba, 17Adon&#237;as, Bigva, Ad&#237;n, 18Ater, Ezequ&#237;as, Azur, 19Hod&#237;as, Jas&#250;n, Besay, 20Jarif, Anatot, Nebay, 21Magp&#237;as, Mesul&#225;n, Jezir, 22Mesezabel, Sadoc, Jad&#250;a, 23Pelat&#237;as, Jan&#225;n, Ana&#237;as, 24Oseas, Janan&#237;as, Jasub, 25Haloj&#233;s, Pilj&#225;, Sobec, 26Rej&#250;n, Jasabn&#225;, Maas&#237;as, 27Aj&#237;as, Jan&#225;n, An&#225;n, 28Maluc, Jar&#237;n, Baan&#225;.</div><div class="p"> 29El resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros, cantores, donados, y todos los que se separaron de las gentes del lugar para seguir la ley de Dios, junto con sus mujeres, hijos, hijas y todos los capacitados para entender, 30se adhirieron a sus parientes y a sus jefes comprometi&#233;ndose con solemne juramento a caminar en la ley de Dios que fue dada a trav&#233;s de Mois&#233;s, siervo de Dios, y que mandaba guardar y cumplir todos los mandamientos del Se&#241;or, nuestro Dios, sus ordenanzas y estatutos. 31Un compromiso de no casar nuestras hijas con gentes paganas, ni casar nuestros hijos con sus hijas,#Esd 10,3. 32as&#237; como de no comprarles nada, ni cereales ni otras mercanc&#237;as, si lo tra&#237;an a vender en s&#225;bado o en otro d&#237;a sagrado; un compromiso de no cultivar la tierra y de perdonar todas las deudas el s&#233;ptimo a&#241;o.#13,15-21 (ver Ex 20,8; Lv 25,4-5; Dt 15,1-3). 33Nos impusimos, adem&#225;s como norma, dar cada a&#241;o la tercera parte de un siclo para el servicio del Templo de nuestro Dios, 34con destino a los panes presentados, a la ofrenda y al holocausto perpetuos, a los sacrificios de los s&#225;bados, de los novilunios y de otras festividades; y tambi&#233;n para otras ofrendas sagradas, para los sacrificios de expiaci&#243;n de todo el pueblo y para cualquier obra del Templo de nuestro Dios.#Lv 24,5-9; Nm 28&#8211;29.</div><div class="p"> 35Los sacerdotes, los levitas y el pueblo echamos tambi&#233;n a suertes para ver a qu&#233; familias correspond&#237;a traer cada a&#241;o al Templo de nuestro Dios, por turno y en el tiempo determinado, la ofrenda de le&#241;a para quemarla sobre el altar del Se&#241;or, nuestro Dios, como est&#225; escrito en la ley.#13,31; Ex 13,11-12; Nm 18,21-26; Dt 26,1-2. 36Nos comprometimos asimismo a presentar cada a&#241;o en el Templo de nuestro Dios los primeros frutos de la tierra y de cualquier clase de &#225;rbol, as&#237; como los primog&#233;nitos de nuestros hijos y de nuestro ganado, tal como est&#225; escrito en la ley. 37Los primog&#233;nitos de nuestras vacas y ovejas los traer&#237;amos al Templo de nuestro Dios para los sacerdotes que ofician en el mismo. 38Tambi&#233;n nos comprometimos a traer a los almacenes del Templo de nuestro Dios, y con destino a los sacerdotes, lo mejor de nuestra harina, de nuestras contribuciones, de los frutos de cualquier clase de &#225;rbol, del vino y del aceite. A los levitas les entregaremos el diezmo del fruto que produzca nuestra tierra; ellos mismos lo recoger&#225;n en todas las poblaciones donde trabajamos. 39Cuando los levitas reciban el diezmo, estar&#225; presente un sacerdote, descendiente de Aar&#243;n, y los levitas llevar&#225;n la d&#233;cima parte del diezmo al Templo de nuestro Dios, a los almacenes de la casa del tesoro. 40Porque a estos almacenes deben llevar, tanto los israelitas como los levitas en particular, las ofrendas de cereales, de vino y de aceite. All&#237; est&#225;n los objetos del santuario y all&#237; residen los sacerdotes oficiantes, los porteros y los cantores. &#161;No desatenderemos el Templo de nuestro Dios!</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch20" data-usfm="ACT.20">
 <div class="label">20</div><div class="s1">Visita a Macedonia y a Grecia</div><div class="p"> 1Cuando se aplac&#243; el alboroto, Pablo mand&#243; llamar a los disc&#237;pulos para infundirles &#225;nimo. Despu&#233;s se despidi&#243; de ellos y parti&#243; para Macedonia.#16,10-12 (ver notas); 19,21-22; Rm 15,26; 1 Co 16,5; 2 Co 1,16; Flp 4,15; 1 Ts 1,7; 1 Tm 1,3. 2Recorri&#243; aquella regi&#243;n, confortando a los fieles con abundantes exhortaciones, y finalmente lleg&#243; a Grecia, 3donde pas&#243; tres meses. Cuando estaba a punto de embarcar para Siria, supo que los jud&#237;os hab&#237;an organizado un complot contra &#233;l; as&#237; que decidi&#243; regresar por Macedonia. 4Lo acompa&#241;aban#20,4: Lo acompa&#241;aban: Numerosos mss., alguno de valor, dicen: Lo acompa&#241;aron hasta la provincia de Asia. S&#243;pater, hijo de Pirro y natural de Berea; los tesalonicenses Aristarco y Segundo, Gayo de Derbe y Timoteo; y tambi&#233;n T&#237;quico y Tr&#243;fimo, oriundos de la provincia de Asia. 5Estos se nos adelantaron y nos esperaron en Troas. 6Nosotros, despu&#233;s de la fiesta de la Pascua, tomamos el barco en Filipos, y a los cinco d&#237;as nos unimos a ellos en Troas, donde pasamos una semana.</div><div class="s1">Resurrecci&#243;n del joven Eutiquio en Troas</div><div class="p"> 7El primer d&#237;a de la semana nos reunimos para partir el pan. Pablo se puso a hablarles y, como ten&#237;a que marcharse al d&#237;a siguiente, se extendi&#243; en su charla hasta la medianoche. 8Multitud de l&#225;mparas alumbraban la habitaci&#243;n en que nos hall&#225;bamos congregados en la parte superior de la casa.#1,13; Lc 22,12. 9Sentado en el antepecho de la ventana estaba un joven llamado Eutiquio, quien, como se alargaba la pl&#225;tica de Pablo, comenz&#243; a dormirse. Vencido ya completamente por el sue&#241;o, cay&#243; desde el tercer piso abajo. Cuando lo recogieron, estaba muerto. 10Pablo baj&#243; r&#225;pidamente y se tendi&#243; sobre &#233;l. Lo tom&#243; luego en sus brazos y les dijo:</div><div class="p">&#8212;&#161;No os preocup&#233;is, est&#225; vivo!#1 Re 17,17-24; 2 Re 4,30-37 (ver 9,41 y Mc 5,39-41).</div><div class="p"> 11Subi&#243; otra vez y continu&#243; con el partimiento del pan; y, una vez que hubo comido, prolong&#243; su charla hasta el amanecer. Concluido todo, se march&#243;. 12En cuanto al muchacho, lo llevaron vivo, y todos se sintieron muy consolados.</div><div class="s1">Viaje desde Troas a Mileto</div><div class="p"> 13Como Pablo hab&#237;a decidido hacer el viaje por tierra, nosotros zarpamos con tiempo suficiente rumbo a As&#243;n con el fin de recogerlo all&#237;. 14Cuando se nos uni&#243; en As&#243;n, subi&#243; a bordo con nosotros y navegamos hasta Mitilene. 15Zarpamos de all&#237; y al d&#237;a siguiente pasamos a la altura de Qu&#237;o y llegamos a Samos un d&#237;a despu&#233;s.#20,15: despu&#233;s: Varios mss., alguno de cierto valor, a&#241;aden: hicimos luego escala en Trogilio. Navegamos un d&#237;a m&#225;s y arribamos a Mileto. 16Pablo no quiso hacer escala en &#201;feso para evitar demorarse en la provincia de Asia, pues le urg&#237;a estar en Jerusal&#233;n, a ser posible, el d&#237;a de Pentecost&#233;s.</div><div class="s1">Pablo se despide en Mileto de los dirigentes de la Iglesia</div><div class="p"> 17No obstante, desde Mileto Pablo mand&#243; llamar a los dirigentes de la iglesia de &#201;feso.#11,30 (nota). 18Cuando estuvieron a su lado, les dijo:</div><div class="p">&#8212;Conoc&#233;is perfectamente la conducta que he observado entre vosotros desde el primer d&#237;a de mi llegada a la provincia de Asia. 19He servido al Se&#241;or con toda humildad, en medio de las angustias y pruebas que me sobrevinieron a causa de las maquinaciones de los jud&#237;os.#17,5.13; 18,12; 20,3; 21,31; 23,12-13; 25,3. 20Nada he callado que pudiera seros de utilidad, y no he dejado de anunciaros el mensaje y de ense&#241;aros en p&#250;blico y en privado.#20,27. 21He instado a jud&#237;os y no jud&#237;os a convertirse a Dios y a creer en Jes&#250;s, nuestro Se&#241;or.#3,16.19; 10,43. 22Ahora, como veis, me dirijo a Jerusal&#233;n impelido por el Esp&#237;ritu, sin saber a ciencia cierta lo que all&#237; me acontecer&#225;.#21,4.11 (ver 9,16). 23Eso s&#237;, el Esp&#237;ritu Santo me asegura que no hay ciudad en la que no me esperen prisiones y sufrimientos. 24Por lo que a mi vida respecta, en nada la aprecio. Solo aspiro a terminar mi carrera y a culminar la tarea que me encomend&#243; Jes&#250;s, el Se&#241;or: proclamar la buena noticia de que Dios nos ha dispensado su favor.#21,13; Flp 3,13-14; 2 Tm 4,7.</div><div class="p"> 25Ahora s&#233; que ninguno de vosotros, entre quienes pas&#233; anunciando el reino de Dios, volver&#225; a verme m&#225;s. 26Por eso, quiero hoy declarar ante vosotros que tengo la conciencia limpia en relaci&#243;n con lo que os pueda suceder.#18,6. 27Nada he callado de cuanto deb&#237;a anunciaros sobre el plan de Dios. 28Cuidad de vosotros mismos y de todo el reba&#241;o sobre el que os ha puesto el Esp&#237;ritu Santo como vigilantes. Pastoread la Iglesia que el Se&#241;or adquiri&#243; con el sacrificio de su propia vida.#Lc 12,32; Flp 1,1 (nota); 1 Tm 3,2 (nota); Heb 13,20; 1 Pe 1,18-19; 2,25; 5,2. 29S&#233; que despu&#233;s de mi partida se introducir&#225;n entre vosotros lobos feroces que no tendr&#225;n compasi&#243;n del reba&#241;o.#Mt 7,15; Jn 10,12 (ver 1 Pe 5,8-9; 2 Pe 2,1); 1 Jn 2,19. 30De entre vuestras mismas filas surgir&#225;n individuos que propagar&#225;n falsas doctrinas y arrastrar&#225;n a los disc&#237;pulos tras s&#237;. 31Vigilad, por tanto, y recordad que durante tres a&#241;os no ces&#233; de aconsejar d&#237;a y noche, incluso con l&#225;grimas, a cada uno de vosotros. 32Ahora os encomiendo a Dios y a su mensaje de amor; un mensaje que tiene fuerza para que todos los consagrados a Dios crezcan en la fe y alcancen la herencia prometida.#26,18; Dt 33,3-4; Ef 1,14.18; 2,20-22; Heb 9,15; 1 Pe 1,4. 33No he apetecido ni dinero ni vestidos de nadie. 34Bien sab&#233;is que, trabajando con mis propias manos, he ganado mi sustento y el de mis compa&#241;eros.#18,3; 1 Co 4,12; 9,12-15. 35Os he demostrado as&#237; en todo momento que es preciso trabajar para socorrer a los necesitados, teniendo presente aquella m&#225;xima de Jes&#250;s, el Se&#241;or: &#171;M&#225;s dicha trae el dar que el recibir&#187;.</div><div class="p"> 36Cuando Pablo termin&#243; de hablar, se puso de rodillas, junto con todos los dem&#225;s, y or&#243;.#20,25; 21,5-6. 37Todos lloraban desconsoladamente y abrazaban y besaban a Pablo. 38El pensar que, seg&#250;n hab&#237;a dicho, no volver&#237;an a verlo, les part&#237;a el coraz&#243;n. Seguidamente, lo acompa&#241;aron hasta el barco.</div>
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